Les fallé a mis padres

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
JORGE ELIECER DÍAZ WILCHES

El año anterior perdí el último año de bachillerato. Me consideraba muy sobrado y los últimos meses me descuidé por andar con mis amigos y una noviecita con la cual quería estar a todo momento. Al final, me fallaron mis amigos y la novia se ‘cuadró’ con otro muchacho. Quedé burlado por todos los lados y les falle a quienes creían en mí, es decir, mis padres.

Le confieso que nunca había visto llorar a mi papá. En mi mamá si era común, pero lo de mi padre me dejó muy mal parado. Les dañe Navidad y año nuevo. Al final de año se reunieron conmigo y me perdonaron por lo que había pasado. Esto me hizo sentir culpable porque les había desilusionado. Tengo claro que debo ponerme las pilas, pero me da miedo volverles a fallar. ¿Qué me puede aconsejar para demostrarles que aprendí la lección?

Respuesta

Estimado joven: Lo más importante de su experiencia es haber aprendido la lección y colocar todo su empeño para demostrarse a sí mismo lo capaz que puede ser. No basta con lamentarse de la situación vivida. Es necesario tomar conciencia del dolor que produjo su falta de compromiso y responsabilidad.

Usted tiene claro lo que sucedió, por lo tanto, deje a un lado los porqué. Pregúntese: ¿para qué? Asuma esta maravillosa oportunidad que le brinda la vida para fortalecer en 2018 las pruebas Icfes; lograr obtener excelentes resultados académicos al repetir 11º; brindar a sus padres la satisfacción de recibir buenas calificaciones alejándose de los amigos y permaneciendo con la exigencia, disciplina y dedicación que darán como resultado el exitoso ejercicio de la vida. ¡Manos a la obra!

Reflexión

Cuando asume positivamente su equivocado proceder encamina la razón al encuentro con múltiples oportunidades e inesperadas satisfacciones. Aprenda de los errores apropiándolos como maravillosas enseñanzas y evitando admitirlos como una trágica experiencia que marcará negativamente su porvenir.

Papá y mamá esperan que los hijos asuman la vida con mucha responsabilidad, exigiendo el cumplimiento de sus labores escolares e inculcando el anhelo de verles convertidos en personas de bien, con principios y valores sólidos que les permita triunfar y ser felices.

Sabrán reprender cuando por circunstancias de la vida sus hijos fallaron, escuchándoles con atención y sin interrupción para guiarlos con inteligencia y sabiduría, enseñándoles el significado de luchar, emprender, esforzarse y lograr lo que se propongan.

Credito
EL NUEVO DÍA

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