“No tengo necesidad de encontrarme a mí mismo”: Joaquín Sabina

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Se presentará en Chamorro City Hall de Medellín el 30 de enero, mientras que el primero de febrero lo hará en la Gran Carpa Américas de Bogotá, prometiendo todo un recorrido por su carrera musical.

Atiende desde su casa en Madrid, donde Joaquín Sabina se resguarda del intenso invierno. “Está nevando mucho por estas eventualidades del cambio climático que Donald Trump dice que no existe”, por lo que admite que es un buen momento para dejar Europa y realizar otra etapa de su gira por América. “Uno va huyendo del frío. Durante los meses de verano, hago giras por España y en invierno me voy por América Latina, donde siempre es un placer regresar”.

En pocos días estará de nuevo en Colombia, esta vez para presentarse en Chamorro City Hall de Medellín el 30 de enero, mientras que el primero de febrero lo hará en la Gran Carpa Américas de Bogotá, prometiendo todo un recorrido por su carrera musical, de largo aliento, pero también para presentar una buena parte de las canciones de ‘Lo niego todo’, su primer disco en estudio luego de más de siete años.

A sus 68 años de edad acaba de pasar por serios quebrantos de salud, pero al preguntarle por ellos, no deja de sorprender la forma, con humor venenoso, que suele responder: “De salud estoy muy bien porque debía estar muerto hace 20 años”.

El 10 de marzo de 2017 estrenó su nuevo álbum producido por Leiva, en el que además también colabora su amigo, el poeta Benjamín Prado, el cual se convirtió en uno de los más vendidos del año pasado y más querido por sus seguidores. De ahí, que lleve más de 60 conciertos y apenas esté por la mitad de una gira que ahora lo traerá al país.

 

Por Colombia

-Esta gira lo traerá a Medellín y Bogotá en algunos días...

Sí, un viaje que llega en el momento justo luego de descansar por más de un mes, por todas las fiestas de Navidad, pero yo cuando descanso me acomodo y envejezco varios años, los cuales debo recuperar rejuveneciendo en el escenario.

-¿Cuántos años ha rejuvenecido en esta gira, una de las más largas que ha realizado en su carrera?

Ya he perdido la cuenta. Llevamos más de 60 conciertos y tenemos otros 50 confirmados, que muchas veces se van sumando a más presentaciones en el camino en la medida que avanza la gira, por lo que seguramente no hemos llegado ni a la mitad.

Me queda aún buena parte de América, entre el norte, el centro y el sur, pero no quiero hacer cuentas porque son demasiados, lo mejor es vivir una presentación a la vez.

-¿Terminará bastante rejuvenecido con una gira tan extensa?

Igual, al terminar, sé que envejeceré otra vez, para ello no hay remedio, pero tampoco es que me interese mucho el buscarlo o que exista medicina para eso.

-¿Existen diferencias en lo que siente y ve de sus conciertos en España y los que hace en América Latina?

Sí, también entre los propios países de América Latina, que es lo más estimulante, porque cada país es muy distinto, con sus propias raíces. Un ejemplo es Colombia, porque en ningún país se habla tan hermosamente mi idioma como Colombia y de todo eso voy aprendiendo un poco, nutriéndome, pero también disfrutando.

-¿Un público que se ha ido transformando?

Siempre tengo la sensación, que me parece milagrosa y no sabría decir por qué sucede, pero yo desde el escenario veo a un público que cada vez es más joven. Cada vez que inicio un concierto tengo la sensación que le canto a mis nietos y no sé bien por qué sucede.

Claro que tengo una teoría y creo que sucede porque los muy jóvenes no encuentran dentro de la gente de su edad lo que yo encontré a su edad, que era a Bob Dylan, Leonard Cohen, The Beatles y Rolling Stones, por lo que existe un hueco, un vacío y no tienen más remedio que llenar con aquellos que somos bastante más viejos pero que pretendemos seguir siendo fieles a nosotros mismos.

-Hace casi un año publicó ‘Lo niego todo’. ¿Cómo ha sentido la acogida del público con su nueva música?

Para mí, exageradamente bien. Yo cuando hago un disco quiero quedar satisfecho con él y que no me dé vergüenza. Luego, que la gente que más quiero, que es esa gente que no se mueve por lo que dicta la radio o el marketing, que se mueve buscando otras cosas, que les guste o que al menos no me dé vergüenza presentárselos. Con ello me quedo muy contento.

Si además de eso, pasan cosas como las que han ocurrido con ‘Lo niego todo’, es una sensación tan desmesurada que me quedo sin palabras.

-¿Pasó muchos años sin grabar un nuevo disco?

Es que la técnica de grabación se había complicado tanto con las nuevas tecnologías, que el grabar un disco se había convertido en una empresa mucho más industrial que musical, y a mí me interesa mucho la música y casi nada la tecnología, por lo que no me animaba hacerlo, hasta que sencillamente me lo pedía el cuerpo.

-¿Vuelve a trabajar con Benjamín Prado?

Yo con mis músicos hago los discos y luego se vienen de gira conmigo, lo que genera una conexión especial con la música, en especial con las nuevas canciones, aunque como en todo matrimonio que lleva mucho tiempo se produce una especie de rutina que hay que romper de alguna manera.

Mi manera de romperla es llamar a músicos más jóvenes o de otros géneros para intentar conectar con ellos, y en este disco la conexión fue automática y mágica, que me dejó muy contento, en especial la colaboración de Leiva, porque a Benjamín lo conozco desde hace mucho tiempo.

 

Entre géneros

-¿Experimentando con el reggae?

 Siempre me ha gustado mucho. Cuando yo tenía 22 años y estaba viviendo en Londres, el reggae empezaba a nacer en mi barrio, Portobelo Road, porque había una fuerte comunidad de Jamaica, quienes se juntaban en sus discotecas y se oía por todos lados, lo que me tenía fascinado.

Siempre que he podido hacer una versión reggae de mis canciones lo he hecho, tanto en el escenario como ahora en este disco.

-¿Qué tanto ha ido cambiando la nómina de músicos que lo suelen acompañar en sus giras?

 Existe un núcleo de cuatro o cinco músicos que casi nunca cambian, y otro tanto de músicos que van y vienen. Siempre nos gusta buscar algo nuevo en cada gira, como ahora una bajista argentina maravillosa, y ahora, nuestro baterista no puede continuar la gira con nosotros, lo que en un principio fue un problema se convirtió en una oportunidad para integrar a un baterista con quien trabajamos hace unos buenos años.

Con tantos años en esta profesión ya conoces a todos los buenos músicos que están disponibles y que encajan con uno.

-¿Su hija mayor dirigió uno de sus nuevos videos?

Ella está empezando, acaba de rodar su primer largometraje y en el caso del video le di toda la confianza de lo que ella quería hacer, así que di un salto al vacío, se lo encargué y me gustó mucho el resultado.

-Y su otra hija es maestra de yoga. ¿Se anima a una clase de yoga?

El yoga está muy lejos de mí (risas). Un día quise, por ver cómo ella daba las clases, le dije que iría a su casa, vive dos pisos abajo de mí, para tomar unas clases de yoga porque necesitaba estirarme un poquito.

Así, ella empezó a explicarme las clases y me dijo, primero media hora de meditación y de inmediato le dije que no bajaría a su casa, porque no tengo ninguna necesidad de encontrarme a mí mismo.

-Dice que en las giras siempre lo acompañan unos buenos libros y discos. ¿Para esta segunda parte de la gira ya escogió los que le acompañarán?

Los elijo muy al azar. En vez de llevármelos desde España, me gusta comprarlos en cada país, tanto los libros como los discos que me aconsejan los amigos, que afortunadamente me aconsejan muy bien y así me acompaño de buenas lecturas y buena música.

-¿Cómplices que le ayudan a descubrir la ciudad?

Sí, en Bogotá a veces coincido con Daniel Samper Pizano o Daniel, su hijo, que hacen parte de mis mejores amigos. En Medellín no sé si estará por ahí Juanes, pero también tengo a Claudia Gómez, quien fue mi novia hace 50 años en Londres, quien es una cantante maravillosa.

Credito
COLPRENSA

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