“El cine colombiano es de gran calidad, pero tenemos que aprender a vernos”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Entrevista con Diana Bustamante, directora artística del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci), que comenzará el próximo miércoles.

La edición 58 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (Ficci), que inicia el próximo miércoles, será la cuarta oportunidad en la que Diana Bustamante trabaja como directora artística, y otras más haciendo parte de un evento que ha vuelto a lograr su brillo en los últimos nueve años.

Esta productora, escritora y directora de cine antioqueña se ha desempeñado en el campo audiovisual como productora y asesora de largometrajes, cortometrajes, documentales y comerciales, entre otros.

Desde 2014, es la directora artística del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, del cual había sido su productora durante dos años. En este evento se ha caracterizado por imprimir una línea editorial que recupera la importancia de la memoria a través de la cinematografía nacional, ibero y latinoamericana, consolidando un Festival en todos los aspectos, en especial en el proceso de formación de audiencias.

Se prepara para la edición 58 del Ficci, que durante los últimos ochos años se ha convertido en el epicentro de los grandes éxitos internacionales del cine colombiano, desde la escritura, la ejecución de recursos, así como la producción y sus estrenos.

Diana Bustamante habló con COLPRENSA sobre lo que ha significado el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias para el cine colombiano.

 

Procesos cinematográficos

- ¿Continúa la resistencia por no ser una directora de la región?

 Cada vez hay menos resistencia, pero críticos siempre vamos a encontrar y eso es importante porque incomodan, ayudan a crecer, hacen que uno se pregunte cosas y sepa para dónde puede moverse.

- ¿Un festival con gran parte de sus actividades gratuitas?

 Esa decisión la tomaron en su momento los organizadores hace nueve años y fue una decisión vital para volver a traer a las personas a la sala. Hoy en día somos gratuitos en las salas, pero tenemos otros aspectos donde no lo somos, porque los artistas debemos vivir de algo y la gratuidad en el Ficci es algo que no puede permanecer en el tiempo.

Seguimos trabajando para que la gente sí tenga acceso a muchas cosas, en especial en una ciudad como Cartagena tan desigual, donde el 80 % se siente excluido y marginado de los eventos culturales, lo cual es cierto, pero no el festival, que desde hace muchos años hacemos muchos esfuerzos para ser realmente incluyentes.

Ha sido un proceso muy bonito de volver a encontrar las salas llenas y que la gente se encontrara con películas que no esperaban.

- ¿Cómo ha visto el cambio de visión dentro del público?

No se puede cambiar la visión que se tiene de un festival de la noche a la mañana, menos dentro de una ciudad, pero sí hemos visto que los procesos van dando sus frutos, aprendemos y la gente va respondiendo.

- ¿Un festival que sale de Cartagena?

Ficci Móvil lo hacemos con la Gobernación del Bolívar. Es un departamento golpeado por la violencia, la corrupción, el abandono del Estado y este proyecto lo va penetrando como un punto de encuentro dentro de la comunidad y poder ir reconstruyendo tejido social.

Empezamos con una maleta de películas que tienen una curaduría nuestra y el apoyo de Disney, para poder programar al aire libre, que tiene sus dificultades, como el idioma y apta para todo público, porque las cosas no son inofensivas, siempre tienen un pequeño veneno, para bien o para mal.

- ¿Cómo ven el Ficci en el exterior?

La imagen del Ficci en el mundo ha cambiado radicalmente y todo esto gracias a un proceso de casi diez años de transformación, creando un equipo para programar el festival y poder tomar forma. Pasó de ser un evento donde parecía que la programación era lo de menos, para ahora ser lo más importante y limpiar su nombre, tanto en su casa, en Iberoamérica y poco a poco ha ido cambiando en el mundo y ya es otro festival.

Eso se nota cuando es más fácil traer las películas, los invitados sin tantas piruetas y que programadores de otros festivales reconozcan la programación de nuestro festival es un gran logro.

- Es un evento clave para el desarrollo del cine colombiano en los últimos años...

Era importante hacer entender que el Ficci era fundamental para el desarrollo del cine colombiano y así se ha ido consolidando. El primer encuentro de productores fue un desastre, pero lo continuamos y ahora realizamos la edición número 13, donde se le ha dado vida a un montón de películas, tanto colombianas como de diversas partes del continente.

- ¿El Ficci con un público en crecimiento?

El festival tiene la particularidad y es que logramos que en todo lo que presentamos tengamos audiencias, y creo que eso responde a la diversidad colombiana, donde queremos que la gente sienta que hay una película, un evento para su gusto dentro de nuestra programación.

- ¿Ha cambiado la mentalidad del espectador colombiano frente al cine colombiano?

El Ficci es un punto de encuentro para el cine internacional, pero en especial al cine colombiano. El cine es uno de los pocos artes que necesariamente debe hacerse de manera colectiva.

Con esta nueva ola del cine colombiano, el festival empezó a renacer. Llevamos abriendo con una película colombiana más de ocho años, con la firme intensión de apoyarlo y seguir siendo el vocero del cine colombiano, lo cual nos cuesta a veces mucho con los detractores, quienes piensan que el cine colombiano es una mierda y deberíamos abrir con otro tipo de películas.

Pero esto es lo que somos. No es una mierda, el cine colombiano tiene una gran calidad, pero tenemos que aprender a vernos. Abrimos la competencia del cine colombiano, en el momento que su nivel era diverso y era injusto ponerlos a competir con otras, y ahora es una sección de gran éxito dentro del Festival.

- ¿Pero las críticas sobre el cine colombiano se mantienen?

Somos muy autocríticos, le damos más palo a lo nuestro que a lo que viene de afuera. Además, entendemos el cine colombiano como un género y toca sacarlo de ahí para no estandarizarlo y sacarlo de esos lugares comunes, donde la gente dice que el cine en Colombia solo es comedia o narcos, lo cual no es cierto.

Aprender a mirarnos es entender también que los narcos, la violencia y la risa hacen parte del ser colombiano.

- ¿Vuelven abrir el Ficci con un documental?

Poco a poco, como el aumento de las películas documentales que cada vez tienen más audiencia, lo cual no es un hecho aislado, porque en el festival, durante los últimos años la película más premiada por el público ha sido un documental. El Ficci es un documental donde se van midiendo las tendencias y formando público.

- ¿Cómo es ‘The Smiling Lombana’, el documental con el cual se inaugura el Ficci?

Daniela Abad, la directora, es muy interesante. ‘Carta a una sombra’ también fue una película que empezó en el Ficci y terminó con el Premio del Público y una mención de honor para su directora. Luego, hace un par de meses diciendo que tenía otra película sobre su otro abuelo y quería que la viéramos.

Era el abuelo materno, Lombana, verdadero autor de los Zapatos Viejos en Cartagena. Un personaje a través del cual habla de un país que va mutando por el dinero fácil, las éticas cuestionables y las estéticas distintas, pero también hablando desde el amor, la reconciliación y el perdón al ser humano.

Credito
COLPRENSA

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