“Las mujeres emigrantes solo tenían un pensamiento y era sobrevivir”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La escritora española María Dueñas, habla de su nuevo libro ‘Las hijas del Capitán’, en el que narra la historia de tres jóvenes emigrantes de España hacia Norteamérica.

La escritora española María Dueñas, en su paso por Colombia, presentó su libro ‘Las hijas del Capitán’, en el que narra la historia de tres jóvenes inmigrantes de España hacia Norteamérica, con el objetivo de que la narrativa sea de las mujeres y no tomando prestada la perspectiva del hombre.

En entrevista, Dueñas contó cómo fue la creación del libro y su intención de visibilizar, desde la voz de las mujeres, a los que deben dejar su vida atrás por cuenta de la guerra o el cambio climático, en busca de la identidad perdida al llegar a un nuevo lugar, en este caso Nueva York en la década de los años 30.

- ¿Cómo surge la idea de escribir ‘Las hijas del Capitán’?

Yo tenía en mente escribir una novela sobre mujeres inmigrantes, mujeres que por circunstancias de la vida emigraban casi siempre arrastradas por hombres, es decir, me interesaba explorar cuáles eran las perspectivas de ellas, sus sentimientos, impresiones, emociones y demás. Entonces decidí investigar distintos entornos de los muchos españoles que migraron en aquellas primeras décadas del siglo XX y para mí fue fascinante que uno de los destinos al que recurrentemente iban, pero que era muy desconocido por los españoles, fuera Nueva York, una ciudad fascinante y vibrante que por aquellos años 30 tenía una colonia de más de 40.000 españoles, y entonces tomé ese destino para mis tres hijas del capitán.

- ¿Cómo fue el proceso de investigación para detallar a la Nueva York de los años 30?

El proceso de investigación es fundamental en todas mis novelas, lo disfruto y lo trabajo mucho porque me parece que da semiento de verosimilitud a la historia de ficción. Entonces, para esta novela utilicé todo tipo de fuentes, consulté especialistas que llevan años investigando la presencia de migrantes españoles en Estados Unidos, consulté prensa de la época, principalmente el diario ‘La Prensa’, que por esos años era el único que existía en español para dar cobertura a las colonias de ese habla, y así fui sacando mucha información y después fue vital haber tenido la suerte de que algunos protagonistas verdaderos de aquellos tiempos todavía estén vivos, son ahora octogenarios, pero todavía mantienen algunos recuerdos y sobre todo el legado de sus abuelos, padres y de lo que vivieron en aquel tiempo.

- Y el de construir a las tres hermanas: Victoria, Mona y Luz Arenas...

Yo quería que fuesen tres hermanas jóvenes del sur de España, malagueñas, veinteañeras y en la historia el padre es el que cuida de ellas para llevarlas a Nueva York.

El padre es Emilio Arenas, marinero que lleva toda la vida dando tumbos por el mundo y decide acercarse finalmente a Nueva York y abrir una casa de comidas que se llama ‘El Capitán’, que es lo que da título a la novela, no hay ningún capitán militar o marino, ni nada por el estilo, es una humilde casa de comidas. Entonces decidí crearle a este Emilio Arenas una esposa que es Remedios, la madre, y tres hijas de carácter fuerte, muy arrolladoras, imperiosas, que no tienen la voluntad de emigrar y como es del padre y la madre la decisión las obligan a ellas.

En principio, a su llegada a Nueva York, las hermanas no quieren estar ahí y entonces en vez de dejarse fascinar con esta urbe magnífica, nada comparada a la España empobrecida y atrasada que ellas dejaron, pero se niegan a dejarse apabullar por la ciudad tomando una actitud distante, no tienen interés en aprender inglés, en conocer la ciudad, buscar trabajo, ni siquiera en relacionarse con otros miembros de la colonia cerca de donde viven hasta que todo cambia con la muerte de su padre en un accidente y ellas tienen que agarrar las riendas del negocio, porque está en juego una posible indemnización y ahí es cuando sale el verdadero carácter de las hermanas, empiezan a sacar las uñas y a pelear por un futuro.

- ¿Por qué escribir sobre inmigrantes?

Porque en mi novela anterior, ‘La Templanza’, el protagonista masculino era, como llamamos en España, un indiano, un hombre del siglo XIX que había venido a Latinoamérica, en este caso México, y había triunfado con los negocios y después volvió a España para dedicarse a los negocios, entonces investigando sobre cómo eran aquellas idas y venidas de ellos fui consciente de los millones de españoles que habían migrado a América y me pareció fascinante la historia porque cada uno llevaba a sus espaldas una vida distinta, pero sobre todo como decía en un principio me interesaba la mirada de las mujeres que siempre habían tenido un papel anónimo, muy poco reconocido en estos movimientos, pero que habían sido vitales para dar coherencia y cohesión a las familias.

- El mundo está viviendo varios fenómenos de migración por la guerra y el cambio climático, ¿esto permite reconstruir la memoria de los sucesos que se vivieron años atrás?

Sí, yo creo que al final las migraciones en todas sus variantes son sustanciales a la humanidad desde el principio de los tiempos y cambian de país, entorno, circunstancias, pero al final hay una narrativa común, una historia compartida por todos que es el desarraigo, la incertidumbre, el tener que afrontar la vida nueva y no saber cómo será, los problemas de afectación y aceptación, al final podemos estar en cualquier lado con causas y protagonistas distintos, pero siempre hay un sentimiento humano trasversal para todos, el dolor de dejar su mundo atrás.

- Una característica de los inmigrantes es el sentimiento de regresar a su país. En su historia también se encuentra, ¿por qué?

Mis protagonistas sueñan todo el tiempo con volver, al final no lo van a conseguir y eso es lo que he querido reflejar en la historia. Para esa época la gente lo único que tenía era la disposición de trabajar con sus manos día y noche en base a su sueño de ahorrar y volver a su mundo, a su vida, pero tuvieron la mala suerte de que la historia se los impidió, sin embargo, no dejan morir la esencia de donde vienen y la trasmiten de generación en generación, un legado de tierras que nunca se han visto pero que mantienen en su corazón.

- Este libro rinde tributo a esas mujeres, como decimos en Colombia ‘berracas’, que se enfrentan a las adversidades...

Claro, eran mujeres de pueblo que no conocían nada de la tecnología y de pronto se van a una ciudad enorme, sumado a una lengua que no conocen y unos códigos que ni idea y así luchan y se enfrentan a todo, ellas se empeñaban en ser fuertes porque en su cabeza solo había un pensamiento y era sobrevivir como fuera.

- En ese sentido, también se podría interpretar que la novela es un tributo a los que se han enfrentado a la migración...

Sí, es un tributo a todos aquellos que se vieron forzados por una causa u otra, bien sea razón política, climática o lo que sea que los llevó a dejar su mundo y construir uno nuevo, cómo sacaron de dentro coraje, valentía y ganas de pelear para seguir adelante y darle un futuro digno a sus hijos.

- ¿Por qué leer esta novela?

Porque, en primer lugar, la historia es muy ágil, envolvente y pasan muchas cosas constantemente, por lo cual cautiva desde el principio, se pasan páginas con ganas de seguir y saber qué va a pasar con estas tres hermanas.

Por otro lado, no se trata solamente de una historia donde la acción predomina por encima de todo, sino que también hay una capa de humanidad bastante evidente en todos los personajes, todos acarrean un mundo que tiene realidad, luz y sombra.

- ¿Qué viene ahora?

No sé. Todavía no sé que viene, de momento estoy con este libro y ahora lo que me queda es disfrutarlo y que los demás lo hagan, después pensaré en otra novela, pero aún no se qué puede tener dentro de ella.

Credito
COLPRENSA

Comentarios