Las 1280 Almas y su música de la resistencia

Entrevista con los integrantes de la agrupación de rock colombiana que lanzan ‘Marteko Euriak’, su nuevo trabajo discográfico con el cual celebran sus 25 años de labores, haciendo música como forma de resistencia social.

Han pasado 25 años desde que un grupo de amigos, estando a mitad de sus carreras universitarias, decidieron hacer una banda entre el ska, el punk, el acid rock y el post harcore, para cantarle a la rebeldía, con fuerte crítica social y un espíritu constante de hacer resistencia a través de la música.

‘Las 1280 Almas’, nombre tomado de la célebre novela de Jim Thompson, ha escrito uno de los capítulos más importantes del rock nacional, con canciones sociales como ‘Soledad criminal’, tratando el tema de la violencia y los desaparecidos en ‘El platanal’, así como una dedicatoria a los miles de presos en el país en ‘Te veré allá afuera’.

Este mes sus integrantes se preparan para lanzar su nuevo material discográfico, ‘Marteko Euriak’, una frase en euskera que traduce ‘Lluvias de Marte’, en homenaje al lugar donde fue grabado, el País Vasco.

En enero de 2018 viajaron a este lugar, a la población de Usurbil, al estudio de grabación Haritz Harreguy Studia, donde grabaron las 14 canciones que hacen parte de este nuevo trabajo que fue compuesto durante el año 2017. En la génesis de este disco participó el nuevo integrante del grupo, Francisco Nieto, baluarte de la historia del rock en Colombia, quien ha hecho parte de agrupaciones como La Derecha y La Pestilencia.

Colprensa habló con Fernando del Castillo y Juan Carlos Rojas, miembros fundadores de Las 1280 Almas, junto a Francisco Nieto, músico que hace poco se unió a la agrupación, tras hacer parte de bandas como La Derecha y La Pestilencia.

 

Desde el país vasco

- ¿Por qué el nombre del nuevo disco es en euskera?

Juan Carlos Rojas: Se llama ‘Marteko Euriak’, que lo grabamos en el País Vasco (España), donde se habla euskera, y por eso el nombre del disco viene en esta lengua, porque pasaron muchas cosas importantes allí, fue mucho lo que aprendimos de nosotros mismos, a través de ver cómo los vascos hacen resistencia a través del idioma.

- ¿Por qué ir a grabar en esta parte de España?

Juan Carlos Rojas: Fue una serie de coincidencias afortunadas. En principio, realizamos una gira en 2016 por Europa, y por varios amigos empezamos a pensar que debíamos grabar allí. Una primera idea fue Berlín, pero lo desechamos por costos y por el idioma; luego pensamos en Barcelona, pero allí encontramos las mismas condiciones con las que contamos en Colombia.

Una amiga que vive en Suiza, pero que vivió en el País Vasco, nos contactó con personas que son importantes en la movida del rock allí, con gente que venían trabajando desde los noventa con una música que nos influenció a nosotros mucho, lo que nos ayudó para poder llegar allí y tener esta maravillosa experiencia.

- ¿Qué tanta influencia han tenido del rock del País Vasco?

Fernando del Castillo: La gente que nos ha acompañado desde los noventa creo que tienen las mismas referencias que nosotros y conocen todos los grupos del rock rebelde de esta parte de España, involucrado con nacionalismo vasco y de reivindicación.

Era un componente importante por ese germen combativo que tenían sus canciones, con crítica social, lo cual siempre nos interesó. Mucha de nuestra música ha sido por esa línea, y que se diera esta posibilidad de ir a grabar allí fue maravilloso, por lo que no dudamos en tomar esta oportunidad.

Además, nos interesaba mucho ver si nuestro sonido podría alcanzar un nivel distinto y que estuviera soportado por la experiencia de gente que produce esa música que nos influenció, porque lo nuestro nunca ha estado por la onda del rock californiano, la cosa siempre ha ido por otro lado, siempre buscando e investigando para darnos cuenta que nunca nos hemos encontrado por completo.

- ¿Qué buscaban encontrar allí?

Francisco Nieto: No estábamos muy seguros de lo que íbamos a encontrar. Sabíamos que era un estudio muy profesional y especializado en este estilo de rock, porque aquí en Colombia hay muy buenos estudios, pero donde se graba de todo, pero allí era trabajar en estudios donde siempre han trabajado con grupos de rock radicales y entienden bien el sonido.

Lo que hicimos fue trabajar bien nuestras canciones desde aquí, para llegar muy claros, para poder llegar allí y grabar.

Nos encontramos con personas muy colaboradoras y con puntos de vista que nos ayudó a mejorar aún más. Además, nos pudimos concentrar bien en grabar.

- ¿Qué tan diferente fue la experiencia de grabar respecto a los álbumes anteriores?

Juan Carlos Rojas: Habíamos tenido todo tipo de experiencias a la hora de grabar. En ocasiones hemos grabado en el mejor estudio del país, con cierto número de horas de trabajo, en otras ocasiones, en estudios más pequeños e incluso en nuestro propio estudio, donde teníamos la oportunidad de grabar mucho, hacer muchos borradores, pero esta es la primera ocasión en la cual salimos del país y nos vamos un mes concentrados con solo la tarea de estar grabando, sin distracciones. Eso hizo que grabáramos de una manera muy clara y contundente.

También fue importante porque nos apropiamos del lugar, alejado a todo, en medio de vascos y poco inmigrantes, lo cual hizo que empezáramos a relacionarnos con la gente del pueblo de una manera muy especial y terminamos haciendo un concierto.

- ¿Encontraron similitudes entre lo que ustedes hacen y el rock del País Vasco?

Juan Carlos Rojas: De alguna manera entendimos que nosotros hacemos resistencia también a través del idioma. Ellos lo hacen con el euskera, nosotros, que fuimos colonizados y nos impusieron el español, lo que hacemos es hacer resistencia usando nuestro español, sin pretender salir a cantar en inglés, lo cual, de cierta forma, nos hermana con la lucha de resistencia vasca.

- ¿Cómo fue el trabajo de composición para estas canciones?

Fernando del Castillo: El trabajo de composición duró casi año, por lo que nos tocó frenarnos porque teníamos muchas canciones, estábamos en buena racha, lo cual no nos pasaba hace un buen tiempo, por eso son 14 canciones.

Llegamos al País Vasco con todo listo, allí realizamos unas puntaditas mínimas, porque veníamos de un año componiendo y estudiando paso a paso, para poder aprovechar cada uno de los momentos de la grabación, lo cual fue lo ideal.

- Las letras también se han ido transformando...

Fernando del Castillo: Este es un proceso colectivo donde la música no está subordinada a las letras, ni al revés. De lo que se ha tratado todo este proceso es purificar esa forma de componer letras, porque yo no quiero arrepentirme después de lo que dije, porque me ha pasado con las letras adolescentes con las cuales empezamos.

Es un proceso de depuración. No sé si en este disco exista un exceso de esa depuración, porque ese reclamo constante social que encuentran en otros discos, en este no sea tan evidente, aunque siempre está. Tenemos la búsqueda de lograr ser más universales, sobre cosas que pueden suceder a cualquier persona y en cualquier época, lo que nos llevó a crear letras más intimistas, aunque los temas que siempre nos ha interesado aparecen en este disco.

- ¿El arte para la resistencia?

Juan Carlos Rojas: Nosotros venimos de una época en la que se le daba mucho valor a la conciencia social y con la cual uno sentía que podía mejorar el mundo. Desde entonces apareció esa necesidad creativa, desde la época del colegio y luego a la mitad de la universidad cuando decidimos armar una banda, que la queríamos tener pero no con canciones con letras vacías.

- ¿Lanzarán el álbum en formato de vinilo?

Juan Carlos Rojas: Primero lo lanzaremos en un disco compacto y luego presentarlo en vinilo, porque es el romanticismo del objeto, que se siente que realmente estás lanzando un disco y no sólo subir tracks en la red.

Credito
COLPRENSA

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