Un preludio de notas luminosas cautivaron a Colombia

DIEGO PINEDA - COLPRENSA / PRENSA GOBERNACIÓN DEL TOLIMA - EL NUEVO DÍA
El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo se engalanó y fue protagonista de la fiesta de la música en el país, con el Concierto de Gala que adelanta la Fundación Musical de Colombia.

Una noche en la que el amor profundo por la música, y en especial la colombiana se tomó a casa llena el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, fue lo que se vivió el pasado jueves en la Capital de la República.

Grandes artistas, personajes emblemáticos del Festival Nacional de la Música Colombiana que llega a su edición No. 33, se dieron cita para cantarle a los valores del territorio colombiano, entre ellas la presencia en tarima por primera vez del cantautor homenajeado, que en esta ocasión es la vallecaucana María Isabel Saavedra.

 

La antesala

En el lobby del también centro cultural, la Gran Rondalla Colombiana deleitó a los asistentes que iban arribando al lugar con un copilado lleno de tradición; allí la colonia tolimense residente en Bogotá, vibró con cada una de las canciones que rememoraron tiempos de antaño.

Así pues, ‘La Ibaguereña’ y ‘El Barcino’ fueron dos de los temas que más disfrutaron y cantaron desde los balcones y pasillos los invitados, entre ellos la madre del Presidente de la República, la señora Juliana Márquez de Duque; el gobernador del Tolima Óscar Barreto Quiroga y el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, entre otras personalidades.

 

Concierto de Gala

El telón del ‘Julio Mario’ subió y en escena apareció la agrupación Ibanasca, interpretando Tiplecito viejo de José A. Morales, que inundó de sentimiento los corazones de los asistentes, quienes en voz baja la cantaron hasta el final.

Poco a poco el público fue acrecentando su afinidad, cuando la agrupación demostraba su habilidad al incluir instrumentos como el cajón y la quena, todos representativos de la región andina.

Luego, con ese mismo ímpetu como en aquel 1995, el dueto Lina y Julián se apoderó del escenario, y con fuerza cantaron pasillos y bambucos en el que apareció hasta una tambora; los aplausos no se hicieron esperar y ellos, agradecidos, se hicieron sentir como unos de los embajadores de la noche.

Seguidos a la presentación de los primeros Príncipes de la Canción hace ya 25 años, asomó en la tarima la tradición del dueto Lara y Acosta, quienes convertidos en representantes de la ‘Tierra de la tambora’, ratificaron la honra del canto de un Pijao, los Poquito a poco de Rafael Godoy, el clamor de un pueblo al que le cantó el maestro Rodrigo Silva, y el camino a las fiestas de su región.

Una vez que los espinalunos dejaron en alto los aires del folclor, el dueto Nocturnal con el vigor de sus voces ratificó la inmensa conexión que sigue vigente con el público, al punto de que éste se pusiera de pie y pidieran más interpretaciones.

Este dueto, que tuvo el título de Príncipes de la Canción en el 2003, rindió tributo con Quiéreme ahora, del tolimense José Faxir Sánchez, el compositor que será homenajeado el 23 de marzo, Día de la Música Colombiana.

De esa manera y como quien emprende la ruta hacia el sur, las composiciones de Jorge Villamil, Jorge Añez y Miguel Ospina, hicieron llegar a el dueto Armonizando Dúo, los actuales Príncipes de la Canción para defender su título.

Haciendo honor a su tierra, el dueto comenzó su repertorio con El Huilense, así como de Coyaima indiana, letras que describen a los hijos del Tolima Grande.

 

Un canto a la vida

El momento cumbre de la noche estuvo a cargo de la compositora María Isabel Saavedra, una vallecaucana que lleva las banderas de Colombia a otras latitudes desde hace varios años.

Con un viaje por los sonidos colombianos, su voz deleitó a los asistentes que también cantaron e interactuaron durante su presentación.

El joropo, el bambuco, un aguabajo del Pacífico, el merengue campesino y hasta la fusión latinoamericana en 6/8 hicieron parte del repertorio, muy fresco y propositivo ante la música tradicional y ya conocida en el país.

“Me siento inmensamente agradecida con Colombia (...) esta es una de las cosas más emocionantes que le ha pasado a mi carrera, estos años han sido de cosecha porque los anteriores fueron de una siembra muy dura, desafiante ante la música y la composición que ha sido muy masculina. Lo recibo con inmenso agradecimiento porque el festival es un patrimonio cultural muy importante para el país”, le contó a EL NUEVO DÍA la compositora.

Así las cosas, este canto a la vida que hizo la maestra Saavedra, hizo vibrar de ‘colombianismo’ el corazón de los tolimenses que asistieron al teatro, en el que no se dejó la tradición de entonar el himno de la Fundación Musical de Colombia, Hurí, al que en una sola voz los artistas invitados y el público corearon con entusiasmo y pasión recordaron a los memorables Garzón y Collazos.

Credito
ALEJANDRA CAVIEDES ENVIADA ESPECIAL - BOGOTÁ

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