Murió a los 75 años el periodista y escritor Alfredo Molano Bravo

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Por su trayectoria y gran conocimiento del conflicto armado colombiano, fue designado miembro de la Comisión de la Verdad. El país lamenta su muerte.

El sociólogo, periodista y escritor Alfredo Molano Bravo murió ayer en la madrugada a los 75 años de edad.

Su muerte fue confirmada en su cuenta de Twitter por su hijo, el también periodista Alfredo Molano Jimeno: “A quienes quisieron a mi padre, Alfredo Molano Bravo, les cuento mi dolor por su partida. Hasta el último día de su vida peleó con todas sus fuerzas”.

Sociólogo de la Universidad Nacional y la Escuela de Altos Estudios de París, dedicó su vida a recorrer y documentar la Colombia rural.

En libros como Siguiendo el corte, Desterrados, Los años del tropel y muchos otros desentrañó los orígenes de la violencia en Colombia y mostró sus efectos sobre la población civil.

Ganador del Premio Simón Bolívar, fue un defensor del acuerdo de paz con las Farc y su gran conocimiento del conflicto lo llevó a ser nombrado como miembro de la Comisión de la Verdad, en donde tenía la misión de establecer lo ocurrido en el conflicto en las regiones de la Orinoquía y la Amazonía.

“Alfredo nos dejó en el Camino. Tenía plena confianza de que seguiría con nosotros desde el misterio que nos moviliza por la verdad, la justicia y el amor y nos espera. Fue grande en la tarea hasta el último momento. Su vida hasta última hora fue la verdad de los campesinos”, manifestó el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.

Esa entidad, de la que hizo parte en sus últimos años, expresó en un comunicado: “A lo largo de su vida y durante el tiempo de su trabajo en la Comisión recorrió el país hasta sus rincones más profundos e hizo aportes invaluables, críticos y valientes a la comprensión y solución de los problemas sociales, económicos y políticos del país. Su legado seguirá iluminando nuestro camino”.

La Universidad Nacional, de donde se graduó como sociólogo y trabajó buena parte de su vida, señaló a su vez: “Alfredo Molano dedicó su vida a recorrer los lugares más inhóspitos de la geografía nacional dando voz a sus comunidades y territorios, representando en sus investigaciones y reveladores escritos los orígenes y desarrollos de las luchas sociales y del conflicto armado. Los campesinos, indígenas y afrodescendientes que defienden sus territorios y la preservación de su cultura tuvieron siempre un lugar de privilegio en sus estudios”.

 

El Alfredo Molano que yo conocí

Hélida Helena Bárcenas 

 Tuve la fortuna de conocer a Alfredo Molano a finales de la década del 90, claro que su filosofía y producción intelectual la empecé a conocer mucho tiempo antes cuando en la universidad las lecturas sobre el conflicto armado en Colombia eran obligatorias y desde luego las investigaciones de éste sociólogo egresado de la Universidad Nacional y alumno del cura Camilo Torres no podían faltar.

Después de varios años de seguirle la pista a través de sus libros, sus entrevistas por TV, en sus columnas de prensa. Las casualidades o causalidades de la vida hicieron posible ese primer encuentro en una de las calles de la Candelaria en Bogotá, luego en una conferencia en la Javeriana y el destino hizo que coincidiéramos en un encuentro de escritores en la Surcolombiana en Neiva en donde duramos intercambiando ideas durante 3 días con otros escritores invitados.

Venía desde Barcelona en donde había solicitado el asilo por las amenazas de los grupos paramilitares. Imposible olvidar en aquel encuentro su cara de tristeza al final del evento, ya que debía regresar a Barcelona y él quería quedarse en Colombia.

Tenía una casa en Honda, Tolima, en plena zona colonial. Imposible olvidar su patio grande, sus plantas muy floridas, los árboles frondosos, sus hamacas guindadas por toda la casa y un comedor gigante en donde lograba reunir allí a todos sus hijos, nietos, exesposas y amigos más allegados. Era una casa con libros por todos lados, en donde la tertulia nunca faltaba a la hora del almuerzo, la cena o entre siesta y siesta.

Muchas veces le oí decir que le fascinaba Honda por su valor histórico y riqueza arquitectónica, sus calles empedradas y estrechas, que era como estar en Cartagena pero sin vista al mar; caminar por entre callejones y puentes observando el río Magdalena era uno de los placeres que se daba cuando bajaba a este municipio, ya que el frío de la Calera y Bogotá no los soportaba, además, llegaba a esta ciudad, huyéndole al estrés que se vive permanente en Bogotá.

Se nos fue uno de los grandes y como él, pocos escritores e investigadores serios que ha tenido Colombia; siempre preocupado por la situación del país. A través de sus escritos conocimos parte de la historia contemporánea de Colombia, logramos apreciar la belleza de nuestra geografía, las tristezas y el dolor de quienes han padecido las crueldades del conflicto armado, la desidia y la indolencia de estos gobiernos vende patrias.

Paz en su tumba, su legado estará presente en quienes quieran conocer parte de nuestra historia. 

 

Dato

Alfredo Molano Bravo conoció de cerca y estudió en profundidad los orígenes de las Farc como una guerrilla campesina liberal, en el sur del Tolima.

Credito
COLPRENSA

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