¿Quién hace verdaderamente la voluntad de Dios?

«Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor". Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: -«El primero.» Jesús les dijo: -«Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios.»  Mateo 21,28-32.  

La voluntad en nosotros, los seres humanos, es una facultad que nos permite tomar decisiones de bondad y rechazar opciones negativas frente al camino del bien. La voluntad en Dios es el deseo grande del creador por que todos encontremos los caminos de la perfecta sociedad que el mismo Señor se ha dignado crear.

Hacer su voluntad es una fuerza de la Fe, de la Gracia, del entendimiento, de la humildad, de poder enfrentar mi propio capricho al darme cuenta de que no debe ser así, no puedo dar rienda suelta a mis debilidades, porque termino escogiendo lo peor. Digo Sí, pero puedo ser No, o digo No, pero tengo la posibilidad de pensarlo mejor y tomar la decisión de un Sí definitivo. El juego del pensamiento entre el Sí y el No por momentos puede ser peligroso, en otro momento permite reaccionar ante un peligro inminente.

En ese espacio viene bien permitir la resonancia de la profecía de Ezequiel cuando el profeta anuncia: Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá. Ez. 18,25-28.

Bendiciones para todos los hermanos que aún siguen privados de su libertad en la selva colombiana. 

Comentarios