Daiana es una reina con príncipe vinotinto y oro

FOTOS SUMINISTRADAS – EL NUEVO DÍA
La esposa de Antony Silva, una miss paraguaya enamorada de Ibagué, que desea que su primogénito nazca en territorio Pijao.

Parece que una regla de oro dentro del deporte de masas, no es sólo anotar muchos goles para salir campeón, sino rodearse de las mujeres más bellas y deseadas, algo a lo que no es ajeno el paraguayo Antony Silva, quien sin proponérselo se convirtió en el príncipe azul de una reina.

El arquero del Deportes Tolima, además de la fama propia del mundo deportivo, conquistó el corazón de una atractiva, sensual y sensible princesa: Daiana Cubilla Lee, que dejó todo para apoyarlo y seguirlo en nombre del amor.

Esta distinguida, elegante y carismática mujer, segunda princesa del certamen real más importante de Paraguay en 2009, hija de una coreana y un paraguayo reside desde julio en Ibagué, donde espera, en pocos meses, nazca su primogénito, ojalá una niña.

Su presencia dentro y fuera de la cancha se convierten en el mejor aliciente para que Silva haga lo suyo: impedir los goles de los equipos contrarios.

Daiana Cubilla Lee nació hace 27 años, un 13 de agosto, y como si la vida estuviera prediseñada para que ella fuera la diosa de Silva, su existencia se cruzó hace más de 16 años, cuando la pareja apenas era preadolescente.

“Nosotros fuimos compañeros de escuela, y desde chiquititos yo sentía algo por él, pero nunca me atreví a decirle”, recordó con mucha emoción.

Según narró en medio de suspiros, tras terminada la época escolar, cinco años después volvieron a encontrarse “fue un flechazo” y nunca más se separaron, y de ahí han celebrado juntos ocho aniversarios de noviazgo y hace tres meses y medio, ante Dios se juraron amor eterno.


Todo atrás

Con 1.77 metros de estatura, dueña de una belleza exótica, un cuerpo atrayente y una actitud que convence, Daiana fue una de las cinco mujeres más hermosas de su país en 2009, al participar en Miss Paraguay, concurso en el que quedó como segunda princesa.

A pesar de que no ganó la codiciada corona, su simpatía y atributos físicos e intelectuales la hicieron popular en las pasarelas y entre la prensa, ésta última que la aclamó como la “reina del pueblo”.

Su participación en dicho reinado le dejó como premios el título de mejor cabellera, silueta y miss elegancia, que marcaron una carrera exitosa como modelo, de respetadas compañías.

No sólo sus cualidades físicas la hicieron sobresalir, también su talento deportivo. De hecho la primera vez que visitó a Colombia lo hizo como lanzadora de jabalina, en una competencia mundial, de la que refirió “me fue muy bien”.

En deportes también practicaba ‘hand ball’ (balón mano) y salto alto en atletismo, disciplinas en las que su nombre fue aclamado en el colegio, en la universidad y profesionalmente; paralelamente ejercía el diseño gráfico, en una empresa de televisión, donde se desempeñaba como productora. A todo esto Daiana renunció sin pensarlo dos veces para seguir a Antony Silva.

Aunque extraña su país, los desfiles y su vida habitual, no se arrepiente pues cree que más adelante podrá retomarlos; por ahora está enfocada a “estar con el amor de mi vida”.

“Creo que tomé la mejor decisión y valió la pena, porque es un hombre que me respeta y me ama, y eso es fundamental para mí.

“Nosotros desde hace tiempo veníamos hablando de que si él tenía alguna posibilidad en el extranjero, debíamos irnos preparando para venir. Cuando él se vino al Tolima yo estaba trabajando como productora de televisión y la verdad fue difícil dejar todo, pero para mí antes que nada está la profesión de él, poder apoyarlo para tener grandes cosas más adelante”, aseveró.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios