Hace seis años el ibaguereño Henry Andrés Rojas Delgado empezó a sonar en el fútbol profesional colombiano con Atlético Nacional, Once Caldas, Junior y Atlético Huila, pero 2012 es para él un volver a empezar, esta vez vistiendo la camiseta del Vinotinto y oro.

La sensación que se apoderó de su cuerpo y alma desde mediados de diciembre con el inicio de la contratación entre las directivas del Huila y el Deportes Tolima es indescriptible.

Pensar en el 29 de enero, cuando arranca el campeonato, le pone el corazón a 'mil', pues de salir las cosas como las tiene planeadas sería su debut en el gramado de la 37.

“Será una experiencia distinta porque ir al estadio y ver a varios amigos en la tribuna, familiares y a la prensa pendiente de que hay un jugador ibaguereño en la cancha, no la he vivido en los equipos en que he estado”, expresó.

Y agregó, en medio de un suspiro, que “no sé hasta el día que me toque cuál vaya a ser mi reacción en el campo de juego”.

La revancha
Esta figura del balompié nacional, que asegura se entrega ciento por ciento en la cancha, con ideas claras y precisas, gracias a su rapidez mental, podría ver su contratación como una revancha, pues en 2003 cuando estuvo probando suerte con el profe Jorge Luis Bernal, ésta no estuvo del todo de su lado, aunque marcó su paso a la división de inferiores del Atlético Nacional, cuando a penas tenía 15 años.

El volante, llegó al deporte de masas por los consejos de sus padres Olga Lucía y Henry Rojas, a los siete años, cuando empezó a ser inscrito en distintas escuelas de fútbol de la Capital Musical, entre ellas, Cooperamos Tolima, Pijao Fútbol Club, que le llevaron a integrarse a distintas selecciones infantiles y prejuveniles.

Pero su llegada a este deporte estuvo marcado primero por su gusto por el bicicrós. De hecho, desde los cuatro años empezó a practicarlo, hasta que optó por cumplir los deseos de su progenitor: convertirse en futbolista.

“Esta es una carrera en la que nadie tiene asegurado un futuro y Dios me dio la bendición de ser un jugador profesional, para mi fortuna fue la mejor elección”, refirió al mencionar que después del Todopoderoso y su familia, pegarle a un balón es su vida.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Cuál ha sido su mejor gol en la vida?
“Ser la persona que soy: un buen hijo y hermano. Responsable a pesar de las circunstancias en que he tenido que levantarme”.

¿Y el pase-gol?
“Cumplir mi sueño de llegar al fútbol profesional”.

¿En el amor le gusta la defensiva o el ataque?
“Me gusta arriesgar, porque soy un hombre de retos, que da todo por su gente querida, que con disciplina, humildad y sencillez ha logrado alcanzar sus metas”.

¿Cuándo le han metido zancadilla?
“Perder a mi padre cuando tenía 13 años, ese ha sido el momento más difícil que he afrontado”.

¿Cuál ha sido su peor lesión?
“En el 2010 tuve un año muy bueno, que me dio la expectativa de jugar afuera y no lo hice; ¡pienso en ello aún!”.

¿Cuál ha sido su mejor gambeta en el amor?
“La novia que tuve casi toda mi vida, infortunadamente ya no estoy con ella”.

¿Y el marcaje más intenso en el juego de la vida?
“Experiencias que le hacen perder un poco el rumbo y que no quisiera volver a repetir”.

¿Un partido decisivo que se le haya ido a los cobros de penal?
“Tomar la decisión de salir de Ibagué, a la edad de 15 años, para irme a vivir sólo a Medellín en busca de mis sueños”.

¿Cuál es su táctica para conquistar?
“No sé. Soy una persona muy tímida, por lo que pienso que entra más por una atracción física que por la entrada verbal que caracteriza a los hombres”.

¿Le teme a las mujeres pata brava o le gustaría caer en sus redes?
“Sí, las prefiero lejos. A mí me gustan las mujeres tranquilas, estudiosas, mejor dicho: de casa...”.

¿Cuándo le tocó pedir cambio?
“En Medellín, en un momento en que me encontraba descontrolado, porque me dejé llevar un poco de la ciudad; ahí decidí tomar un cambio y ha sido lo mejor que he hecho”.