Despojar a nuestro organismo de las sustancias que le hacen daño y, a su vez, alistarlo para llevar una vida más saludable es posible, gracias a una práctica que ha tomado fuerza en personas de diferentes edades: la desintoxicación iónica.

Este procedimiento, que pueden tomar tanto hombres como mujeres jóvenes, adolescentes y adultos, consiste en introducir los pies o las manos en un recipiente lleno de agua, al que también previamente le ha sido instalado un electrodo.

Esto para generar la electrólisis, tras el contacto de la piel con el agua; gracias a él, y al aumento de la alcalinidad del agua efecto de agregarle sal marina, las toxinas empiezan a ser eliminadas a través de los poros de las plantas de pies y manos.

Tomando la teoría de la electrólisis, se genera la ionización, que rompe las moléculas del agua en miles de iones, cuando el anión y el catión reaccionan entre ellos, y se generan las condiciones óptimas para que el proceso de ósmosis celular se active.

“Las toxinas empiezan a revelarse a través del agua, y así uno puede conocer qué tipo de toxinas está eliminando el cuerpo y saber con qué parámetros cuidar su alimentación”, explica a EL NUEVO DÍA Carolina Niño, podóloga graduada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Así, de manera sencilla, y evidenciado en un drástico cambio de color en el agua, a medida que pasa el tiempo de inmersión, se podrá eliminar del cuerpo todas aquellas sustancias adquiridas por una mala alimentación, entre muchas otras, clasificadas en fuentes exógenas y endógenas (ver recuadro).

No obstante, este tratamiento se caracteriza por guardar unas muy positivas consecuencias secundarias y por estar sólo contraindicado para quienes sean menores de 10 años o adultos que tengan instalado un marcapasos.

De otra parte, la especialista Niño deja claro que no existe inconveniente alguno para que se la practiquen quienes se hayan sometido a cirugías a corazón abierto con válvulas, pues éstas no funcionan con medios rítmicos.

La planta de los pies es la región del cuerpo humano que posee más poros y contiene además los puntos reflexológicos conectados directamente a los meridianos, órganos, aparatos y sistemas.

Fuentes de intoxicación

Externas (exógenas)
Inhalación de aire contaminado, humo de cigarrillos (fumador pasivo), productos químicos, agua, medicamentos, plaguicidas, teléfonos celulares, monitores de ordenadores, hornos de microondas, redes eléctricas y antenas, entre otras.

Internas (endógenas)
Fermentación, putrefacción y enranciamiento de los alimentos ingeridos, deshidratación, mala alimentación, estrés y desequilibrio emocional.

Fácilmente incluso personas que de manera consciente logran estilos de vida saludables, están sujetas a intoxicación.