Lo que nos aleja de Dios, nos pone en condición de marginados

« °°° se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: si quieres, puedes limpiarme. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:

Quiero, queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.°°°” Marcos 1,40-45

 “La vida es un espectáculo imperdible”… Jesucristo es el Maestro de la vida, de la salud, de la esperanza. Donde el ser humano cree que todo se ha terminado, escucha la voz de su Señor que le dice: “Quiero, queda limpio”


“La historia de Jesucristo es el mayor laboratorio de autoestima para la humanidad... vale la pena vivir la vida, aunque tengamos dificultades, aunque lloremos, aunque seamos derrotados, aunque algunas enfermedades nos provoquen vergüenza. Nunca hay que desistir en este caminar. Hay que caminar aunque tengamos miedo de tropezar, si tropezamos no tengamos miedo de herir, y si herimos hay que tener el valor para corregir”. Vete y preséntate ante los sacerdotes… (August Cury)


Las ocasiones de milagro en la vida de Jesús tienen una razón de ser: La salvación del hombre, la liberación de la persona, la conversión, el testimonio. No se sana por sanar, no se sana por impactar o llamar la atención. Dios sana porque tú crees en Él, en su poder y en su misericordia y porque comienzas una vida nueva que va a servir de ejemplo para los demás. Sencillamente Jesucristo quiere y quedas limpio.


La sanación es una gracia de Dios que se convierte en perdón; el perdón es sanación. La verdadera sanación de alguien, es la ausencia de pecado en su vida. Es el esfuerzo continuo y permanente de no ofender a su Dios. El que se sana, ha entendido el poder de Dios. Cuida tu salud: No limites las demás personas por su situación de pecado, al contrario, ofréceles una puerta de salvación.

Credito
JAIRO YATE RAMÍREZ

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