La religión debe estar centrada en Cristo Jesús

« °°° Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora.°°°” Juan 2, 13-25.  A Dios le gustan las cosas limpias, no es amigo de los supermercados religiosos, Él mismo es el nuevo templo, Él se presenta como aquel que lo puede todo, a quien podemos acudir en todo momento. Él es el Dios de la vida, de la Gracia, de la esperanza, de la muerte, de la eternidad. Los ambientes físicos son importantes para la vida cristiana, pero no definen en su totalidad la fe y la Gracia divina.

Felices todas aquellas personas que saben vivir inteligentemente su fe, en todo espacio, en todo lugar, en todo momento. Felices aquellos que no reducen su fe a un espacio físico, que no la someten a prueba, que no la arriesgan en ningún escenario, porque creen en Cristo Jesús el nuevo templo de la esperanza. La fe es mucho más extensa en la comprensión de la vida, del tiempo, el fin, la hora, el momento, un templo, etc.

Hay que aprender a vivir de acuerdo con el orden que Dios ha dado a la creación, cada cosa tiene su lugar, cada experiencia tiene su instante, todo tiene su valor, todo tiene su principio y su fin. La esperanza enseña a vivir la fe en medio de las responsabilidades cotidianas, a tener ceñida la cintura, a responder por nuestra historia, a trabajar por el sustento diario, a corregir debilidades y amenazas para un buen espíritu. Su mayor expresión es la caridad. Cuida tu salud: Purifica tu religión: no la conviertas en un comercio.

Comentarios