Garzón y Collazos recibió su esperado homenaje anual

HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
Una ofrenda floral y una serenata, acompañada de diversos recuerdos recibió, ayer, el dueto insignia del Departamento por parte de los seguidores de su invaluable legado.

El homenaje al dueto Garzón y Collazos en su última morada, el cementerio San Bonifacio, siempre conmueve. Ayer no fue la excepción, pues con La Negra Grande de Colombia, en primera fila, se convirtió en un encuentro de anécdotas y recuerdos.

Como lo han venido haciendo desde hace más de dos décadas, la Fundación Musical de Colombia, los seres queridos y seguidores de la insigne agrupación, llegaron muy temprano para convertir en epicentro de fiesta su tumba.


Como si se tratara de la sala de la casa de alguno de los maestros  Darío Garzón y Eduardo Collazos, sus hijos y otros músicos entonaron las bellas canciones de ayer, hoy y de siempre. Los primeros en salir a escena fueron César Ramírez y Alfredo Collazos, con su dueto Ramírez y Collazos, para deleitar con Flor del Campo, Amo mucho tus ojos, La Sombrerera y Remansos.


Estas canciones dieron paso a Garzón y Arroyo, de Darío Garzón y Luis Eduardo Arroyo, para que interpretaran Pescador Lucero y Río, Campesina Santandereana y Pueblito Tolimense, mientras traían a la memoria los mejores momentos de los homenajeados.


En medio de aplausos y gritos de 'otra, otra, otra' le tocó el turno a Carlos Garzón y Wilfredo Torrado, integrantes del dueto Garzón y Torrado, para cantar a una sola voz Poquito a poquito, Oropel y Yo también tuve 20 años.


Y para concluir la emotiva serenata salió la Coral Ciudad Música, que interpretó, entre otros temas, Ya se murió mi viejo y Canta un pijao.


Credito
EL NUEVO DÍA

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