Conservar un matrimonio hoy en día se ha convertido en un reto para las parejas que inician sus relaciones.

Amar para toda la vida pasó a ser algo momentáneo, transitorio para los recién casados que en algunas ocasiones sin importar que lleven meses, optan por divorciarse.

Casarse no es una obligación, es un acto de confianza entre dos personas que juran ante una iglesia o algún juez, el compromiso de velar por el otro de forma incondicional.

También, puede significar una oportunidad para recuperar valores como el respeto, la tolerancia y la admiración que se han perdido desde el núcleo de la familia y donde por generaciones se ha empezado a transmitir este acto simbólico como un ‘error’, un ‘matricidio’ e incluso un ‘acto de locura’.

Y que mejor que Álvaro Bonilla y Amelia Morales de Bonilla, una pareja que desde hace 60 años se juraron amor eterno y hoy mantienen viva la misma magia de cuando fueron novios, para que den a conocer los secretos de su acertada decisión, en homenaje al día de los casados, celebrado ayer por miles de fieles en honor a San José.

Un ejemplo a seguir
Con alegría, Álvaro y ‘Chelita’ manifiestan que la clave por la cual su matrimonio ha durado años parte del respeto que a diario se profesan, por la admiración de lo que hace cada uno y por el compromiso con el que velan por la salud y la estabilidad de su acompañante.

Se casaron el 28 de noviembre de 1951, en Bogotá en la parroquia Santa Teresita. Gratamente recuerdan que el sacerdote que oficializó la misa se reía cuando los veía, porque nunca pararon de hablar y todavía lo hacen.

Álvaro dice que también las cosas materiales ayudan a fortalecer la relación y no porque sean importantes, sino porque son un instrumento de dar a conocer a la otra persona el afecto que se tiene, a través de una flor que se obsequie en una fecha que no sea de festejo.

“Yo a ‘Chelita’ todos los días le digo que está muy hermosa, y lo está. Todos los días me siento regocijado con sus atenciones. Ella no deja que nadie me dé los remedios, porque es ella la que me conoce y la que ha velado por mí, todo este tiempo”, relata Bonilla.

Chelita, por su parte, dice que “tener buen genio y disposición para hacer las cosas, también hace parte de complementarse con la otra persona”.

En un gesto de complicidad expresan que “el chiste a flor de piel no puede faltar”.

Un ingrediente en el amor de esta pareja es la risa, que ha sido fundamental en su larga y ejemplar relación.

Desde que se casaron y a la fecha, han completado 60 años de estar juntos, tienen tres hijos y tres nietos.

“Son más alegres que nosotros, más optimistas y esto nos llena de total admiración todos los días”, dice su hija Márgareth Bonilla Morales.

Necesidades
Willard F. Harley Jr., en su libro “Qué necesita él, qué necesita ella”, ha identificado cinco necesidades básicas que el hombre espera que su esposa satisfaga y cinco necesidades básicas que la mujer espera que su marido cumpla.
Lo que ellos quieren después de casados es satisfacción sexual, compañía en las actividades recreativas, una esposa atractiva, apoyo doméstico, admiración.

Por su parte, lo que ellas quieren después de casadas es conversación, honestidad y franqueza, apoyo económico y compromiso familiar.

Clave
Álvaro y ‘Chelita’ aconsejan a las relaciones venideras a pensar bien las cosas, a asumir la relación con compromiso, con respeto y con la convicción de que puede durar toda la vida, “porque se puede lograr, mire, seguimos acá felices y enamorados como hace 60 años, e incluso más, porque nos conocimos cuando yo tan sólo tenía 15 años”, concluye Chelita.

TRUCOS
“Mantener vivo el romance, es otro factor preponderante, no dejando que los problemas del diario vivir ahoguen los detalles que se mantenían en el noviazgo. Probablemente no se pueda hacer todo lo que se hacía antes, pero no se debe dejar que la rutina invada su relación de pareja”, aconseja Bonilla.

“En la relación es importante mantener una activa comunicación en la que ambos puedan expresar libremente sus sentimientos sin herirse y escuchando con atención la contraparte, creando de esta manera un ambiente de respeto y de confianza entre ambos”, dice Chelita.