Con la dedicación, responsabilidad y valentía que se requiere para ser Policía, centenares de madres que integran la Policía nacional trabajan hoy, día de las Madres, para que mañana sus hijos puedan tener un futuro mejor.

Aunque la gran mayoría cuenta con descansos durante los fines de semana, cada 15 días, afirman que ese tiempo en muchas ocasiones no es suficiente, por eso aprovechan cada instante que tienen para estar al lado de sus hijos.

Mamá y Policía,Policía y mamá
Nasly Galvis Escobar es una intendente de la Policía nacional que tiene tres hijos, una joven de 17 años de edad, un niño de 14 y la menor de sus hijas, de ocho años de edad.

Dice que lo más difícil es sobrellevar ambos roles, el de ser mamá y Policía al mismo tiempo, y sobre todo el no contar con tiempo suficiente para dedicarle a sus tres hijos.

“A pesar de que sea muy corto el tiempo que tenga para ellos, desde que exista amor, existe todo”, sostiene, y agrega que la comunicación ha sido fundamental para estar pendiente de sus hijos.

“Dialogamos mucho a pesar de que no hay casi tiempo, les hago llamadas por teléfono y aprovechamos mucho el horario del almuerzo”, dice Nasly.

Por su parte, Janne Avilez, una patrullera de la dirección de Planeación de la Detol, de 25 años de edad, coincide con Nasly en la importancia de utilizar cada momento al lado de su hijo Juan Pablo, de nueve meses de edad.

Janne, dice que lo más difícil es tener que dejar a Juan cada día, antes de salir a su trabajo.

“No tener tiempo para compartir con mi bebé es muy difícil, además dejarlo cada día cuando salgo y comienza a llorar”, expresa, aunque acepta que recibe gran apoyo de su familia en el cuidado del bebé y que usa sus días de descanso para estar con Juan Pablo.

Sin fechas especiales
Casi todas las fechas especiales que tiene el año, no pueden ser aprovechadas por las madres que integran la Policía nacional, debido a que son en esos días, en que sus deberes las mantiene más ocupadas.

Días de la Madre, navidad, año nuevo, entre otros, pasan en muchas ocasiones desapercibidos, porque el mismo profesionalismo que les permitió vincularse a la Fuerza Pública es el mismo que impulsa el amor que también tienen por su institución.

Sin embargo, aunque no puedan celebrar con la normalidad que permiten otras profesiones menos valerosas, son mamás como cualquier otras, con sueños e ilusiones, que cada día se levantan por el amor a sus hijos y se despiden siempre con un beso.