Víctor Manuel Duque Jaramillo, un licenciado en lengua castellana, nacido en Pereira, pero de padres chaparralunos, viajará en dos semanas a la tierra de los Aztecas a recibir la certificación que lo acredita como el hombre que más conferencias ha dictado en el mundo.

Este maestro y escritor, con especialización en Comunicación Social, que dice sentirse un tolimense al 100 por ciento, tiene la marca de haber impartido siete mil 325 conferencias, suma que equivale a dictar una conferencia diaria por 20 años, pero que él logró en solo seis.

Temas académicos, exactamente de la lengua castellana y literatura, como semántica, semiología y estética de la literatura, así como de cultura ciudadana y legalidad, dirigidos a profesionales en la materia y a estudiantes de bachillerato, fueron tratados en su correría por Colombia, centro y sur América.

Según contó en visita a EL NUEVO DÍA, con su objetivo de imponer un nuevo récord recorrió más de 900 de los mil 103 municipios de Colombia, además de 10 países: Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Cuba, Guatemala y México.

Recibir este premio y figurar en el libro que contiene las mejores y más curiosas marcas del planeta lo llena más que de orgullo de satisfacción porque “es el resultado de una pasión”.

Para cumplir esta hazaña contó con el apoyo de Fecode, los sindicatos de profesores de cada municipio y departamentos de Colombia. 

“Yo soy fruto de la violencia”

Víctor Manuel Duque Jaramillo se llama a sí mismo como el fruto de la violencia, en virtud a que sus padres debieron abandonar su tierra: Chaparral por causa de la guerra, de ahí que haya nacido en otro departamento.

Sin embargo, su niñez la transcurrió en la Vinotinto y Oro, donde empezó a interesarse por la literatura y la poesía, y como homenaje a sus raíces ha titulado su último libro Del Tolima para el corazón, donde recoge sus más bellas poesías.

Dice último, porque le anteceden un texto de crónicas, uno de ficción, siete ensayos literarios donde cuenta sobre su experiencia como maestro e investigador literario, y dos de poesía rotulados: Poesía entre la vida y la muerte: erotismo, y Poesía de amor y prosa picaresca.

Su talento para la poesía erótica le hizo ganar el décimo octavo concurso internacional de poesía romántica erótica en Antillas Holandesas, entre 150 poetas participantes.