Cuatro roles de grandes mujeres influyentes en el Departamento

Día tras día, las mujeres se abren paso en este mundo trabajando en labores de las que antes se decía eran de exclusividad para los hombres, como conducir vehículos de transporte público, pero ellas siguen demostrando que tienen capacidades para abordar todos los perfiles laborales, por supuesto, cumpliendo sus compromisos con calidad.

Cuatro mujeres decidieron hablar sobre los trabajos que desarrollan; algunas, amas de casa que también dedican parte de su tiempo en trabajos sociales, liderando grandes empresas o transportando ciudadanos.

Unión familiar, la principal misión de Clara Elena 

Trabajar por la unión familiar fortaleciendo los valores y lograr que una persona encuentre el verdadero propósito de la vida, es a lo que se dedica desde hace más de dos décadas Clara Elena de Zubiría de Meléndez, una mujer que ha logrado un trabajo social importante en el Tolima, reconocido a través del premio Mujer Cafam.

Ella, junto con otras mujeres de la ciudad, maneja la Asociación para la Convivencia En el Tolima Florece el Amor; entre otras de las obras que tiene en la ciudad está el comedor social para más de 110 niños, labor que adelanta en conjunto con la Alcaldía.

Clara Elena recordó el día en que una mujer desesperada llegó a su sede en busca de ayuda psicológica, pues los problemas con sus hijos la llevaron a intentar suicidarse.

“Esta persona llegó gritando que necesitaba una psicóloga, que no la dejaban entrar a la escuela donde estudiaban sus hijos porque los maltrataba; en varias oportunidades intentó quitarse a vida. Para ella, sus hijos eran una maldición.

“Pero cuando empezó a asistir a los talleres junto con los niños, se dio cuenta de que su hogar era una bendición; eso fue hace 15 años, ahora son gente de bien, su hogar cambió radicalmente, aprendió lo que es el verdadero amor, el significado de una familia y hoy nos agradece haber encontrado ayuda con nosotros”, narra.

La fundación inició sus trabajos en el atrio de la parroquia de El Vergel, luego consiguieron la casa donde actualmente tienen la sede, y desde allí también capacitan a un grupo de mujeres con programas de valores, liderazgo, metas y que se interrelacionen con el prójimo, buscando siempre ser mejores humanos.

Una mujer echada para adelante 

Paola Valbuena es conductora por tradición familiar y por el gusto hacia los carros. Trabaja hace cuatro años conduciendo la buseta 481 de la empresa Expreso Ibagué.

Un día normal para Paola es levantarse temprano e iniciar con las líneas diarias.“Me levanto a las cuatro de la mañana, me alisto, prendo el carro, lo dejo calentar y arranco con el recorrido, el cual estoy acabando más o menos a las 10 de la noche”, dice Valbuena.

Al comienzo para ella fue duro, cuenta, pero mientras se acostumbraba, sus colegas le ayudaron.

Y asegura que gracias a su trabajo logró sacar a su familia adelante en el momento en que lo necesitaron; casi toda su familia trabaja en esta empresa, incluso, quien comparte su vida sentimental también maneja una buseta.

“Hace tres años conocí a mi esposo; a pesar de que nos dedicamos al mismo trabajo, nos entendemos bien. Los espacios quedaron claros desde el principio, de puertas para afuera nuestras labores, y en la casa es mi esposo.

“El que primero llega le colabora al otro; nos ponemos de acuerdo para los descansos y cuando tenemos pico y placa dedicamos el tiempo exclusivamente al carro”, afirmó Valbuena.

Ella quiere continuar con el trabajo que le ha dado todo y que se ha convertido en una tradición familiar, y es por esto que quiere que cuando nazcan sus hijos también aprendan el oficio que alguna vez su padre le enseñó.

De frente con la educación 

Estar al frente de una de la universidades más prestigiosas del país es uno de los retos más importantes que ha asumido Carmen Patricia del Pilar Izquierdo Hernández. Son 15 años de trabajo en la Cooperativa de Colombia, de los cuales hace cinco meses fue nombrada rectora de la sede Ibagué, y en este corto tiempo dice sentirse apoyada por su grupo de trabajo. Destaca que en el poco tiempo que lleva, presentó ante el Consejo Nacional de Acreditación una propuesta para que aprueben el programa académico de la institución.

“Direccionar una sede como la de Ibagué es un trabajo de grandes retos, pues con cuatro mil 800 estudiantes somos el segundo lugar en tener el mayor número.“Cuento con un equipo de apoyo consolidado atendiendo todas las responsabilidades y metas establecidas en el plan estratégico nacional ‘Navegando Juntos’.

“Son muchos los logros en estos tres lustros, pero en este corto tiempo como rectora, logré presentar ante el Consejo Nacional de Acreditación para que nos aprueben las condiciones iniciales para acreditar de alta calidad nuestros programas académicos”, puntualiza.

La líder de los afrodescendientes

Yolanda Varona Mina, una mujer perteneciente a la comunidad afrocolombiana, es una caucana natural de Santander de Quilichao, quien ha logrado contribuir con el desarrollo de la población que representa.

Su mayor propósito ha sido trabajar con la Fundación para el Desarrollo Integral de la Población Afrocolombiana en el Tolima (Fundafrot), de la cual es la presidenta desde 2008. Esta entidad, creada en 2004 y reconocida por el Ministerio del Interior en 2006, cuenta con un grupo de más de siete mil personas.

“Es una labor bastante grande y ardua, porque nosotros cubrimos niños, adolescentes, adultos mayores y población vulnerable”, cuenta Varona.Tener un mayor acercamiento con el gobernador del Tolima, Luis Carlos Delgado Peñón, quien apoya a esta comunidad, es uno de sus grandes logros. Actualmente empezará a desarrollar el proceso de caracterización de esta población que reside en el Tolima.

Uno de los tropiezos que ha tenido Yolanda Varona en su labor es la constante discriminación que diariamente tienen que afrontar ella y sus protegidos.“Infortunadamente en el Departamento hay mucha discriminación, los niños y jóvenes son los más afectados.

Por ejemplo, está “el caso de un joven en el barrio Ricaurte, a quien culpaban de todo lo malo que pasaba en la institución, hasta el punto que el muchacho se aburrió y no quiso seguir estudiando”, afirma Varona. 

Credito
REDACCIÓN SOCIALES

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