“La música no puede ser hermética, ella es vida” Jorge Velosa

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Cuando me vaya de aquí tres cruces me he de poner, una para despedirme, otra más para volver, y otra para el dueño de casa que tanto se dio a querer. Así respondió Velosa a la invitación del Santa Teresa.

Si a alguien le asalta la duda de por qué Jorge Velosa es llamado el ‘Taita de la carranga’, no puede dejar de verlo en tarima, donde con su música, su baile y su discurso, genera emociones y conquista corazones.

Precisamente así ocurrió ayer, en el duodécimo día de la Música Colombiana de la institución educativa Santa Teresa de Jesús, donde cientos de niñas, acompañadas de maestros, entre ellos, el de música Jorge Pérez, se unieron a una sola voz para rendir tributo al Carranguero mayor, y la vez reconocer el legado del maestro José Alejandro Morales.

Las emociones estuvieron a flor de piel y la estrella Jorge Velosa, no defraudó a sus seguidoras, quienes por meses se prepararon para recibirle.

Y fue pensando en ello que aceptó la invitación, como dijo públicamente, haciendo caso omiso a la orden médica, pues su voz está limitada.

“Vengo con las palabras contadas, pero con el corazón igualitico. De modo que vamos a cuidar la garganta, me voy a disculpar con ustedes por fotos, conversas y entrevistas”, expresó.

Sin embargo, al entrar en ambiente, su temor a afectar más sus cuerdas vocales, desapareció: cantó, bailó, repitió diversas coplas, contó anécdotas y recordó que tiene muchas cosas del Tolima, que le quedaron de su paso por esta tierra, donde prestó el servicio militar.

La jornada se convirtió, como él mismo lo reconoció en una clase magistral, en la que explicó al expectante público qué es la carranga y los dos ritmos básicos, la rumba y el merengue.

A la vez, indicó que en cuestión de baile no hay pasos obligados, solo “suéltese y déjese llevar”.

La música es vida

Jorge Velosa aprovechó su discurso para tratar de calar en la mente de los asistentes un mensaje, que no fue otro más que la música no puede ser hermética, estéril, ya que esta es vida “y uno respira y se sueña, se entristece, se alegra...”

“La música suena como los besos y los abrazos, como los bostezos y los suspiros”, prosiguió.

Sumado a esto, indicó que para él, la música colombiana es “la bonitica de cualquiera de las regiones de nuestro país”.

Por tanto, para Velosa es tan colombiano un hermoso zumba que zumba, un buen joropo, un rajaleña, como un bambuco, un merengue carranguero, una cumbia o un currulao.

Sumado a ello, invitó a crear, porque cualquier sonido o situación pueden generar una canción.

En su caso muchas de sus inspiraciones parten de algunas coplas populares, entre ellas, ‘Las diabluras’, o de deseos, tal es el caso de la que está trabajando rotulada ‘Tan Bonitos esos días’, en la que recuerda aquellas épocas en que se saludaba, se despedía, se daban las gracias y las cosas duraban.

“Yo soy muy armadillo”

Jorge Velosa reconoció a la comunidad salesiana, del Santa Teresa de Jesús, que pocas veces va a homenajes, por varias razones, entre ellas, porque le da pena.

“Aunque no lo crean, yo soy muy armadillo, estoy abriendo mi corazón sinceramente”, dijo, al confesar que vive casi como en un caparazón.

Según él, le tiene pánico a las fotos desde que era niño, de  ahí que no conserve imágenes de su infancia. “Veía una cámara y salía corriendo”, refirió, no sin antes decirles “muchachas todos tenemos nuestras caritas”.

Esta timidez y los problemas de salud fueron los que estuvieron a punto de evitar que aceptara la invitación. Lo convenció el pensar que de las mil 400 presentes por lo menos en 50, alguna de sus canciones se recordará y se preservará unos 50 o 100 años más.

Credito
REDACCIÓN SOCIALES

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