Voces y sonidos en una noche de 464 años

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Las más aclamadas voces de Ibagué le cantaron a la Ciudad Musical en su nuevo aniversario. Música, sonido y color llenaron la plaza Murillo Toro con una serenata que espera recordarse por siempre.

Una noche inolvidable, colmada de grandes obras y de fe en los ibaguereños, es como puede resumirse el concierto coral y sinfónico que le dio la administración Luis H. Rodríguez a la capital pijao en sus 464 años de historia.

Denominado ‘Música, luz y color’, el espectáculo logró reunir en la plaza Manuel Murillo Toro, a cerca de cuatro mil personas para ver a 200 artistas en escena, siguiendo la batuta del violonchelista, director y compositor César Augusto Zambrano Rodríguez.

La precisión de los músicos y coralistas del Conservatorio del Tolima, la institución educativa Amina Melendro de Pulecio, la Universidad del Tolima y otras orquestas de ciudades como Bogotá, dejó extasiado al público, que se mostró con el alma iluminada por la emoción.

Fue tan cautivante el espectáculo que ni la amenaza de lluvia, que obligó a cambiar el programa, logró sacar casi que de un trance a los espectadores, entre ellos, a decenas de niños, cuyos rostros reflejaban tanta curiosidad y sorpresa que animaba a los padres a continuar deleitándose.

La noche de gala en detalle

El encuentro con la música, pensado para dejar un mensaje de justicia, reconciliación, perdón y paz al país, inició a las 7:14 de la noche, y se extendió hasta las 9:45.

La primera obra en escucharse, tras los actos protocolarios, fue la obertura ‘Egmond’, de Beethoven, que dio pasó a ‘Una furtiva lágrima’, de Gaetano Donizetti; ‘Torna a sorrento’, de Ernesto Di Curtis, y ‘Granada’, de Agustín Lara, en las que actuó como solista al tenor Andrés Felipe Agudelo, cuya afinación, estilo propio y presencia escénica conquistó los aplausos.

Retumbando en el escenario, la gala prosiguió con la pieza ‘Guillermo Tell’, de Gioachino Rossini y ‘Concierto para dos violines’, de Antonio Vivaldi, que tuvo como solistas a María Camila Méndez Murcia y Camilo Andrés Giraldo Barón.

Tras la muestra de profesionalismo y de talento excepcional para interpretar el violín, dada por la joven dupla, el público vibró de emoción con el coro ‘Va pensiero’, de Giuseppe Verdi y el oratorio Hallelujah, de Georg Friedrich Haendel.

Y cuando aún no salía del asombro por las voces de los coristas y los acordes de los músicos, dos jóvenes se apropiaron del escenario con un cuadro escénico que mezcló música y ballet, con la obra ‘El cisne’, de Camile Saint Saens, siendo ellas, la violonchelista Isabella Saavedra y la bailarina Laura Isabel Jaramillo.

En este concierto, que fue llamado por muchos, una actividad incluyente y multicultural, tuvo protagonismo Amílkar Villanueva con su oboe d’amore, interpretando las obras ‘Oboe de Gabriel’, de Ennio Morriconi, ‘A mi manera’, de P. Anka y ‘La cumparsita’, de G. Matos, quien dio paso a la presentación de Jairo Alberto Bocanegra, con el tema ‘Ibagué sueño encantado’, acto en el que el coro volvió a enamorar.

Contados minutos al final de más de dos horas de concierto, llegó el momento de escuchar la pieza reina del repertorio ‘Obertura 1812’, del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, una obra romántica escrita para celebrar la derrota de Napoleón en su campaña por conquistar Rusia, que según el alcalde Luis H. Rodríguez, resume el sentir de los colombianos que sueñan y están trabajando por poner fin al conflicto, y en cuya presentación llamó a los ibaguereños a dejar de ser escépticos.

Despidió la velada ‘Carmina Burana’, de Carl Orff, en la cual en su último acorde estallaron juegos pirotécnicos que iluminaron la fría noche capitalina, y sintetizaron el sentir de los ciudadanos que están de fiesta por el cumpleaños de su casa.

Credito
COLPRENSA

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