Ernesto Aronna, el genio de las marionetas

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Dicen que el títere es la majestuosidad hecha fantasía, ¿será cierto esto? Lo que sí podemos asegurar es que Ernesto Aronna, italocolombiano que ha dedicado años enteros al arte de dar vida a sus muñecos, nos cuenta un poco más sobre estos seres, no propiamente inanimados.

Las marionetas son parte de su vida desde que era un pequeño. Su padre, quién también se llamaba Ernesto, fue uno de los grandes pioneros del teatro de muñecos. Él las crea, las viste, les habla y les consigue los contratos para que brillen por el mundo gracias a sus actuaciones.

Aunque sus personajes no alcanzan a medir un metro de estatura, todo parece como si este hombre vivera entre gigantes, ya que con cada nuevo acto que crea sus personajes cobran vida.

Preguntas y respuestas 

ALEJANDRA LOZANO: ¿Qué es la pedagogía del títere?

Ernesto Aronna: La marioneta viene del francés “marionnette”, que traducido al español significa hilo, muñeco animado a través de cuerdas. Es probable que el primero haya sido el títere y luego el actor.

A.L.: Muy pequeño comienza con este arte de las marionetas, ¿pero en qué momento se da cuenta de que quiere dedicar su vida a esto?

E.A.: Vengo de una descendencia muy afamada de artistas del espectáculo y marioneteros. Mis bisabuelos fueron los mejores y más grandes titiriteros de Italia. Mi padre fue el pionero de las marionetas italianas en Colombia. Me viene en la sangre. Mis antepasados tuvieron que salir en la Segunda Guerra Mundial desde Sicilia, llegaron a Estados Unidos y de allá, exactamente de Nueva York, llegaron a Colombia. Empecé a los cuatro años, a manipular los muñecos sin que nadie me dijera cómo se cogían. Cuando ya dominé los muñecos, me fui para España a la Resad, fui uno de los privilegiados al estar en un internado teatral.

Brunilda Zapata y Adela Benavides fueron mis maestras acá en Colombia y me exigieron mucho.

A.L.: ¿Cuál fue el primer muñeco que tuvo?

E.A.: Bueno, la colección de mi padre tiene dos mil 500 muñecos, entre operas, ballets, zarzuelas, cuentos clásicos (Blanca Nieves, Caperucita, etc.)

Mi primer muñeco creo que tendría por ahí unos ocho años, yo era muy inquieto. ¿Sabes?, me gustaba joder, me perdonan la expresión, con látex, yesos, toda esa vaina porque me gustaba el cuento del maquillaje.

Él murió, ya no existe, lo cogió una rata y se lo llevó. Dentro de este show el primero, primerísimo que creé, fue Bob Marley. Después empecé con Toño de la orquesta La 33 y luego a Celia Cruz, y así sucesivamente.

A.L.: ¿Cuándo podría decir que cesará su creación?

E.A: Seguiré haciendo muñecos hasta que me muera.

A.L.: ¿Por qué le gustan tanto los títeres?

E.A: Me fascinan las marionetas por cinco razones. Una, no alteran los textos. Dos, no sufren de egos. Tres, la más importante, no joden. Cuatro, son súper cumplidos y quinto, no hay que pagarles. Son las cinco expresiones más reales de por qué me gustan (se ríe durante varios segundos) sobre todo la cinco.

A.L.: Defina en tres palabras su espectáculo

E.A: Destreza, disciplina y amor. 

Credito
ALEJANDRA LOZANO – UT ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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