Rovirense conquista el mundo de la moda

Marcas y diseñadores han encontrado en su imagen la joya perfecta para hacer que sus creaciones resplandezcan. Las luces y los flashes la aman, lo que la convierten en una diosa en pasarela.

Daniela Bonilla tiene ese no sé qué que encanta. Su mirada es envolvente y su porte inolvidable, a tal punto de creerlos sus mayores atractivos en las fotografías.

No es gratis que prestigiosas revistas del país la hayan tenido entre sus ejemplares, tales como Jet-Set e Infashion, o que el artista urbano Maluma la tuviera en la campaña de su línea de ropa, ni mucho menos que cuente con un contrato de exclusividad con la agencia Stock Models.

De esta impactante mujer, de 1.80 metros de estatura, dotada de una belleza exótica, que mezcla rasgos indígenas con una figura europea, pocos saben que es del Tolima, y no precisamente por que ella lo oculte, sino porque su procedencia pasa a un segundo plano cuando está empoderada de su trabajo: convertir su cuerpo en el templo ideal de los diseñadores, profesionales que la tienen en sus filas para las grandes pasarelas del país como Bogotá Fashion Week y Colombiamoda, por cumplirse en mayo y julio, respectivamente, para las que ya la tienen ‘fichada’.

Su origen

Daniela Bonilla, quien está ganándose su espacio en el mundo del modelaje, donde ya la reconocen como una de sus promesas, inició su carrera a los 13 años, en su terruño: Rovira, luego de que Jhon Solís, con su agencia Colombian Models, visitara la zona en busca de nueva sangre.

La adolescente, que se sentía seducida por la industria del entretenimiento, en razón a las imágenes que veía por televisión, participó en un concurso adelantado por este cazatalentos, en busca de obtener media beca.

Al ganar salió de su vereda La Luisa, a 40 minutos del casco urbano del ‘Encanto de manantiales’, para cursar durante seis meses estudios de pasarela y glamour; posteriormente, se presentó para hacer parte del staff de modelos de Ibagué, Maquila y Moda, en la versión 2011.

Tras vivir la experiencia de desfilar ante un amplio público y por un momento ser la estrella, regresó a su humilde vida, para continuar sus estudios de secundaria. Al concluirlos y pasar una temporada ayudando a sus padres en la finca, con mucho esfuerzo y sacrificio viajó hasta Bogotá a encontrar fortuna.

Radicada en la capital de la República encontró a quien se convirtió en una especie de padrino: se trata de Amaury Echenique, su profesor de casting.

Él fue quien le abrió las puertas en la agencia de Caracol Televisión, donde se sometió a una serie de pruebas de talento de las que salió victoriosa y con contrato, y hoy se da la oportunidad de brillar junto a las grandes top model de Colombia.

Credito
REDACCIÓN SOCIALES

Comentarios