Valentina Bonilla Neira está dichosa de haber logrado obtener la tercera corona del Reinado Nacional del Bambuco para el Tolima.

Su victoria es el resultado de un exigente trabajo en equipo adelantado durante los últimos cuatro meses, cuando asumió como representante de la tierra Pijao, ante la renuncia de María Alejandra Sánchez Rivera.

“Representar mi Departamento es una experiencia inolvidable, que pasará a la historia, porque le traje de vuelta una corona que desde hacía 17 años nos era esquiva”, refirió al mencionar que cree vital para el triunfo “mostrarse como es”, actuando con naturalidad y simpatía, y aplicando todos los conocimientos culturales y folclóricos que ha adquirido a través de sus años de inmersión en la danza, que inició a temprana edad, primero en ballet y posteriormente en ritmos tradicionales.

Nadie le quita lo bailado

Para Valentina su satisfacción por haber logrado el objetivo con que viajó a Neiva: ganar, no ha sido empañado tras la polémica desatada por la señorita Bogotá, Yeimy Lizeth Silvestre, quien demostró su inconformismo por el veredicto que la dio virreina arrebatándole su corona.

Tanto es así, que asegura que del bochornoso incidente se percató solo cuando la vio luciendo la joya.

“Yo estaba posando ante los medios, y de la nada la señorita Bogotá, con su grosería, se puso la corona delante mío, y ahí me di cuenta de que me la había quitado, porque no sentí cuando lo hizo”, contó la Reina Nacional del Bambuco.

Ante esta situación explica que lo único en que pensó “fue que brille para bien o para mal, en su caso por lo malo que hizo, pero bueno, igual la reina acá soy yo”.

“La verdad es que ni sé cuál es el nombre de la Señorita Bogotá, nunca tuve la oportunidad de cruzar palabra con ella, y creo que ninguna de las candidatas lo hizo, pues estaba muy enfocada en su meta. Ella nos demostró esa noche que la reina era Tolima”, prosiguió.

Igualmente, adujo que esta es la hora en que no ha recibido ninguna llamada de su parte, y cree que estaría muy bien que por humildad se disculpara, “porque creo que es una manera de demostrar el respeto hacia los jurados y hacia los opitas”.

Respuestas 

¿Cuáles fueron sus armas para ganar?

Mi carisma, mi alegría y el empeño que puse a este reinado.

¿Qué le dice a quienes creen que el triunfo fue rosca?

Son pensamientos diferentes, y creo que una fortaleza que tengo es la tolerancia, entonces, tolero sus puntos de vista.

Gracias a Dios lo importante acá es que le haya gustado a la gente, al pueblo opita y al jurado, quien era el que decía quién era la nueva soberana.

¿Qué comprenderá su agenda?

Vamos a tratar de hacer convenios con el Ministerio de Turismo para que podamos hacer ese intercambio cultural con otros países; la idea es seguir internacionalizando el sanjuanero huilense y también fortalecerlo aquí.

Muchos la podrán recordar como la reina a la que le arrebataron la corona, ¿pero cómo quiere que lo hagan?

Por ese carisma que tuve con el pueblo opita. Que me recuerden con el ‘querer es poder’, porque este título fue con muchas ganas, y con todo el empeño y el sacrificio de mi familia, de mis amigos y de la gente que me quería apoyar.

Línea de tiempo 

1971: Tolima obtiene la primera corona con Luz Teresa Zamora.

1999: Tolima ostenta el título con Gloria Helena García.