¿Cuándo asistir a terapia sexual o a tomarse un café?

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Las dificultades y problemas en la sexualidad de las personas son más relevantes de lo que parece; afectan la calidad de vida, la salud física, mental y la relación de pareja, aún así muchos no acaben de admitirlo.

El analfabetismo respecto al tema de los sexos, la falta de educación sexual, el mito de la terapia, los tabús, lo prejuicios, la arrogancia, impiden que se saque la venda de una vez por todas y se afronten los diversos problemas que surgen en torno a las relaciones del sujeto sexuado a solas o en pareja.

Una sexualidad positiva debe ir de la mano de la ética, la escala de valores, la información, el análisis y la actitud para disfrutar la actividad sexual sin que genere conflicto.

El fin de la terapia sexual es ayudar a ahuyentar los temores, sentimientos de vergüenza, prejuicios y falsas creencias que afectan el sexo (que no solo el coito) y a su vez evaluar y tratar la existencia de problemas, enfermedades, disfunciones orgánicas o psicológicas que entorpezca el ejercicio de la sexualidad.

Para acudir a terapia sexológica hay que saber dar el paso y estar consientes del proceso a seguir; participar activamente de este y no mediante engaños.

El sexo es un aspecto que desnuda totalmente al ser humano y ese es uno de los miedos; mostrarnos vulnerables ante otros, pues estamos en una sociedad de estereotipos, machotes, chicas fatales y bombas sexuales que hacen pensar el sexo de manera tonta y frívola.

La terapia sexual puede ser médica, psicológica y combinada, hay problemas en la sexualidad humana netamente orgánicos y otros puramente psicológicos pero que se afectan unos a otros y es por ello que combinar los elementos o trabajar multidisciplinariamente es importante. No se conforme con una sexualidad limitada o descafeinada.

Quienes piensan que no necesitan mejorar sus habilidades amatorias o sus dificultades sexuales ya sea por orgullo o soberbia atentan contra todas las maneras de superarse en este aspecto.

¿Cuándo acudir al sexólogo o a terapia sexual?

1. Visite al especialista en sexualidad no solo en el momento de la crisis, sino antes, cuando exista sospecha de perturbación sexual, para hacer educación integral, prevención, comprensión, análisis, tratamiento y enriquecimiento de todas las situaciones afectivo-sexuales.

2. Asista cuando no sepa como comunicarse sexualmente con su pareja. Cuando desee conocer su cuerpo y saber sus reacciones. Cuando las razones sean evidentes: eyaculación precoz o retardada, caída del deseo, anorgasmia, dolor coital, displacer, problemas en la excitación, disfunción eréctil.

3. Pida cita cuando perciba ego-sintonía o ego-sintonía con sus particularidades eróticas. Cuando el sexo no le genera satisfacción, placer y sí sufrimiento. Cuando alguna enfermedad física como el cáncer le haya afectado y desee recuperar su dimensión erótica o le motive rediseñar su esquema sexual.

4. Visítelo cuando tenga dudas sobre su orientación o identidad sexual. Asista si ya no desea tener relaciones sexuales. Acuda al sexólogo cuando esté feliz con usted y su pareja, cuando no haya más necesidad que la de crecer eróticamente. Asista cuando no tenga ningún problema, así sea a tomarse un café, hablar de sexo es una práctica inteligente, es catarsis y alimenta más que el alma.

5. Tenga en cuenta que las personas demoran entre 5 meses y 6 años para expresar sus dolencias, un tiempo malgastado que pasa factura. La salud sexual y la adecuada vivencia de la sexualidad son importantes si desea cuidar bien de usted mismo.

Credito
Norma Bejarano. Psicóloga- Sexóloga

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