Recibir un Grammy Latino puede representar la meta más alta en la carrera de un artista, sin embargo, para Luis Guillermo Díaz Charris, un ibaguereño de 28 años, tener el gramófono en las manos es el reconocimiento a la pasión que siente por la música y a la creación de nuevos sonidos

También, un punto de partida que le exige esforzarse más como productor de música cristiana.

“Empecé a gritar y a saltar, no terminé de escuchar (la transmisión) mi hija se asustó, luego llame a mi mamá (…) fue una emoción impresionante”, así describió Luis Guillermo aquel 16 de noviembre, día en el que la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, anunció que ‘Momentos’ producción discográfica de Alex Campos y en la que participó como ingeniero, ganó en la categoría Mejor Álbum Cristiano en Español.

Y es que detrás de los 20 segundos que duró la lectura de los nominados y del nombre del dueño del Grammy, está la historia de un exalumno del colegio San Bonifacio de las Lanzas que tuvo desde su niñez la compañía de una batería, las canciones de la banda de rock mexicana, Maná y de la cantante Albita Rodríguez, al igual, que la vena artística de su padre Guillermo Díaz.

“Comencé a pegarle (batería) con lo que había en mí, porque nunca recibí una clase o tuve un profesor que me enseñara, simplemente (se guiaba) con lo que escuchaba y veía en los videos”, comentó el músico.

A pesar de su gusto y de que le “ardía la panza” cada vez que estaba en un concierto, su camino profesional lo inició estudiando Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Los Andes, pero tan solo duró dos semestres.

Y cuando empezó a perder materias se arriesgó a cambiar de área y le apostó a la Música con énfasis en Producción de Audio, énfasis que le enseñó lo relacionado con la grabación en estudio, producir una canción y hacer mezclas musicales. En sus palabras es “básicamente coger todas las grabaciones y darles un contexto adecuado de tal forma, que lo que van a escuchar las personas suene bonito”.

Una vez recibido el título, empezó ejercer en el campo de la publicidad, experiencia que le brindó la oportunidad de mostrar sus habilidades y posicionar su nombre como uno de los mejores productores e ingenieros de sonido del país.

Los sueños son posibles

En 2007 Luis Guillermo asistió a un concierto de ‘Raza de Campeones’, evento en el que surgió el sueño de trabajar con el cantautor Alex Campos.

Y fue el tiempo, al igual que, la perseverancia, lo que lo llevó años más tarde a conocer a uno de los más importantes exponentes de música cristiana en Colombia.

“Me dice (Alex Campos) vamos para Inglaterra, a terminar de grabar el disco de Lorelei Tarón, la esposa de Falcao García. (…) grabamos en el legendario estudio Metropolis en Londres, fue una experiencia súper chévere”.

Luego, el siguiente llamado fue para viajar a México y empezar a trabajar como ingeniero en ‘Momentos’, este “disco con el que ganamos el Grammy se hizo en mariachi, es un disco que Alex tenía metido en su corazón desde hace muchos años.

“Nos fuimos a México y grabamos con músicos muy buenos como el trompetista de Juan Gabriel y los violinistas de Alejandro Fernández”.

En total fueron tres meses de arduo trabajo los que se necesitaron para ver nacer la producción junto a la disquera Sony Music México, “salió en marzo de 2017 y por los tiempos de la Academia, el disco quedó nominado para los Grammy del año pasado y finalizando ganamos”.

Este reconocimiento, además de entregarlo al cantante Alex Campos, se extiende a todo el equipo de producción con la entrega de un gramófono personalizado, en el caso de Luis Guillermo, lo recibió oficialmente hace unos días.

Al preguntarle cuál es su siguiente meta, “el Grammy es el premio más alto que hay en la música, es algo increíble ver mi nombre ahí. Mi meta es seguir en lo que estoy haciendo, porque es un reconocimiento que confirma que estoy en el camino correcto.

“Estos premios son añadiduras, que reconocen la labor, pero no puedo perder la pasión con que lo hago, trabajo en música cristiana por elección, porque mi intención es exaltar el nombre de Dios a través de lo que hago y no puedo perder ese objetivo”.