Vida con propósito

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Como seres vivos atendemos a un proceso de evolución constante y hemos nacido para desarrollarnos desde el bien para nosotros y para otros, haciendo uso (aplicando) nuestros dones y talentos.

¿Te has dado cuenta que cuando haces un bien a alguien sientes igualmente esa manifestación de bienestar como parte tuya? ¿Y en caso contrario, cuando actúas con negatividad hacia otros, esa misma negatividad la sientes en tu cuerpo representada como una sensación de malestar o incomodidad? En eso consiste la conexión de todos los seres humanos con el más alto bien. 

Desde pequeños contamos con una sabiduría interior y fue a través de los juegos y actividades que nos gustaba realizar en nuestra niñez, que mostramos pautas esenciales acerca de cómo nos gustaría desarrollar nuestros dones y talentos. 

Descubrimos qué motiva realmente nuestra existencia y qué actividad se expande en mayor medida con nuestro potencial de realización y de evolución como seres humanos. 

A partir de ese momento, si desarrollamos patrones de autoescucha, de confianza en nuestras fortalezas internas, de enfoque en valores, de dirección y propósito para nuestra vida, vamos articulando nuestra existencia con el sentido de estar vivos. Adicionalmente, de sentirnos útiles a la sociedad comprendiendo el por qué y para qué de la relación que tienen las situaciones y seres humanos con los que nos relacionamos en nuestra vida, entre ellos, padres, pareja, hijos y compañeros de labor profesional. 

Cuando empezamos a comprender y a vivir la vida con nuestro propósito que tiene que ver con esa ‘riqueza desde la esencia’, experimentamos con mayor plenitud disfrutarnos a nosotros mismos y a lo que hacemos, de tal manera que nos permitimos dar a través del desempeño, semillas que siembran positivamente nuestro ser y el de otras personas. 

Debemos aprender a interactuar en un ambiente de adecuado relacionamiento, a perdonarnos y a perdonar a otros, el equilibrio en dar y recibir, y sobre el amor y compasión, enseñando y guiando a los demás. 

En general, a estudiar cómo desempeñarnos desarrollando nuestra riqueza espiritual a través de una convivencia sana y productiva, que es parte del propósito de vida de todos los seres humanos.

 

¿Cómo lograrlo?

Si luego del mensaje expresado anteriormente te motiva dar un paso inicial para vincular la conexión con tu propósito, puedes aquietar tus pensamientos, tomar consciencia de tu respiración, escucharte y con gran amor responderte: 

¿Cuál es aquella fortaleza propia como ser humano que me ayuda en el desarrollo desde mis dones, talentos y autenticidad? 

¿Cómo puedo aplicar el ser auténtico sin necesidad de opacar a otros o sentirme superior, sino por el hecho que me motiva compartir aquellos dones y talentos que tengo para dar al mundo siendo feliz y dando felicidad? 

¿Cuál es esa destreza o habilidad que expresaba desde mi niñez? 

¿Cuáles eran mis juegos y asignaturas preferidas en la infancia? 

Si tuvieras la oportunidad de escuchar al niño de 7 a 8 años que fuiste, ¿qué diría ese menor al adulto que eres actualmente? 

Parte de nuestra dignidad humana y del compromiso de amor y honestidad con nosotros mismos, está dado por la alineación con el propósito de vida, por ello cuando manifestamos aquellas acciones congruentes que representan una vida con significado, nos sentimos llenos de amor, honestidad, inspiración, sanación, alegría y ganas de vivir.

Credito
AMPARO COVALEDA - ESPECIAL REVISTA SOLO PARA MUJERES

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