“Algunas de las cosas más importantes de la vida se aprenden en el juego libre”

Crédito: Colprensa - EL NUEVO DÍAFelipe Noguera, autor del libro ‘Padres balanceados, hijos felices’.
Felipe Noguera hace algunos años dejó de lado la actuación para dedicarse de lleno a la pedagogía y ahora presenta ‘Padres balanceados, hijos felices’, un libro de crianza para padres modernos que quieren lograr que sus hijos tengan una infancia y adultez felices
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Tras una etapa importante de su vida dedicada a la actuación, Felipe Noguera se concentró en el mundo de la pedagogía, con años de experiencia y de estudio, los cuales, ahora, han dado como resultado ‘Padres balanceados, hijos felices’, su primer libro.

Curiosamente, uno de sus papeles más recordados, ‘El Gato’ Aguirre, encarnaba a un director de una escuela de fútbol de niños en la serie ‘De pies a cabeza’, muy popular dentro de la juventud de la primera parte de los años noventa.

Con el tiempo, se fue inclinando al campo de la pedagogía, y producto de ello, construyó este compendio de recomendaciones, experiencias y ejemplos, útiles para cualquier mamá, papá o cuidador una crianza que ayude a padres e hijos a ser más felices.

Todo basado en el buen trato, la comunicación, el juego y los límites amorosos, su propuesta es alcanzar un balance que permita a los más pequeños aprovechar al máximo la primera etapa de su infancia.

 

-¿Cómo nació la idea del libro?

Desde el 2013 estoy dirigiendo el jardín infantil ‘El Arca de Noé’ y mi labor diaria es asesorar a los padres en prácticas de crianza. Además de eso, doy muchas charlas sobre estos temas y la gente empezó a pedirme el favor y que les entregara las notas de la charla. Así, desde el año pasado me propuse hacerlo. 

 

-Aparece justo en estos tiempos de confinamiento...

Los que más han sufrido en estos tiempos de confinamiento han sido las familias con niños pequeños, porque les cuesta mucho trabajo entender que no pueden salir de la casa, que no pueden correr, que no pueden ver a los amigos.

Eso ha generado una carga inmensa a los papás que no saben lidiar con eso, sumado a las labores cotidianas de la casa y el teletrabajo. Es muy duro para ellos. 

 

-¿Cómo fue la construcción de los 14 capítulos?

Yo siempre he dado charlas de temas muy puntuales porque es lo que los padres piden, como el caso de las ‘pataletas’, que es el tema que más me han pedido, pero también era usual de querer escuchar sobre el llanto, el sueño, el buen trato.

Para cada charla siempre he realizado muchos apuntes, muchas ayudas, y tras la charla, siempre recopilaba las preguntas que se solían hacer.

Así encontré que estos 14 capítulos son los más relevantes de los temas que se deben tener en cuenta cuando uno está criando un niño.

 

-¿Dónde está la clave para una buena educación del niño?

Una de las cosas más importantes del libro es que yo quiero que todo el mundo entienda que la crianza no se puede manejar de manera individual, con cada problema de manera independiente.

Todo problema siempre está acompañado de una buena alimentación, un buen sueño, los límites, las normas. Todo está encadenado, y es un conjunto de cosas que van logrando tener forma como una especie de rueda de la crianza feliz.

 

-Todo hace parte de un proceso...

Todo es un proceso y todo toma tiempo. Muchas veces los padres quieren saber qué hacer para que desde mañana mismo el niño duerma bien, por ejemplo, lo cual no es tan fácil. Con los niños todo es un proceso largo que a veces hace que los padres no tengan paciencia de la solución poco a poco en una construcción que los beneficiará por toda la vida.

Sin duda, pueden existir métodos más rápidos. En el libro empezamos por el balance pero es fundamental el buen trato, porque sin él no hay nada. Así, en los métodos tradicionales, para los abuelos y muchos papás, una palmada puede ser un método efectivo a corto plazo, pero el peor método a largo plazo.

 

- Muchos son niños criados por sus abuelos, con una distancia generacional...

Es una tradición en buena parte del mundo que se viene desde hace muchos años. Antes en la crianza no sólo intervenían los abuelos y padres, también los tíos y otros familiares al vivir en grandes casas o en el campo.

Hoy en día es más importante porque la expectativa de vida ha aumentado y encontramos personas de mucha edad pero con gran energía y lúcidos.

 

AMOR CON LÍMITES

¿Cuáles son los límites amorosos en este proceso de crianza?

La gente se va a los extremos, por eso insistimos en el balance. Pasamos de los padres que crían con gritos a los que están al otro extremo, que dejan que el niño haga lo que quiera para que sea feliz, que no llore nunca, lo cual es un camino aún peor que el de la palmada, porque son niños que crecen sin norte, sin saber qué hacer, no disfrutan nada porque siempre quieren lo que no tienen.

Los niños más infelices son los que son criados en un mundo sin límites, donde no hay normas.

Niños felices se puede lograr a través del buen trato, con mucho cariño y amor, pero con mucha firmeza y claridad para que crezca con una buena hoja de ruta que lo haga aceptar las normas de la sociedad de una manera más tranquila.

 

-¿Somos conscientes de la importancia de la educación y formación, en la primera infancia?

Para mí es lo más importante en todo el proceso educativo. Afortunadamente ya en algunos países se tiene más en cuenta. Está demostrado que un dólar gastado, incluso cuando la madre apenas está esperando su bebé, si se le dan las herramientas necesarias para que le sepa hablar y acariciar, eso tiene un efecto multiplicador grandísimo, porque solucionar los problema de un niño adolescente se vuelve muy costoso y toma mucho más tiempo.

 

-¿Cuáles son los mayores errores que los padres cometen en esta etapa con sus hijos?

Pensar que educarlos es que aprendan muchas cosas y lo más pronto posible, como el saber leer, escribir, y creo que lo más importante, hasta los seis o siete años, es tratarlos con mucho amor, enseñarles normas, respeto, enseñarles a esforzarse, a crecer y vivir en sociedad. Educarlos para una vida funcional. De respetar y hacerse respetar.

 

-¿Y cómo es el manejo de la frustración en los niños de hoy?

En algunos casos son cosas terribles, porque desde pequeño uno debe entender que no es el mejor del mundo e infortunadamente encontramos muchos padres que hablan de princesas y campeones, que son lo mejor del mundo y que llegarán hasta el cielo, creando el imaginario de una vida sin frustraciones, lo cual es mentira, porque todos vivimos una vida llena de golpes, caídas, preocupaciones, y entre más pronto se entienda eso en la vida, se es capaz de recuperarse, una y otra vez, cada vez que cae al suelo.

 

-¿Dedica un capítulo al juego y movimiento?

El juego está desapareciendo. Los padres mandan a escuelas de fútbol a los hijos pensando que así están jugando y para mí eso no es un juego, es una actividad académica con un director que les va diciendo cómo hacer las cosas, que sirve mucho, pero algunas de las cosas más importantes de la vida se aprenden en el juego libre.

Es cuando cinco niños se reúnen y fijan sus propias normas, definen tiempos, cuando es gol, es cuando los niños pueden entender la esencia de la vida en sociedad, pero esto ha sido reemplazado por un montón de actividades y largas tardes ocupadas, con todo tipo de artes y maestros. Hay que recuperar el juego libre.

 

-Hoy aislados y llenos de tecnología en muchos casos...

La tecnología que incentiva ese juego individual y más en estos momentos que vivimos, los niños están aislados y lo más fácil es darles un computador o una tablet, que por suerte se encuentran cosas maravillosas, pero que son cosas que hay que intercalar con aire libre y juego.

Creo que con esta pandemia, muchos de los niños pueden sufrir un retroceso en el desarrollo emocional y físico, que hay que buscar ayudarlos.

 

-Otro de los problemas, que aumentó en tiempo de pandemia, es el horario del sueño...

Se alteró. Afortunadamente es un tema sobre el cual hay mucha investigación, porque la alteración del sueño afecta a niños y adultos. Con toda esa tecnología que tenemos, cada vez, se le destina menos tiempo al sueño, pero necesitamos dormir bastante bien.

Cuando tenemos en el jardín un niño que tiene muchos problemas de comportamiento, que le está pegando a otros niños y con pataletas, siempre pregunto sobre el esquema de sueño del niño, cuanto duerme, y existen muchos padres confundidos que piensan que el niño duerme bien con seis horas, lo cual es muy poco.

Hay rutinas muy claras para ayudarlos a dormir, y que lo hagan solos, porque siempre los niños se despiertan dos y tres veces en la noche, así que si no saben dormirse solos, se vuelve todo un problema familiar. Muchas veces los problemas de comportamiento de un niño es falta de sueño.

Credito
COLPRENSA

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