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Algunos ciudadanos que pidieron reservar su nombre, explicaron que hace unas semanas se acordó que con los resultados de la visita técnica que adelantó Cortolima el pasado 2 de febrero, se precisaría si las minas eran viables y si la empresa tenía sus permisos al día para adelantar la extracción de arenas y gravas.
“Se había quedado en el acuerdo que ellos iban a parar, lo hicieron unos días pero siguieron con la explotación, por eso con la comunidad determinamos nuevamente tomarnos las vías de hecho y volver a protestar y que las entidades del gobierno nos escuchen, que no estamos de acuerdo con este tipo de minería”, expresó un habitante de Cerrogordo.
Recordó que entre las problemáticas surgidas alrededor de la actividad está la afectación a la salud, por el polvo que genera el recorrido de las volquetas, el mal estado de las vías terciarias por el peso de los vehículos y el riesgo en que estaría el afluente que es primordial para el abastecimiento de Guamo, San Luis y Valle de San Juan.
DATO
Entre las preocupaciones que tiene la comunidad de Cerrogordo y veredas aledañas es que la explotación termine haciéndose en el lecho del río Luisa.
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