El 2015 arrancó con un preocupante panorama para la niñez colombiana. Durante los primeros meses del año, el país se ha conmocionado con los crímenes atroces cometidos contra varios menores de edad. 

El caso más reciente es el de un niño de 6 años degollado en una finca donde residía con su familia en el corregimiento El Carmen, Dagua (Valle Del Cauca). Según el diario El País, versiones preliminares indican que el padre, quien fue encontrado junto al niño con un disparo en la cabeza, habría sido el autor de la tragedia. 

El otro hecho que consterna al país es el crimen de un niño de 6 años hallado desmembrado y con señales de tortura, en zona rural del municipio de La Vega, Cundinamarca. El menor habría sido reportado como desaparecido por su familia el pasado sábado. 

Una de las familiares del niño dijo que el crimen podría deberse a problemas de tipo personal con algunos parientes. Este caso fue catalogado como aberrante ya que el pequeño fue asesinado con una motosierra. 

Otro de los casos más recientes fue el ocurrido el pasado 4 de febrero en Tuluá, donde un niño de 13 años fue encontrado desmembrado y decapitado en un cañaduzal. En el mismo municipio se registró el asesinato de un niño de 8 años, quien fue degollado en su casa. 

A estos casos se suman la muerte de los hermanos Deinner, Laura Jimena, Juliana y Samuel Vanegas Grimaldo, con edades entre los 4 y los 17 años, quienes recibieron disparos en la cabeza propinados por desconocidos en su casa en Florencia (Caquetá) y a la fecha las autoridades todavía no presentan avances en la investigación, ni siquiera indicios de los responsables. 

Aunque estos crímenes hayan generado un rechazo general, lastimosamente no representan ninguna novedad en el país. 

Mapa de la violencia contra niños  

De acuerdo a un informe que COLPRENSA pudo conocer en el 2014 se registraron 940 asesinatos de menores de edad, de entre cero y 17 años; es decir, más de tres casos por día (3,5), según un informe de la Agencia Pandi y del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. 

También se constató que el hogar de los niños y niñas es el primer escenario de violencia con más víctimas (7043 casos), seguido de la vivienda del victimario con (1250 casos). 

De esta manera, se determinó que el Valle del Cauca ocupó el primer lugar con un registro de homicidios de 299 menores de edad; seguido de Antioquia, con 106 casos; Bogotá, con 101 casos; Cundinamarca, 57 casos; Santander, 32 casos; Nariño, 31 casos; Bolívar, 28 casos; Atlántico, 27 casos; Quindío y Norte de Santander, 23 casos; Risaralda, 20 casos; Caquetá y Tolima, 19 casos; Cauca,18 casos; Meta, 16 casos; Arauca, 15 casos; Guajira, 14 casos. 

Sigue Chocó, 13 casos; Córdoba, 12 casos; Putumayo, 11 casos; Casanare, 8 casos; Magdalena, y Sucre, 7 casos; Cesar, 6 casos; Boyacá, 5 casos; Casanare y Amazonas, de a 2 casos; San Andrés y Vichada con un caso cada uno. 

Y los meses donde más se presentaron hechos de terror fueron diciembre con 94 casos; enero, 89 casos; Junio, 83; Julio 81; Noviembre 76; Marzo 74; siendo los meses que representan las mayores cifras. 

En lo que se refiere a los casos de violencia interpersonal reportados fueron 19.954. El escenario donde más se presentaron hechos, fue la calle y la vía pública con 9.201 registros, y le sigue la escuela con 2.652 casos, situación que tiene alarmadas a las autoridades. 

En este caso Bogotá ocupó el primer lugar con 6.089 casos, le sigue el Valle del Cauca, con 1.756 reportados; Cundinamarca 1.629 casos, Antioquia con 1.453; Santander, 1.352; Tolima 602 casos; Atlántico con 585; Bolívar, 469; Norte de Santander, 458 casos; Risaralda, 451; Caldas, 433 y Cauca con 237 casos. Estos departamentos son los que presentan las cifras más representativas. 

En cuanto a hechos de violencia intrafamiliar es posible hablar de la afectación a 10.155 niños, niñas y adolescentes. Siendo el padre y la madre los principales agresores con el 3.065 casos. En esta situación, se reportaron más casos en Bogotá con 3.077; Antioquia, 1.086; Cundinamarca con 801 casos; Valle del Cauca cuenta con cifras de 701 casos; Santander 409; Norte de Santander, 323; Risaralda, 233; Tolima, 229 y Bolívar con 187, siendo los más destacados en el informe de Medicina legal. 

Al sumar los delitos de homicidio, violencia intrafamiliar y violencia interpersonal, puede asegurarse que durante el año 2014 se presentaron 31.049 casos de violencia hacia la niñez. 

Preocupa la impunidad 

El año pasado las mayores víctimas de homicidio fueron niños y jóvenes entre los 12 y los 17 años y aunque la Ley de Infancia y Adolescencia trató de aumentar las penas severamente para los agresores (60 años cuando el niño es menor de 5 años y entre 30 y 40 para otras edades), la justicia parece que no ha actuado como se debe frente a estos hechos. 

En el homicidio de niños, la impunidad es grande y más si en estos hechos están involucrados miembros de la Fuerza Pública. Eso lo afirma Olga Silva, abogada de Humanidad Vigente Corporación Jurídica. 

“En este país, los últimos que entran en la fila de la verdad, la justicia y la reparación son los niños y las niñas, y mucho más cuando se trata de un crimen contra ellos”, asegura la experta. 

Y agrega, “en los casos donde las víctimas son niñas y niñas efectivamente hay un alto nivel de impunidad donde los operadores judiciales pareciera que no tuvieran voluntad para avanzar en las investigaciones”, dice la abogada. 

Incluso resalta la experta que se puede hablar de una falla estructural en la administración de justicia, al punto que la corporación a la que pertenece tiene procesos desde el 2007 y todavía están en preliminares, sin ninguna persona vinculada ni avance en la investigaciones. 

Las familias de niños y adolescentes muertos, agregan que no tienen manera de mover la justicia, ante la ausencia de defensores públicos que intervengan en procesos judiciales en favor de las víctimas. 

Tampoco –añade- se ha dado prevalencia a los derechos de los niños cuando son víctimas de delitos, como lo contempla la Constitución Política. 

Tales afirmaciones las apoya el propio ex fiscal, Guillermo Mendoza Diago, quien manifiesta que no existe una falla en los jueces y fiscales sino más bien es una deficiencia en las investigaciones judiciales. 

“Lo judicial expresamente para llevar a los autores ante la justicia es buena y rápida. Sin embargo, las fallas acaban por presentarse en la investigaciones debido a que muchos de los casos se presentan en zonas de orden público y los testigos nunca van hablar así sepan quienes son los responsables”, señaló el ex fiscal. 

Por lo que afirmó se debe fortalecer las investigaciones con más gente e investigadores, además hizo un llamado a la comunidad ya que considera se ha perdido la sensibilidad frente a estos hechos, que obligan incluso a que se reduzca la cooperación. 

Y agrega que para estos casos de violencia no se puede dudar en el castigo contra los responsables y se deben aplicar las máximas condenas, “por una parte se trata de homicidios agravados. Por otra, se trata de un concurso de delitos de conductas punibles y además las víctimas son niños, yo creo que concurren varias causales de agravación, entonces las penas pudieran ser las máximas", anotó Mendoza Diago.