Reconciliación y seguridad jurídica, dos de las bases para una Justicia Transicional

REDACCIÓN - EL NUEVO DÍA
Ayer fue instalado el foro de Justicia Transcional que por estos días se desarrolla en la Universidad del Tolima. Representantes de organizaciones de derechos humanos, Gobierno nacional y académicos se dan cita para hablar sobre la paz y el proceso de un posconflicto.

“Pensemos que ningún combatiente se va a sentar a dialogar creyendo que a su regreso debe hacer su maleta para ir a la cárcel. Pensemos qué es mejor: ¿alguien en la cárcel o alguien prestando un servicio”.

Con algunos de estos interrogantes, Daniel Millares, director de Justicia Transicional de la OEA, habló sobre la importancia de una reparación integral y una reconciliación, a propósito del debate de justicia transicional que está dado en el marco de los diálogos de paz en la Habana.

“Es muy difícil hablar de reconciliación porque existen dolores y heridas, pero en la medida que vayamos avanzando, yo les digo que se puede ir fortaleciendo la paz”, sostuvo el representante del organismo internacional, ayer en el foro de Justicia Transicional llevado a cabo en la Universidad del Tolima.

Millares agregó que si bien, depende de cada uno lograr la reconciliación y el perdón, también es deber del Estado propiciar espacios para avanzar en la deconstrucción de los imaginarios negativos.

¿Qué enseñanza dejó la experiencia con los paramilitares?

Por otro lado, el representante de la OEA hizo un recuento de lo que significó, no solo para los ciudadanos, sino para la justicia colombiana, el proceso de Justicia y Paz con los paramilitares

Contó que en un comienzos, a las personas les asaltaba una preocupación sobre lo que iba a hacer el Estado con las 70 mil víctimas que traería el proceso. Hoy hay registradas alrededor de 400 mil víctimas.

“Nos encontramos con una realidad gigante que desbordaba toda la capacidad institucional, incluso nuestra capacidad como organismo internacional”, reconoció Millares.

Y agregó: “Estábamos hablando de 400 mil potenciales hechos. Hicimos un cálculo tomando en cuenta cómo los fiscales estaban imputando cada uno de los hechos y vimos que Justicia y Paz iba a demorar 93.7 años. Eso era inviable, definitivamente”, sostuvo.

Partiendo de ello, el Ministerio de Justicia junto con otras instituciones se dieron a la tarea de reformar el programa.

Decidieron entonces investigar, no hecho por hecho, sino “patrones macrocriminales un poco para develar las estructuras que ocasionaron estas victimizaciones”. Debido a esta reforma, hoy día se están viendo la primeras condenas.

Millares reconoció que aún así, que “estábamos ante un proceso que duraba más que la condena”. Un hecho que, en palabras del mismo representante de la OEA, no tenía presentación. Por último, al finalizar el recuento de Justicia y Paz, Millares manifestó que se debe fortalecer y favorecer la seguridad jurídica y la confianza legítima del Estado.

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En la mesa principal estuvieron: Herman Muñoz, rector de la Universidad del Tolima; Félix Ramón Triana, director regional del Sena; Marcela Jaramillo, directora de la Federación Colombiana de Municipios; Daniel Millares, director de Justicia Transicional de la OEA; Rodrigo Páez, gobernador encargado; Ramiro Sánchez, director de la Esap; Rino Acero, coordinador territorial Tolima de la Unidad para la Atención y la Reparación Integral de Víctimas, y Carlos Garzón, director ejecutivo de la fundación Horizonte.

Credito
KIMBERLY CASTAÑEDA V.

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