Víctimas piden a los negociadores que no se paren de la mesa hasta que haya paz

TOMADA DE LA UN - EL NUEVO DÍA
El coordinador residente humanitario de las Naciones Unidas para Colombia, Fabrizio Hochschild, y el director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional, Alejo Vargas, presentaron ayer el balance de las visitas de las cinco delegaciones de víctimas que viajaron a La Habana (Cuba), para reunirse allí con los negociadores de paz.

Fabrizio Hochschild indicó al respecto que “las visitas de las víctimas a La Habana no han sido un fin en sí mismo, sino que fueron un medio para que los diferentes actores involucrados en el conflicto armado reconozcan la dignidad de las víctimas, su responsabilidad por los daños causados”.

El Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas afirmó, además, que la idea de esto es que las delegaciones “orienten los acuerdos a la ejecución de los cambios requeridos para evitar su repetición y definan la adopción de las acciones necesarias para restaurar los derechos de las víctimas”.

Por ello, en este sentido, Hochschild recordó que “la participación de las víctimas en las negociaciones de paz no tiene precedentes en el mundo, a este nivel en términos del número de personas que han tenido ocasión de hacer oír su voz a través de diferentes medios”.

La historia del proceso

De acuerdo con Alejo Vargas, surgió a partir de los foros regionales con las víctimas llevados a cabo en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla, además del Foro Nacional, organizado en Cali.

Según amplió Vargas, “todas las peticiones, de las casi tres mil que participaron en total, fueron sistematizadas y entregadas a la Mesa de Conversaciones. Ahí fue cuando los negociadores de paz nos solicitaron escoger una delegación de 60 víctimas para que viajaran en cinco delegaciones y se reunieran con ellos en La Habana”.

El director del Centro de Pensamiento aseguró de igual manera que “con el fin de garantizar la mayor representación posible de comunidades y regiones en esa delegación, decidimos trabajar con la Conferencia Episcopal, que ofreció su buenos oficios para ello”.

Vargas contó que “desde ese mismo momento, y basándonos en la normatividad internacional, decidimos que la delegación estaría integrada por víctimas de todos los grupos armados que han intervenido en el conflicto de este país”.

“La delegación de 60 víctimas quedó conformada por 36 mujeres y 24 hombres, entre los 19 y 78 años de edad, provenientes de 25 departamentos del país”, contó Vargas, y agregó que “de ellas, 10 serían representantes del conflicto de orden nacional, las cuales fueron elegidas en Bogotá”.

Rechazo a las amenazas

Ante las amenazas que varias de las víctimas recibieron debido a la participación en estas delegaciones, Fabrizio Hochschild expresó su total rechazo, a nombre de las Naciones Unidas y de las otras instituciones organizadoras de esta selección, en contra de los actores responsables de esto.

Según él, “es muy malo para la paz de Colombia que estas personas que han sufrido todo lo que implica el conflicto armado, que han perdido a sus seres queridos, sus tierras y han visto amenazadas sus vidas, sean revictimizadas de esta manera”.

Los cuatro desafíos para 2015

 Al ser interrogado sobre el futuro cercano del proceso de paz y los desafíos a que este se enfrentará el próximo año, Hochschild respondió que identifica cuatro grandes desafíos para concretar la paz con las Farc.

-El primero de ellos radica en que realmente se avance en las conversaciones; según él “en este momento se está en medio de los puntos más difíciles, que es el de las víctimas, y siguen otros dos que tampoco serán nada fáciles, que son los mecanismos de justicia transicional que se aplicarán y, por supuesto, la dejación de armas y fin del conflicto”. Para él, “llegar a acuerdos sobre estos puntos será lo más difícil”.

-El segundo que mencionó fue la construcción de un ambiente de paz. “En los comentarios de la gente y en general de la Opinión Pública, se ve mucha polarización, mucha estigmatización, mucha retórica que casi implica una preferencia al estado de guerra que al estado de paz, entonces es necesario construir el ambiente necesario para que la paz pueda florecer”.

-El tercer desafío es informar mejor sobre lo acordado, porque “hay mucho desconocimiento en todas partes sobre el contenido de los acuerdos, entonces se necesita una mayor pedagogía para la paz”.

-El cuarto desafío identificado por Hochschild fue el de “verificar los mecanismos y recursos para la implementación de los acuerdos”.

Según él, “el primer año de implementación es el más duro, es el año más sensible y para poder actuar con rapidez y eficacia se necesita tener claridad sobre los recursos y también sobre qué se va a implementar y cómo”. 

Credito
COLPRENSA

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