No en vano se encienden las alertas en el tema, pues según información del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en Colombia cerca de 500 mujeres mueren cada año por causas relacionadas con este proceso natural y más del 98 por ciento de estas muertes hubieran podido evitarse.

De acuerdo con la ONU “el acceso a la salud sexual y reproductiva, incluyendo la planificación familiar, es un derecho humano básico y es crucial para salvar las vidas de las mujeres”, por lo que la principal causa de este fenómeno se asocia con las limitaciones en la calidad y oportunidad de los servicios de salud.

El informe señala que los departamentos más afectados por este fenómeno los que tienen mayor proporción de población indígena y afrodescendiente como Vichada, Guajira, Chocó, Amazonas y Guainía, donde se confirma la relación entre la desigualdad social y la muerte de mujeres gestantes.

Según el organismo internacional Colombia no logrará cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio, relacionada con la reducción de este fenómeno.

Aunque Colombia ha logrado pasar de una tasa de 104.94 muertes por 100.000 nacidos vivos en el año 2000 a 69.3 en el 2013, la meta trazada es de 45 muertes por 100.000 nacidos vivos para 2015.

Por esto Jorge Parra, representante del UNFPA en el país, indica que “es fundamental que el Estado y toda la sociedad tomen medidas para salvar las vidas de las mujeres que viven en el campo, las indígenas y las afro, que son las que más se mueren”.

Al debate están citados el ministro de Salud, Alejandro Gaviria Uribe, el Superintendente Nacional De Salud, Norman Julio Muñoz Muñoz, el director General del Instituto Nacional De Salud, Mancel Enrique Martínez y la directora del Icbf, Cristina Plazas.