López, con el 18.2 % de la votación, fue la primera de los aspirantes a la alcaldía que aceptó la derrota, al verse relegada en el tercer puesto, por debajo del candidato de los partidos Liberal y de La U, Rafael Pardo (28.5%), que se ubicó segundo, y del ganador Peñalosa (33.1%), que se inscribió por el movimiento Recuperemos Bogotá y el partido Cambio Radical, y quien tuvo el apoyo del oficialismo conservador y de los excaldes Antanas Mockus y Jaime Castro.

En cuarto lugar, quedó el candidato del expresidente Álvaro Uribe, Francisco Santos, inscrito por el Centro Democrático, con el 12% de los votos, resultado que confirma el débil apoyo con el que ha contado el uribismo en la capital de la República en las últimas contiendas electorales.

De raíces liberales, Peñalosa, que ejerció como alcalde de la capital de 1998 al 2000, obtuvo un total de 903 mil 764 votos, en su sexta campaña a la alcaldía de Bogotá.

Al dar su discurso de ganador, aseguró que su gobierno no será de exclusiones, “no vamos a cultivar los odios, vamos a hacer un gobierno sin política”.

“Nuestro gobierno será de todos los ciudadanos que quieran trabajar por Bogotá”, agregó a la vez que agradeció a sus competidores y dijo que fue una contienda de altura, al concluir una reñida campaña, en la que se criticaron duramente los escándalos de contratación y las improvisaciones que enlodaron a las últimas administraciones.

“Vamos a ser ambiciosos, vamos a dejar atrás la desesperanza, vamos a recuperar la autoestima, vamos a hacer una Bogotá a la altura de nuestros sueños más ambiciosos, una Bogotá de la que estemos orgullosos frente a Colombia y el mundo”, agregó.

Su aspiración al cargo

El hoy nuevo alcalde mayor participó en varias consultas para la candidatura por la alcaldía de Bogotá. La primera fue en 1992, en la que quedó tercero, derrotado por Antonio Galán y Jaime Castro. En su segundo intento (1994), ganó la consulta liberal, pero perdió las elecciones frente Antanas Mockus. Fue en su tercer impulso, con el movimiento ‘Por la Bogotá que Soñamos’, que, compitiendo contra Carlos Moreno de Caro, ganó la alcaldía en 1997. Durante su periodo, puso énfasis en la recuperación del espacio público e inició con la construcción del sistema de transporte masivo Transmilenio.

En 2007, volvió a la disputa por la Alcaldía, contienda en la que fue derrotado por el candidato del Polo Democrático, Samuel Moreno.

¿Cómo cambiará Bogotá?

 En seguridad, Enrique Peñalosa pretende trabajar de la mano con la Fiscalía para lograr que los delincuentes sean judicializados de manera efectiva. Facilitará la denuncia con nuevos centros y aplicativos electrónicos para que los ciudadanos no sientan temor a la hora de denunciar un acto delictivo.

También creará la Secretaría de Seguridad y Convivencia Ciudadana, con intervenciones focalizadas con jóvenes vulnerables, y la construcción de 10 Megacentros Culturales y Deportivos.

En movilidad buscará recuperar Transmilenio del deterioro y la saturación, ampliando las estaciones y llevando el Transmilenio por la Avenida Boyacá. Organizará las rutas del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) para garantizar la cobertura de buses en los barrios y apoyará las APP para su financiación.

No obstante, lo que muchos le critican es su visión sobre el metro: pretende que la primera línea del metro, combine tramos subterráneos con otros elevados, argumentando que estos últimos también los contempla la Financiera de Desarrollo Nacional, encargada de la estructuración.

En salud creará más de 20 Centros de Atención Prioritaria en Salud (Caps), para que las personas puedan ser atendidas sin necesidad de cita previa, distribuidos en todas las localidades de la capital.

En educación busca que la atención a primera infancia abarque no solo educación, sino nutrición y salud. Ofertará formación técnica y tecnológica para jóvenes de zonas vulnerables y promete becas para bachilleres que opten por una carrera docente.

Así, con avances pero también con sombras que pesan sobre gestiones pasadas, relacionadas con clientelismo y corrupción, el alcalde que más veces ha aspirado a llegar al Palacio de Liévano tiene el reto de invertir la percepción de los bogotanos sobre el futuro de la ciudad, mientras también articula planes de orden nacional tras la firma de un eventual acuerdo de paz en Cuba.