“Proceso de paz, sí; pero gobierno de Santos, no”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Husmeando la posibilidad de aglutinar gente de todos los partidos que legitimen su posible candidatura presidencial. En esas anda por estos días el senador Jorge Enrique Robledo; pero su aspiración no lo distrae para cumplir con su habitual tarea de hacer control político al Gobierno.

Sobre lo acordado el jueves pasado en La Habana Robledo le dijo a El Colombiano que si esto se hace realidad, terminará la confrontación armada y la ONU destruirá las armas de las Farc, para que se reintegren a la vida civil.

“Los anuncios son pasos en la dirección correcta, es decir, en el camino de desarmar a las Farc”.

¿Le gustaría otro mecanismo diferente al plebiscito para la refrendación?

“Ojalá el plebiscito pase a revisión de constitucionalidad, pero quiero que haya consulta política, para que los colombianos podamos decir sí o no al proceso de paz. Cualquier mecanismo lo podremos acompañar. Legalmente no se necesita, pero políticamente es bueno”.

Si la Corte aprueba el plebiscito, ¿el Polo hará campaña de frente por el sí?

“Lo vamos a acompañar con el sí. Hemos dicho: lucha armada no, proceso de paz sí. Proceso de paz, sí; de Santos, no. Acompañamos el proceso, aunque tampoco compartimos cada palabra. Hay cosas con las que no hemos estado de acuerdo”.

¿Hay posibilidad de que el plebiscito pierda?

“En la medida en que los colombianos entiendan que esto no va a terminar en un “conejo” sino que las Farc se van a desarmar, el sí va a crecer. El Frente Nacional, que montó casi una dictadura liberal-conservadora, estimuló la corrupción, pero nadie cuestiona que condujo a la paz, aun cuando el conjunto de las cosas que la acompañaron hayan sido monstruosas”.

Si acompaña los diálogos, ¿por qué se abstuvo de votar el acto legislativo para la paz?

“Porque pedía facultades extraordinarias para Juan Manuel Santos. Como girarle un cheque en blanco. Que los santistas confíen en él, pero yo no hubiera vuelto a dormir quien sabe por cuanto tiempo. Es capaz de quitarme hasta la camisa (risas)”.

Entonces, ¿no son incondicionales con la paz?

“No. Cuando el Polo Democrático se creó en 2006 dijimos no al uso de la violencia como manera de tramitar las diferencias, pero sí a un proceso de paz. Cuando el anuncia los diálogos de La Habana estuvimos de acuerdo, pero no somos ni el Gobierno ni las Farc. Tenemos actitud comprensiva y de respaldo”.

¿Cree que las Farc no usarán más las armas?

“Existe mucho debate sobre los prolegómenos del acuerdo y lo que pueda suceder después, pero se ha perdido de vista la importancia inmensa que tendría para el país desarmar a las Farc. Este el almendrón de este asunto: lograr que en Colombia, así no se arreglen todos los problemas, haya menos sangre, menos viudas, menos huérfanos, menos destrucción de la propiedad pública y privada”.

¿Está de acuerdo con que las Farc participen en la política colombiana?

“En una negociación que busca desarmarlos y traerlos a la vida civil, no es extraño que haya que hacerles concesiones para volver esa oferta atractiva, y en eso tenemos una posición de amplitud. Es mejor que hagan política”.

La justicia transicional sigue generando dudas...

“Nadie en Colombia se opone al uso de la justicia transicional. Es una creación de la comunidad internacional, lo que pasa es que nadie dice que quiere decir. Uno podría discutir de manera eterna eso, pero es el camino”.

Si cuaja su aspiración presidencial, ¿recibiría apoyo de las Farc, ya como movimiento o partido político?

“Habría que mirar las cosas con mucho detenimiento. Prefiero no hacer conjetura sobre eso. De momento dejo claro que mis distancias con toda esa historia de violencia son descomunales. Le han hecho mucho daño al país”.

¿Qué le preocupa del proceso de paz?

“Que se llegue al acuerdo, el desarme y la cosa termina bien. Pero, ¿va a ver un desarme de los espíritus? O se desarmarán como lo hicieron conservadores y liberales. Si no el proceso puede terminar fracasando. El tono de la confrontación entre Farc, Gobierno y uribismo debe cesar. Al final de la Segunda Guerra Mundial los franceses y los alemanes dejaron de tratarse mal. No es que desaparezca el debate, sino que se haga en otro tono”.

Credito
MEDELLÍN. EL COLOMBIANO

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