Propuestas y objetivos que tienen los tres aspirantes a la Defensoría del Pueblo

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, presentó la terna de candidatos de la cual la Cámara de Representantes tendrá que escoger al nuevo Defensor del Pueblo antes de este sábado 20 de agosto.

Se trata de los abogados Carlos Alfonso Negret, Caterina Heyck Puyana y Andrés Santamaría, a quienes la plenaria de la corporación escuchará hoy.

El nuevo funcionario será escogido para un periodo de cuatro años que comienza el 1 de septiembre de 2016, y reemplazará a Alfonso Cajiao, actual Defensor del Pueblo en calidad de encargado tras la renuncia de su antecesor Jorge Armando Otálora.

Colprensa formuló cinco preguntas a los tres aspirantes para conocer sus propuestas y sus objetivos al frente del organismo de protección de los derechos humanos, adscrito al Ministerio Público:

1. ¿Cuáles son sus propuestas para defender su aspiración a la Defensoría del Pueblo?

2. ¿Cuál es su estrategia para recuperar el prestigio y el buen nombre de la institución?

3. En su concepto, ¿qué cambios requiere la Defensoría del Pueblo?

4. Si usted llegara a ser el elegido, ¿cuál será el papel que cumpla la Defensoría del Pueblo en el escenario del posconflicto?

5. ¿Cuál es su opinión acerca de la discriminación de género, teniendo en cuenta la reciente polémica surgida entre la Procuraduría y el Ministerio de Educación?

“ES IMPORTANTE QUE EN LA DEFENSORÍA ESTÉ UNA MUJER” Caterina Heyck Puyana

Es la cuota femenina de la terna. Ha sido asesora del Ministerio del Interior y del Alto Comisionado para la Paz, investigadora de la Unión Europea, consultora en Derechos Humanos y directora Nacional de Asuntos Constitucionales de la Fiscalía General de la Nación.

Tiene estudios de Derecho de la Universidad del Rosario con especialización en Derecho Financiero. Tiene maestrías en Derecho Público Internacional y en Paz, y Conflicto y Democracia, y un Doctorado en Investigación para la Paz y DIH.

1. Considero importante que en la Defensoría esta vez esté una mujer. Ya es hora de que en las altas esferas del Estado esté la mujer, pero no solo por su condición de género, sino también como una Defensora del Pueblo preparada y activista de los derechos humanos, como lo he sido yo.

Represento a la mujer trabajadora. Tengo un Doctorado en Investigación para la Paz y en Derecho Internacional Humanitario, además de una maestría, ambas cursadas en Europa; cuento con una larga trayectoria en el sector público, fui alta directiva en la Fiscalía y justamente pongo a consideración de la Cámara y del país mi experiencia en el trabajo público.

2. En mi hoja de vida se evidencia unos estudios complicados en la Unión Europea, con beca del Gobierno holandés y de nivel Doctoral. No me gusta sacar a relucir mis títulos académicos, pero creo que es importante en este momento fundamentar y respaldar mi nombre con esta trayectoria académica, pero también con años de servicio público.

Mi hoja de vida es intachable y elevaría al máximo nivel el prestigio que debe tener la dirección de la Defensoría del Pueblo, sobre todo porque este cargo no tiene poder coercitivo ni punitivo y su fuerza está en la magistratura moral y esta la da una hoja de vida y una trayectoria.

3. Creo que hay que fortalecer todo lo que corresponde a la Defensoría Pública, es fundamental que no se repitan casos como el de Carlos Arturo Velandia (‘Felipe Torres’), que por falta justamente de una defensa técnica llegó a esta situación (fue detenido de nuevo).

La ley establece que la Defensoría representa a los menores y a las mujeres. Ahora, con la salida de circulación de los menores del conflicto armado, la Defensoría desempeñará un papel fundamental. En materia de búsqueda de desaparecidos, el papel que asumió la Defensoría no ha sido del todo exitoso.

La Defensoría debe comprometerse con la búsqueda de alianzas con otras organizaciones, no solo para el diagnóstico de los problemas sino además para la solución de las dificultades que se evidencien o denuncien.

4. El papel de la Defensoría es fundamental en diferentes aspectos de los acuerdos de La Habana, en especial lo que corresponde a los acuerdos de finalización del conflicto y en el posconflicto, que no será como tal el fin del conflicto, sino la construcción de la paz y de una nueva relación con la ciudadanía.

5. Resulta preocupante la discriminación, el maltrato, el matoneo que hoy estamos viendo en las instituciones, realmente es un espejo de que el conflicto en Colombia no es solo armado sino, infortunadamente, en el orden institucional.

“MI PROPUESTA ES UNA DEFENSORIA PARA LA PAZ” Andrés Santamaría

Es el actual presidente de la Federación Nacional de Personeros (Fenalper). Ha sido personero de Cali y defensor del Pueblo en Valle del Cauca. Es abogado de la Universidad Javeriana y también docente de Derecho Constitucional e Internacional Público en la capital del Valle.

1. Convertir una Defensoría para la paz que recupere su credibilidad a través de un ejercicio de fortalecimiento de las regionales, que cuenten con un liderazgo de presencia constante y de atención a las comunidades, con servicio durante las 24 horas.

Se debe hacer un seguimiento a las zonas de donde se retiran las Farc. Sin duda alguna, la Defensoría tiene un papel previo de advertencia, ya que pueden presentarse nuevos actores de conflicto que afecten a la comunidad. Creo que también debe hacerse un seguimiento junto con la comunidad internacional a las Zonas Transitorias Veredales, para que estas concentraciones se cumplan sin afectar a los derechos de la población.

Por último, la Defensoría debe convertirse en una universidad de pedagogía en derechos humanos y el Defensor debe ser independiente, autónomo y al servicio de la gente, que opine, que dé apreciaciones.

2. Hay una oportunidad histórica, hay tres hojas de vida y lo primero es que quien vaya a representar la institución ponga su hoja de vida en redes sociales y que llamen a los medios para generar el debate, y que el Congreso escoja lo que más conviene a la Defensoría del Pueblo.

Ahora lo más importante es la credibilidad, la Defensoría no genera sanciones disciplinarias ni decisiones judiciales, no tiene poder coercitivo, solamente la magistratura modelo y ésta se da por la convicción de los ciudadanos sobre lo que la institución dice.

3. Un Defensor totalmente dedicado a defender los derechos del ciudadano, ese es el primer gran cambio. Un Defensor verraco, convencido, neutral, que opine objetivamente, no de acuerdo con el ánimo del Estado en las coyunturas, sino de acuerdo con la ciudadanía. El cambio empieza con la actitud que tenga cualquier defensor o defensora al momento de dirigir.

Lo segundo, fortalecer las defensorías en lo regional, con un mayor grado de independencia y análisis, que contribuya a los debates regionales, en Colombia no todas las vulneraciones son iguales en cada zona.

4. Aquí lo más importante es que la Defensoría no tiene papel, su protagonismo está totalmente muerto frente a la paz. Lo primero, es hacer pedagogía para la paz, que los ciudadanos no vean la paz como un enemigo, como una puerta que no se puede abrir, que entiendan que en un país de guerra la paz también es un derecho.

La Defensoría también debe ser un verificador de la implementación y el cumplimiento de los acuerdos de paz y también que las condiciones de reinserción de los desmovilizados de las Farc se cumplan. Por último, buscar que no haya afectación de la población.

En cualquier proceso de dejación de armas, aumentan especialmente las vulneraciones de violencia contra la mujer y los delitos sexuales contra niños.

5. Yo he sido un abanderado y defensor de la comunidad Lgbti cuando fui defensor regional. Creo en una Defensoría que respete los derechos de la minoría y que actúe ante los delitos de violencia sexual. No entro al tema de las cartillas porque no las conozco, sin embargo, creo que debe haber un ejercicio de inclusión de igualdad de género, lo que implica enseñar desde muy pequeños el respeto a la mujer y a la diversidad sexual.

No creo que un niño sea homosexual o heterosexual porque se le inculque una educación de inclusión o diversidad sexual, porque en los países con mayor desarrollo en respeto a la diversidad de género enseñan desde muy pequeños el tema. Yo creo que los mensajes de redes sociales o las marchas de oposición guardan una intencionalidad muy débil para defender que esos comportamientos no sean los adecuados.

CARLOS ALFONSO NEGRET

Actualmente es el secretario General del Partido de La U, abogado de la Universidad Javeriana con Especialización en Derecho Internacional de los Derechos Humanos en España. Ha trabajado en el sector financiero colombiano y en el sector público en entidades como el Icbf, Invías y la Contraloría General de la República.

Negret no pudo atender el llamado de Colprensa, ya que debió viajar a Popayán de manera urgente por el fallecimiento de un familiar cercano. De acuerdo con lo que nos comunicaron “está muy afectado por el tema”.

Credito
COLPRENSA

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