“El 3 de octubre debemos estar unificados en que no hay violencia buena”

Colprensa - EL NUEVO DÍA
Entrevista con el jefe del equipo negociador del Gobierno nacional, Humberto de la Calle, quien habla del proceso de paz con las Farc, sus preocupaciones y qué viene.

A escasos días de dar a conocer al mundo el fin de la guerra con las Farc, muchos son los preparativos para hacer que Colombia no se quede en la historia como el proceso de paz que no despegó. Para esto desde el Gobierno se adelantan distintas gestiones, con el fin de avanzar en esa concreción, y para ello se preparan alrededor de 40 proyectos de ley que buscan llenar esos posibles vacíos.

La posibilidad de que las cosas no marchen como debe ser en cuanto a la implementación de aspectos que ayuden a avanzar el proceso, y que la gente no entienda que se necesita del concurso de todos, son dos aspectos que le preocupan a uno de los hacedores de la paz con las Farc. De estos temas, y de lo que viene para el proceso de paz, habló con Colprensa el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto De la Calle Lombana.

- ¿Cómo ve el país hoy, frente al de hace cuatro años?

Lamentablemente, está más polarizado. Hay una altísima temperatura política. La polarización no es mala en sí misma; es más, la democracia es un sistema que alberga diferencias de pensamiento y se construye sobre la diferencia, pero la democracia tiene que tener métodos para resolver las contradicciones, y el plebiscito es eso precisamente.

- ¿Qué debería ocurrir el día siguiente de la firma del plebiscito?

Deberíamos hacer un compromiso de acatar el resultado, cualquiera que sea. Debemos valorar la dejación de armas de las Farc y luchar contra la corrupción, mejorar la política, llevar al disco duro de todos los colombianos el tema de que no hay violencia buena y luego trabajar en la equidad.

- ¿Dónde se siente más esa polarización, en la capital o en qué regiones?

Un día un líder indígena me dijo que Bogotá queda muy lejos de Colombia. Y vea que en realidad es que en Bogotá la posición negativa parece ser más dura, lo contrario se ve fuera de la capital.

- Algo que le preocupe…

Que el 3 de octubre se prolonguen esas discusiones por diferencias en pro y en contra, siendo ese el momento de unión de los colombianos.

- ¿Qué tanto daño le han hecho los rumores de las redes sociales a todo este proceso?

Las redes se inundaron de falsedades y fueron dañinas en su momento. Ahora no lo veo tanto. Lo que siento ahora es que la gente es capaz de dibujar las bases de lo acordado, aunque no se haya leído las 297 páginas, ha ido aclarando en su mente lo que fue acordado en La Habana.

- Al iniciar las negociaciones, ¿cuál pensó usted que era el tema más duro de manejar en la mesa?

Siempre pensé que era el tema relacionado con la justicia y, en efecto, así fue. Y es que este tema arrancó de puntos muy opuestos, de visiones muy diferentes. El tema de la dejación de armas era algo muy fuerte también, aunque es claro que debe ser una de las conclusiones de un proceso como este.

- ¿Por qué las Farc le dijeron sí al Gobierno Santos y no lo hicieron con Pastrana o con otros gobiernos?

No hay una respuesta única. Creo que desde la izquierda ha venido creciendo la idea de que el terreno electoral es mucho más fructífero que el de las armas. Eso lo dijo incluso Fidel Castro en un libro sobre la paz en Colombia.

Algún día dije, y creyeron que era un chiste, que la fuerza más conservadora de Colombia eran las Farc. Me ratifico en ese punto, las Farc impidieron muchas de las movilizaciones de carácter social en el país.

Todo esto generó un entorno tanto en el exterior como en Colombia de fuerzas que transmitieron a la guerrilla que ya pasó el momento de las armas. Es un edificio que se ha construido por muchos gobiernos.

- ¿Cómo ve las posturas de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe?

Pastrana y Uribe cooperaron con el logro de la paz. Pastrana abrió la guerrilla, fue más conocida para nosotros y mejoró la capacidad militar. Uribe logró un cambio en la correlación de Fuerzas Militares. No he entendido por qué ellos, que deberían estar cobrando su éxito, se han encargado de enturbiar su propio legado. Deberían estar cobrando lo que hicieron en el pasado.

¿ES POSIBLE LA RENEGOCIACIÓN?

-¿Cómo ve las versionesexistentes sobre el castrochavismo en Colombia?

Al principio esas versiones me parecieron un chiste, al principio me provocaban sonrisas, pero con el tiempo empecé a ver que había gente que las creía. Hoy ha bajado la creencia, pero aún hay personas que creen. Hay cierta desconfianza, y es valida pues hemos sufrido mucho. Las Farc han cometido hechos que hacen que el escepticismo sea razonable, pero hay garantías en el acuerdo para todos.

Lo esencial no es que las Farc cambien de ideología, eso no va a ocurrir, lo importante es que el método no sea el uso de las armas. El juego legítimo de la democracia es que se respeten las reglas del juego. Nosotros negociamos de manera genuina y leal. Si las Farc tienen algún éxito electoral, hay que respetarlo en la medida de que hayan cumplido los compromisos como ocurrió con el M-19, que desde que firmaron la paz ha trabajado en democracia.

- ¿Políticamente a quién impactará fuertemente la llegada de las Farc a la política?

Creo que el miedo no lo deben tener los partidos; es más, los beneficiados serán todos. Mire, en la propia izquierda va a haber una recomposición de fuerzas y cada una querrá mantener la unidad. La izquierda no es fácil y ahora habrá un nuevo protagonista.

Las fuerzas de centro van a recibir un influjo benéfico en la medida en que tanto el Estado como las Farc cumplan los compromisos. Y si de la derecha más dura se trata, pues es claro que la presencia de un rival ideológicamente fuerte les puede convenir para acentuar su discurso.

- Desde el Centro Democrático se reclama la renegociación del acuerdo…

¿De verdad creen que eso se puede lograr? Eso es una ilusión. Usted cree que el 3 de octubre si ganara el No las Farc van a alzar la mano y decir: ‘Ahora sí me quiero ir para la cárcel…’? Me parece que la postura de quien vote No es absolutamente respetable. Lo que sí me parece es que quien asuma esa postura medite bien las consecuencias, para que no suceda lo que pasó en el Reino Unido, cuando unos aprobaron la salida de la Unión Europa, y al día siguiente muchos se preguntaban aterrados qué había sucedido.

OTROS GRUPOS

- ¿Qué tanto daño le va a hacer al nuevo escenario de paz la presencia del ELN, las bandas criminales y demás actores ilegales?

La paz es un proceso más profundo, lento y difícil de lo que se ha hecho hasta ahora y de lo que se verá hasta el 2 de octubre. El ELN está a puertas de un proceso de paz, aunque con un obstáculo por el tema del secuestro. Con las bandas criminales el único camino que hay es el del sometimiento. Los colombianos deben distinguir lo logrado con las Farc, la búsqueda de la paz y el cierre del conflicto con ese grupo, esto frente a lo que va a suceder con otros movimientos.

- El expresidente Uribe propone una paz en otros términos. ¿Han entendido esa paz, sí hubiera sido mejor esa paz que la alcanzada?

Las expresiones mejor o peor son términos relativos. Nosotros tenemos la certeza de que el acuerdo alcanzado fue el mejor acuerdo posible.

- ¿Qué puede decir a quienes reclaman cárcel para los guerrilleros?

Esa es una convicción muy respetable. Pero hay que recordar que el tema de la violencia en el país no es sólo de la guerrilla, sino que también ha habido otras fuentes de victimización.

“ESTA AGENDA ES NACIONAL, ES PARA TODOS”

- ¿El Estado está preparado para lo que viene en temas de paz y la implementación de lo que comporta la paz?

Con el doctor Rafael Pardo, consejero del Posconflicto, y el director de DNP, Simón Gaviria, se tiene una clara misión de lo que implica el flujo de recurso para atender las necesidades del posconflicto.

Hay un proceso de alistamiento en materia jurídica y legal, estamos detectando las necesidades de desarrollo de procesos legales para poder concretar lo que viene. Prevemos alrededor de 40 proyectos de ley.

- Somos un país en el que la burocracia demora mucho los procesos. ¿No le preocupa eso?

El Estado colombiano habitualmente es tan incapaz, y la burocracia es tan lenta, que realmente esa sí es una preocupación grande para mí. Tenemos que ser capaces de cumplir muy rápidamente para no caer en las estadísticas que existen acerca de que procesos exitosos se retrotraen en los primeros años, porque el Gobierno no es capaz de cumplir. A eso se suma el que la gente no es capaz de entender y acoplarse.

- ¿Qué términos se han fijado para esos proyectos que se tienen?

Tenemos una hoja de ruta clara en lo significa la implementación inmediata, como son temas legales y la puesta en marcha de la jurisdicción, y estamos dando pasos para preparar el tema de justicia. En esto ya se está trabajando. Hay temas a largo plazo como los temas rurales, pues se requiere de recursos y la situación fiscal del país no es la mejor.

- ¿Pasar el plebiscito con apenas el umbral, o una ventaja muy corta es peligroso para la credibilidad, no?

Los colombianos deben entender que ese día no puede haber abstención. Los jóvenes y todos los colombianos deben sacarse de la cabeza que ese conflicto es de las regiones y no de las ciudades. La violencia en la periferia del país tiene sus ecos en la ciudad. Este debe ser un interés de todos. No se puede predecir un nivel de votos para el 2 de octubre, pero creemos que la votación debe ser abrumadora, es necesario que el apoyo sea masivo, mayoritario.

- ¿Los colombianos entienden a esta altura que este proceso va a cambiar la vida de cada quién?

Espero que sí. Ojalá la gente entienda que, por ejemplo, el tema rural busca saldar una deuda con el campo colombiano. Los países vecinos han logrado recuperar el campo, se avecina una escasez de alimentos, y Colombia debe prepararse para eso.

Algo similar pasa con el punto sobre política, pues se dio la apertura de instrumentos de participación, el tema del narcotráfico a todos nos concierne. Esta agenda es nacional, es para todos, no solo para las Farc.

- ¿Cómo se sienten hoy sin un opositor tan fuerte como Alejandro Ordóñez en un cargo de poder?

Me parece que él va a seguir con su tarea p olítica. Es legítimo que exprese sus ideas, lo que es cuestionable es que afirmara cosas que no son ciertas, eran apreciaciones suyas. Él criticaba el proceso de paz escudado en tener la vocería de los colombianos y así apoyaba el No; pero se le olvidaba que en esa discusión pública había un sector de la sociedad que avalaba el sí, y por ellos no habló.

Él no podía arrogarse la vocería sólo de un sector de la sociedad, pero esas ya son cosas del pasado.

- En dos años podría llegar alguien a la Casa de Nariño que no dé continuidad al acuerdo. ¿Cuál debe ser el perfil del presidente que reemplace a Santos?

No voy a hacer calificaciones políticas ni partidistas, pero sí voy a decir que hay un acuerdo, con las Farc, pero es una ruta para toda la sociedad. Es obvio que las decisiones políticas deben apuntar a consolidar el acuerdo y a facilitar su implementación. Después de este esfuerzo sería un contrasentido histórico que se incumplan los acuerdos o la Nación tome un camino diferente con una visión autocrática que no convenga a Colombia.

- ¿Quiénes apoyan el Sí ven con sorpresa las afirmaciones del vicepresidente Germán Vargas Lleras y la ausencia de tiempos en el caso del tribunal especial?

No quiero entrar en controversias con el Vicepresidente, pero sí he dicho que hubo unas ideas suyas que no correspondían a lo acordado. Las expresiones hechas por él seguro provienen de otro tipo de informaciones, pero que no son genuinas de lo que pactamos.

- ¿Estos 50 años de guerra han llevado a que no sepamos perdonar?

A los desafíos económicos y de justicia están los espirituales. Hay que preguntarse si hay violencias buenas. Mientras una violencia se justifique como buena, porque lucha contra otra, ese es el problema. El 3 de octubre debemos estar unificados en que no hay violencia buena, y que la justicia privada debe ser desterrada de Colombia.

El país no va a cambiar y la paz no va a llegar si seguimos justificando la violencia que ejercemos en la violencia del otro, o en la pregunta acerca de quién empezó… eso significa que espiritualmente nos falta evolucionar más. La única fuerza legítima es la del Estado aplicada conforme a la Constitución. Las fuertes condenas contra las Farc desde la gente del común y de cualquier sector son válidas, porque cometieron crímenes, pero a la par hay silencio frente a otras violencias y otros crímenes.

- ¿Por qué meter en los acuerdos a militares, empresarios y guerrilleros?

Hay que entender que esta discusión se hace para finalizar el conflicto, y si no se ofrecen garantías jurídicas a todos los posibles actores por igual se va a dejar el germen de nuevas violencias. Esto se da en la ley en la jurisdicción especial y en la mente de todos los colombianos.

Credito
COLPRENSA

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