“El periodista debe conservar el espíritu crítico y entender que toda realidad tiene que ser cambiada”

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
EL NUEVO DÍA habló con el veterano periodista y consultor ético, Javier Darío Restrepo, quien estuvo en la Universidad de Ibagué para inaugurar la primera de varias cátedras anuales que buscan reflexionar sobre el quehacer periodístico en época de cambios y retos sociales.

EL NUEVO DÍA: En las últimas semanas, el país se ha estremecido con escandalosos casos de corrupción que demuestran su poderoso alcance, en ese escenario, muchos piden cambio social. ¿Demanda un aporte del periodismo?

JAVIER DARÍO RESTREPO: Antes debo decir que sobre la corrupción, el periodista solo tiene en cuenta a los corruptos. Uno no encuentra una sola información que responda por qué los honestos son como son. Como todo mundo roba, a las personas honestas le preguntan ‘y usted por qué no lo hace, será porque es medio bobo’, entonces viene el dicho aquel: ‘El vivo vive del bobo’.

Es decir, hay descalificación o subestimación de la gente honesta y creo que uno como periodista cumple un gran papel investigando, porque en un mar de corrupción hay gente que insiste en ser honesta y respetar la propiedad ajena.

Lo que nosotros hacemos con esa insistente publicación sobre lo que hacen los bandidos, el contratista de la carretera, el que se roba los alimentos de los niños y demás, es mostrar cómo hace sus actos corruptos, es decir, una especie de difusión de técnicas de corrupción y luego demostrar todo lo que ganó un tipo así con eso para generar el rechazo. Uno contribuye con su información a la difusión de las motivaciones, técnicas y los logros de la corrupción.

E.N.D.: ¿El periodismo debe motivar la participación ciudadana para que la sociedad castigue socialmente los actos de corrupción?

J.D.R.: Sí, yo pienso que un papel que se cumple como periodista es estimular a la sociedad a la participación, ¿cómo se hace?, entregando una buena información y eso está haciendo falta. Necesitamos que sean explicadas las razones y las consecuencias, eso supone una información completa, pero hay un problema para uno como periodista y es la prisa, generalmente uno está trabajando de afán y hacerlo es condenarse a un trabajo mediocre; en cambio, dar tiempo a producción, a la investigación de la información que uno va a hacer, significa mirar todos los ángulos y para hacer eso se necesita tiempo.

A veces uno ve el trabajo de los periodistas y llega a la conclusión de que el periodista es un flojo, que es alguien que hace lo que resulta más fácil, porque la calidad periodística esa muy lejos de lo fácil, siempre implica dificultades, de tiempo, autocrítica, corrección, volver a hacer las cosas... Uno como periodista parte de un mal principio si cree que puede hacer la cosas a la carrera: es un buen principio pensar que los receptores de la información merecen respeto y una forma de respeto es entregarles una información de calidad que siempre exige tiempo y esfuerzo.

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E.N.D.: Usted hace un llamado a garantizar la información completa para alcanzar la libertad...

J.D.R.: Tanto la no información como la información incompleta convierten a las personas en manipulables. Un ejemplo, si uno va a comprar un apartamento, lo mejor que puede hacer la inmobiliaria si quiere explotarlo es dar la información sesgada e impedir que tenga acceso a otra información, entonces si uno como comprador ingenuo se queda con lo que dice el vendedor y si no escucha a otros vendedores, lo manipulan y luego lo tumban. A la sociedad le pasa lo mismo: cuando uno no tiene una información completa, de distintas fuentes y demás, es manipulable, que es lo que generalmente hacen los políticos.

E.N.D.: La corrupción ya ha mostrado sus poderosos alcances. ¿Ha permeado las fibras del periodismo?

J.D.R.: El periodista está expuesto todos los días a los llamados de la corrupción. Cuando te llaman a que ocultes la verdad, cuando te llaman a que privilegies personas, instituciones, ideologías o partidos, todo eso está alterando la naturaleza de las cosas y particularmente la naturaleza de la profesión, que es todo lo contrario a eso.

E.N.D.: ¿La democracia también requiere del periodismo?

J.D.R.: La democracia supone igualdad entre las personas y la información, como el conocimiento, es la que da los elementos de esa igualdad y dignidad. Luego la democracia supone diálogo, lo lindo de ella es que los cambios en la sociedad los supone en la inteligencia; lo terrible de las tiranías y de los métodos autoritarios es que los cambios se hacen con la fuerza, la democracia dice no, los cambios se hacen con la inteligencia y el periodismo es un actividad de la inteligencia para la inteligencia.

Ahí vuelvo a lo dicho, la corrupción es la negación de los derechos de las personas, luego de las dignidad de las personas, y luego destruye la unión entre las personas, y la democracia tiende a unir a las personas para emprender objetivos y tareas comunes.

Los principios

E.N.D.: Usted lo mencionó en la cátedra: hay quienes, después de los años, llegan al confort y descreen de los principios éticos, ¿hacen falta más jóvenes problemáticos?

J.D.R.: Sí, hace falta que el periodista no se haya rutinizado, creo que hay algo que lo destruye de la misma manera que el óxido destruye a los metales: la rutina. De ser así, el periodista está condenado a la mediocridad, allí no puedes esperar un trabajo válido, importante, significativo, eso es un periodismo desechable.

Para que se haga un trabajo de validez permanente uno tiene que someter a la crítica lo que ha hecho; segundo, ser inconforme con lo que está haciendo y exigirse, eso supone un afán de renovación que nunca se debe acabar, en cambio el otro considera que no hay que esforzarse tanto, ese periodista lo mejor que puede hacer es retirarse de la profesión, porque no está dando lo que la sociedad necesita. Pienso que la información incompleta lo convierte a uno en un ser manipulable, en cambio, cuando es una información completa, siempre lo están motivando y no lo van a manipular, vas a tomar tu decisión con libertad y eso es lo que la sociedad espera del periodista, que sea una información que haga a la sociedad y a las personas libres.

E.N.D.: Algunos hablan del desencantamiento en la profesión...

J.D.R.: Sí, ese desencantamiento es el resultado de haberse instalado, entonces todo les importa cero, no tienen la pasión por mejorar, no tienen la pasión para ver dónde falla uno, es importante encontrar lo necesario para superar esa falla, eso supone una pasión y se nos está apagando a los viejos, esa pasión en cambio la tienen los jóvenes. Entonces a veces es cuestión de edad, pero la mayoría de las veces es cuestión es de que ya me instalé, es el conformismo, la resignación, la pasividad y esas tres características son de una persona que está retirada, que está en retroceso.

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E.N.D.: ¿Hoy por hoy el espíruto crítico está en entredicho?

J.D.R.: El periodista debe conservar el espíritu critico y entender que toda realidad tiene que ser cambiada, toda. Porque la realidad, tal como la veo, es incompleta e imperfecta, entonces uno tiene que mirar cómo se va a perfeccionar a partir de mi propia visión, la persona que ya se resignó es porque su realidad ya no es susceptible de cambio; por el contrario, el que siempre está en movimiento, es crítico y problemático, es porque entiende que no le gusta como están las cosas y que tienen que ser cambiadas. Eso es la juventud.

Frases

"La información es la materia prima de la libertad; quien no la tiene, no es libre".

"Los periodistas tenemos en común con la Madre Teresa de Calcuta que no miramos a los demás para aprovecharnos de ellos, sino para servirles".

"La ética es un trabajo personal que uno se impone para obtener una personalidad, un talante, un modo de ser. La ética es una segunda piel adquirida no heredada".

 

Credito
EL NUEVO DÍA

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