“Colombia fracasará en la consolidación de la paz si insistimos en el centralismo”

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
En rueda de prensa, el exministro del Interior y precandidato presidencial por el partido Liberal, Juan Fernando Cristo, explicó los pilares de su proyecto político. Su apuesta no es solo por la paz, sino por la descentralización del Gobierno nacional. A continuación reproducimos apartes de una entrevista a siete voces.

¿Cuál es el motivo de su visita a Ibagué?

Ayer (jueves) el liberalismo ratificó ante la organización electoral su decisión de convocar a una consulta el próximo 19 de noviembre para escoger el candidato del Partido a la Presidencia de la República. Será una consulta popular abierta, en la que podrán votar no solamente los liberales, sino todos los colombianos que quieran participar.

Nosotros hemos planteado ‘Los mandamientos según Cristo’, que son diez propuestas que aspiro voten los colombianos el 19 de noviembre para que nos den la oportunidad de liderar al partido Liberal hacia un gran acuerdo nacional, social, ciudadano, político, que le permita a Colombia asegurar lo que se ha alcanzado en materia de paz.

Pero, los perdedores de las consultas se pueden ir en contra del ganador...

No. Aquí hay compromiso muy claro de respeto a los resultados de la consulta, además hay un buen clima amistoso y amigable en la consulta. Yo creo que esta consulta es muy útil para que el partido Liberal salga fortalecido después del 19 de noviembre a liderar ese gran acuerdo nacional, una gran coalición centro izquierda progresista que asegure la paz de Colombia.

¿Con qué partidos estaría dispuesto a aliarse?

El partido Liberal va con un candidato propio en la primera vuelta, que pueda convocar alrededor del Partido otras fuerzas políticas y sociales, que acompañaron el proceso de paz. Consideramos que la desaparición de las Farc como movimiento armado, su desarme, la disminución de la violencia, es un proceso irreversible que no podemos dar marcha atrás.

Algunos sectores políticos auguran que la consolidación del proceso podría fracasar por falta de compromiso del Gobierno. ¿Qué tan ambiciosa es su apuesta por la paz?

Insisto. No podemos seguir discutiendo eternamente el acuerdo de paz, ni podemos estarlo revisando cada vez que a alguien se le ocurre que algo quedó mal. Hay que cumplirlo, hay que exigirle a las Farc y al Estado colombiano que tienen que cumplirlo. Ahora, eso no se consolida en un año, por eso la Corte blindó los acuerdos para los próximos tres gobiernos.

¿Por qué la seguidilla de asesinatos de líderes sociales?

Es una situación dramática. Si uno coge el mapa de Colombia y ve donde están concentrados los asesinatos de líderes sociales, se da cuenta que ocurren en las zonas donde confluían las Farc, el Clan del Golfo, en muchos casos ELN, y donde hay mafias de minería ilegal y narcotráfico, que ante la ausencia de las Farc, pretenden llegar a apoderarse de un territorio para controlar las ventas ilegales, y los líderes sociales se convierten en obstáculos para sus propósitos criminales.

Tenemos que ser capaces de llegar a una Colombia con cero asesinatos de líderes sociales, porque no tiene sentido que hayamos firmado la paz, que no estén cayendo muertos soldados, ni Policías, ni guerrilleros de las Farc, pero si caigan líderes.

¿Qué piensa de la corrupción y por qué dice que el congreso descuartiza la Reforma Política?

La lucha contra la corrupción no tiene que convertirse en una bandera electoral, sino en un propósito nacional. Tenemos que ponernos de acuerdo para combatir a los bandidos de cuello blanco haciendo la reforma a la justicia.

A mí no me disgusta lo que está pasando hoy, que están aflorando estos escándalos de corrupción, yo creo que era necesario esta catarsis y que la gente se entere de todos esos episodios y que podamos entre todos mirar cómo vamos a salir de este lodazal de corrupción.

Hay que combatir los grandes costos en las campañas que vienen de las costumbres políticas, especialmente del voto preferente y la circunscripción nacional. El voto preferente es el peor tóxico que se le introdujo a la democracia de este país, es el germen de todos estos escándalos de corrupción, porque cuando unas campañas valen 10, 15 o 20 mil millones de pesos, sin ninguna clase de control, pues obviamente eso es una invitación abierta a la corrupción.

Yo lamento que el Congreso haya engavetado durante cinco meses la reforma política que presentamos en mayo pasado, porque contenía elementos y dientes para controlar esas situaciones, no sé qué vaya a pasar con la reforma en las próximas semanas, la han descuartizado en el Congreso, la han venido como destrozando poco a poco, lentamente.

En concreto, ¿qué eliminaron de esas reformas?

A la reforma política le eliminaron muchos controles a la financiación exorbitante de las campañas, eliminaron la posibilidad de avanzar hacia las listas cerradas, que son necesarias para combatir la corrupción electoral y política. Entonces va a quedar una reforma muy disminuida y ni siquiera sabemos si va a alcanzar a salir, ya para el 2018 será inaplicable.

Nosotros también hicimos aprobar la reforma al equilibrio de poderes, que tenía elementos importantísimos de la reforma a la justicia y algunos pasaron los exámenes de la Corte Constitucional, pero dos muy importantes fueron tumbados: el Tribunal de Aforados que hoy es tan necesario en Colombia y la creación del Consejo de Gobierno Judicial.

Me duele que en el Congreso, los partidos se opongan a reformar la política y, en las cortes, los magistrados y jurados se opongan a la reforma a la justicia. Si el congreso no es capaz de asumir un espíritu reformista, inevitablemente terminaremos a partir de agosto del próximo año, en una asamblea nacional constituyente.

Entonces, ¿qué tanto daño el hace el Congreso al país?

El congreso es como la pera de boxeo del pueblo colombiano, al que todo el mundo le pega y le echa la culpa de todos sus males. En mi paso por el Ministerio del Interior pude presenciar un gran compromiso y apoyo al proceso de paz. Sin el concurso del Congreso, no hubiera sido posible sacar adelante esta agenda de paz que le va a ser muy útil a Colombia

Que hay escándalos de corrupción de dirigentes individualmente hablando y tienen que ser sancionados, claro que sí, por eso es importante que funcione la justicia, para que exonere a los inocentes y sancione ejemplarmente a los congresistas culpables de episodios de corrupción.

Algo que no me gusta del Congreso en general es que están generando unos anticuerpos o una antirreforma. No quieren hacer los cambios en el sistema político.

¿Qué le aportaría como Presidente al Tolima?

Yo no vengo a hacer ofrecimientos. Yo le puedo decir que durante los tres años que fui Ministro del Interior, hice un compromiso muy grande con la seguridad y convivencia, llegamos con Centros de Integración Ciudadana, estaciones de Policía y cámaras de seguridad a muchos municipios.

En el caso de llegar a la Presidencia, el compromiso es el que mencioné ahora. Por el exceso de centralismo, nos acostumbramos a estar todo el tiempo esperando al Gobierno nacional y yo creo que ese chip lo tenemos que cambiar. En Colombia hay que hacer una reforma fiscal territorial, para que los municipios y departamentos sean los dueños de su propio destino y sean los que definan cuál es el modelo económico.

Por ejemplo, acá en el Tolima, han generado conciencia de conservación del medio ambiente de explotación minera a través de las consultas populares, eso tiene que respetarlo el Gobierno nacional. Vamos a desarrollar nuestro modelo económico sobre la base del ecoturismo, agricultura, de otros renglones económicos y no sobre la explotación minera. Colombia fracasará en la consolidación de la paz si insistimos en un modelo centralista en nuestro país.

¿Qué tan cerca estamos de llegar al modelo venezolano?

Aquí la oposición al proceso de paz tuvo gran éxito con un mensaje que les confieso me parece increíble que lo compre un sector importante de la población. Usted lee el acuerdo de paz y no hay nada que indique que se va a cambiar el modelo económico, el sistema político o que se va a facilitar la expropiación de los bienes.

Aquí muchos hablan del castro-chavismo, pero a la gente se le olvida qué fue lo que ocasionó que llegara Hugo Chávez a ser presidente de Venezuela. La etapa prechávez fue una en la que la clase dirigente se dedicó a liquidar los partidos políticos de oposición, a destrozar la institucionalidad, a tumbar al presidente Carlos Andrés Pérez y eso llevó a un clima de inestabilidad que condujo a la situación que lamentablemente está viviendo el pueblo venezolano.

Colombia tiene unas instituciones mucho más fuertes que Venezuela, y no creo que vayamos a llegar allá, pero hay que actuar con prudencia, no hay que jugar con candela. Insisto, hay que fortalecer los partidos y las instituciones por encima de obsesiones o ideales

¿Cuál es el riesgo de los populismos?

No podemos jalarle ni al populismo de izquierda, ni al de derecha, que son igualmente dañinos para Colombia. En esta situación de pesimismo y polarización, se abren caminos para que lleguen propuestas populistas que son dañinas y se ha demostrado en el resto de América Latina. Yo por eso le juego al fortalecimiento de los partidos y las instituciones, reformándolas, pero no acabándolas; sacudiéndolas, pero no destrozándolas.

Yo estoy convencido que el liberalismo está llamado a convocar una gran coalición, que sea como el dique de contención en el centro y aislar a esos populismos de extrema derecha e izquierda que pueden surgir en esta campaña electoral.

¿Por qué el partido Liberal ha perdido representatividad en el país?

El bipartidismo en Colombia se acabó, las épocas en las que había un partido mayoritario no volverán y así están todos los sistemas políticos en América Latina y en el mundo entero. Luego, hay que olvidarse del partido Liberal del pasado, pensemos en un partido más competitivo y moderno, en el que haya mayor participación de los jóvenes y las víctimas del conflicto. También la gente ha perdido confianza en los partidos porque no han tenido identidad ideológica, por eso hay que recuperarla, que es en lo que estamos empeñados.

 

Preguntas y respuestas

¿Qué lectura tiene de los siete años que van de gobierno Santos?

 Primero empiezo por lo que se ha hecho bien. Los colombianos, más temprano que tarde, van a valorar cada día más el fin del conflicto con las Farc. Tuvimos 12 o 13 gobiernos empeñados en acabar con las Farc, pero fue el gobierno del presidente Santos el que lo logró a través de la negociación política.

Cosas que se hayan hecho mal, muchas. Ayer vi una. Me parece un atropello que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, pretenda desmontar las consultas populares mineras, eso no solamente es una barbaridad, sino una ilegalidad. La constitución y la Ley obligan al Estado colombiano a financiar esas consultas.

Si usted me pregunta, ¿qué cambiaría?, sería el centralismo tradicional del Estado colombiano. Tenemos que acabar el centralismo en este país y yo avanzaría hacia un país de regiones, hacia un modelo de mayor autonomía, donde podamos darle recursos propios a los departamentos y a los municipios para que no estén dependiendo todo el tiempo del Gobierno nacional.

Segunda cosa que cambiaría. En materia de seguridad ciudadana, plantearía una política más fuerte en la que podamos traer a los policías que estaban en las zonas de conflicto a reforzar la seguridad de los principales centros urbanos de Colombia.

Tercero. Reformularía el programa ‘Ser Pilo Paga’, que ha financiado las universidades privadas y ha debilitado las universidades públicas en Colombia. Y cuarto. Cambiaría la política económica del país para hacer una reforma tributaria que nos llevara a menores impuestos para las empresas, ampliar los impuestos a las personas naturales, y a combatir con mayor eficacia la corrupción, la evasión y el contrabando y la corrupción.

¿Se está desmarcando del gobierno Santos?

Yo no me voy a desmarcar, porque durante tres años contribuí al éxito del proceso de paz, al final del conflicto en Colombia y creo firmemente en eso, esto no quiere decir no tenga serias y profundas diferencias con políticas del Gobierno, incluso en su momento las planteaba al interior del Gobierno, pero, obviamente, cuando uno es un funcionario leal y respetuoso no se pueden ventilar públicamente. El hecho de que acompañe el proceso de paz no quiere decir que tenga que acompañar muchas de las decisiones que ha tomado el Gobierno, que francamente han sido equivocadas.

¿Qué piensa del acercamiento entre el exvicepresidente Germán Vargas Lleras y el Centro Democrático?

Eso es una decisión que tienen que tomar ellos. Yo estoy concentrado en la consulta popular del partido Liberal. Lo único que le quiero decir es que hoy, como está el escenario político del país, ningún partido, ni ningún candidato va a llegar solo a gobernar a Colombia. Es tiempo de las coaliciones.

Lo importante es que sean acuerdos programáticos. Yo espero que una vez sea escogido por el pueblo colombiano como el candidato liberal, con los diez mandamientos en la mano, sentarnos con otras fuerzas políticas a mirar coincidencias, diferencias y construir acuerdos que permitan defender lo que hemos avanzado en materia de paz, acelerar cambios sociales y económicos, garantizar el derecho de las minorías y profundizar en la autonomía territorial en Colombia, porque en un país en paz no se justifica mantener un Gobierno tan centralista como lamentablemente ha sido el Estado central colombiano en la últimas décadas.

Credito
EL NUEVO DÍA

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