Gobernabilidad, el palo en la rueda de Duque en 2019

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Sin embargo, terminar este año con vientos de cambio a la forma como ha venido llevando el país podría marcar un escenario favorable para el próximo año.

BOGOTÁ, COLPRENSA

Se ha venido insistiendo desde distintos sectores en que el gran problema del presidente Iván Duque está en la falta de gobernabilidad para imponer la agenda del país, siendo su relación con el Congreso el factor más complicado para sacar adelante iniciativas que hacen parte de su ruta presidencial.

Para algunos, los movimientos que ha hecho el mandatario faltando poco para despedir el año, son muestra de que aprendió la lección de manera tardía, que puede traducirse en la recuperación de su gobernabilidad. No obstante, habría que esperar el nombre de las fichas que entrarían a hacer parte de su equipo.

Por el momento, luego de varios escándalos en el Ejército y de la insistencia de un cambio en la Cúpula Militar por parte de varios sectores, el general Nicacio Martínez dejó la comandancia de esa fuerza. Otro que salió de su cargo, para sorpresa de muchos, fue Juan Pablo Uribe, quien dirigía el Ministerio de Salud. Se espera una persona más política en su reemplazo.

También se mantiene la expectativa por posibles cambios en las carteras de Agricultura, Cultura, TIC, Interior y de algunos institutos como el Bienestar Familiar, al tiempo que se espera la participación de Cambio Radical en el Gobierno, luego de que gracias a su apoyo se pudiera aprobar en el último momento la reforma tributaria, y de que el mismo presidente le agradeciera a Germán Vargas Lleras el acompañamiento.

Mauricio Jaramillo, experto en política, señala que con este último movimiento el presidente Duque terminó bien su relación con el Congreso, pese a que se vio atropellada en lo transcurrido del año. A su juicio, la aprobación de la reforma tributaria, tan importante para el Ejecutivo, fue un gran logro que podría, eventualmente, ir en detrimento de la popularidad del mandatario, porque va a impactar a la ciudadanía.

Sin embargo, si los nombramientos que se vienen reflejan un impacto positivo en el relacionamiento con los partidos podría haber una correlación de fuerzas que le ayuden a la gobernabilidad, que agrega el experto tiene un margen mínimo de maniobra pese a hechos tan importantes que la afectan, como el caso de las protestas sociales con las que se terminó el año.

Por esta razón, Jaramillo opina que para aumentar esta favorabilidad, el jefe de Estado debe concretar el diálogo que convocó con toda la sociedad como respuesta a las protestas que empezaron el 21 de noviembre, porque si no da resultados concretos es probable que la ciudadanía lo asuma como algo estéril.

También agrega que es importante que se materialicen acuerdos con los partidos Cambio Radical, la U, Liberal e incluso con los conservadores, quienes hacen parte del Gobierno, pero han manifestado querer más representatividad. Así mismo, destaca que cumplir las promesas de campaña es un aspecto importante.

Por su parte, Jorge Iván Cuervo señala que el Gobierno está a la deriva, debido a que ha sido incapaz de imponer la agenda del país, que es lo que debe suceder en los países que tienen este tipo de democracias. Dice que la ruta del Gobierno ha sido impuesta, como se vio en los últimos días con el paro nacional, donde las fuertes movilizaciones obligaron a que se replantearan algunos temas, y que por otro lado la fórmula que quiso imponer frente a su relación con el Congreso tampoco le ayudó.

De igual forma, Cuervo añade que otra de las razones por las que el presidente no tiene amplia gobernabilidad es porque se ha dedicado a eludir temas que son clave para esta, como reconocer el proceso de paz y los nuevos desafíos que se están generando a partir de este, no saber leer la sociedad y persistir en una narrativa que no funciona.

También insiste el analista en que tal y como lo aceptó la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, para mejorar esta gobernabilidad es necesario que las fuerzas políticas acompañen al presidente y no solo Cambio Radical, sino los liberales y la U, pero para esto necesitan representatividad, que no es lo mismo que mermelada.

“El Gobierno sabe que su partido de Gobierno es una minoría política que le costaría mucho sacar las iniciativas más importantes del próximo año, como la reforma a la justicia. La fórmula de los ministros técnicos en realidad no le funcionó, porque no lograron sacar proyectos importantes, salvo el de Salud con el acuerdo de punto final, pero el presidente está aceptando que necesita un Gabinete más político y hacia allá apuntan los cambios”, dice Cuervo.

Por otro lado, el experto asegura que una manera de mejorar la gobernabilidad presidencial es a través de la relación con los mandatarios locales entrantes, que tienen un importante papel a nivel regional. Añade que llegarles a las regiones es fundamental para la credibilidad y la imagen de Duque, que hoy tiene una desfavorabilidad cercana al 70%, según las últimas encuestas.

La aceptación del presidente, argumenta Cuervo, hace parte de los activos que necesita para tener una gobernabilidad sólida, que se traduce en liderazgo, credibilidad y capacidad de convocatoria. No tener una imagen favorable proyecta incapacidad de dirigir.

Sin duda, indica el experto, la recuperación de la gobernabilidad presidencial para 2020 depende de que Duque entienda que gobierna para todo un país y por esta razón debe alejarse del uribismo para ahondar en temas que para su partido son complicados como el proceso de paz con las Farc. Añade que debería buscar una agenda social más vigorosa y fortalecer la política de protección a líderes sociales, pero en el fondo sigue teniendo la agenda del Centro Democrático.

Sin embargo, Cuervo afirma que es difícil que el jefe de Estado se desmarque del partido de Gobierno, porque no tiene ni el carácter y mucho menos el capital político para hacerlo. Por esta razón, asegura, seguirá atrapado en la narrativa de su partido y eso lo van a sentir los sectores sociales.

Credito
EL NUEVO DÍA

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