La risa burlona de la JEP

Rafael Nieto Loaiza

La mesa directiva del Senado otorgó la Orden del Congreso a Patricia Linares, expresidente de la JEP.
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En los considerandos de la resolución de otorgamiento sostienen que fue “miembro de la Asamblea Nacional Constituyente y participó en la elaboración de la Constitución”. Es absolutamente falso. Linares nunca fue constituyente.

En la ceremonia de condecoración participó la senadora Sandra Ramírez, compañera de Tirofijo. Una foto de Ramírez y Linares juntas en la condecoración generó una fuerte polémica. La JEP, en defensa de Linares, trinó diciendo que “rechaza el uso de imágenes manipuladas. Pongámosle altura al debate” y puso la foto, sosteniendo que era un fake, junto con otra en que aparecían más senadores, diciendo que esa era la foto real. La afirmación de que la foto fue manipulada es mentirosa y no tiene ningún sustento. No fue alterada. De hecho, fue publicada por la misma Ramírez en Twitter. 

Se afirma también que tergiversan quienes sostienen que las Farc condecoraron a su juez. Como dije, con independencia de quienes hayan solicitado la distinción, la concesión la hace la mesa directiva del Senado, de la que Ramírez es segunda vicepresidente a nombre de las Farc. 

Así que no, no tiene presentación alguna que las Farc, a través de su senadora, hayan participado en la condecoración y es intolerable que Linares lo haya permitido. 

No es aceptable que quienes deben ser juzgados condecoren a su juez y es abiertamente contrario a la ética que ese juez acepte que quienes son objeto de su jurisdicción participen en el galardón que se les otorga. Hay que recordar que Linares, aunque ya no preside el tribunal, sigue siendo magistrada. 

Lo mínimo que habría de esperar de los magistrados de la JEP es que guardaran las apariencias. Pero no, van a retratarse sonrientes con aquellos a los que juzgan, en un acto no solo repugnante sino ofensivo y provocador con las víctimas de las Farc, que ven como sus victimarios no solo no pagarán por sus delitos sino que festejan con quienes deberían juzgarlos. 

Esa foto es una bofetada, una risa burlona en la cara de todos los colombianos y, en particular, de quienes sufrieron en carne propia los crímenes de las Farc.

Los áulicos del pacto con las Farc han salido en gavilla a sostener que quienes criticamos estas desvergüenzas atacamos el proceso de paz. 

Falso también. La paz no se construye desde la injusticia y la impunidad y el desconocimiento de los derechos de las víctimas.

Rafael Nieto Loaiza

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