Antes de que rodara el balón en el Mineirao, jamás pensaron que vivirían una tarde llena de emociones y gritos de gol, pues por más fe que le tuvieran a la ‘Mannschaft’, en sus cuentas no estaba un marcador tan abultado.

Como alemán que se respete, la cerveza no podía faltar, Rainer no tenía afán de ver el partido porque pensaba que los tantos llegarían en el segundo tiempo, mientras que Karin se ubicó frente al televisor para observar el juego y con los colores de su bandera en sus mejillas vibraba con cada toque ‘teutón’.

Avalancha de goles

Transcurridos 11 minutos de la primera parte llegó la primera alegría para ambos, un grito de gol invadió la casa, se empezó a desbordar la felicidad y el teléfono comenzó a timbrar, eran ‘paisanos’ para unirse en una misma pasión.

El éxtasis aumentó a los 23’, cuando Miroslav Klose marcó el segundo y el júbilo fue mayor porque con esta anotación su compatriota se convertía en el máximo artillero en la historia de las Copas del Mundo, con 16.

Hasta ahora se estaban acomodando en sus asientos y mientras dialogaban con sus amigos vía telefónica, llegaron tres goles en menos de cinco minutos (24’, 26’ y 29’), dejándolos sin palabras por ver una exhibición de fútbol tan excelso en la tierra de la samba.

Rainer, seguidor del Bayer Leverkusen y quien llegó a Ibagué hace 23 años, no lo podía creer, e incluso, se alegró de que su premonición estuviera errada, ya que pensó que en la primera etapa terminaría sin goles.

Felicidad total

Con el 5-0 a favor y luego de una avalancha de saludos y felicitaciones de amigos colombianos, disfrutaron los segundos 45 minutos muy placenteramente, acompañado de bromas y de cierta manera ‘cobrando por ventanilla’ la caída de la ‘Tricolor’ ante la ‘Canarinha’.

Las últimas anotaciones (69’ y 79’) robó algunas sonrisas y hasta se sentían mal por el público brasileño presente en el estadio, tanto así que desearon que los locales marcaran el tanto de la ‘honrilla’, el cual llegó al minuto 90.

Ahora, Rainer y Karin se alistan para vivir la final y esperan tener como rival a la Holanda de Arjen Robben, para repetir el resultado de 1974, cuando la Alemania de Franz Beckenbauer derrotó 2-1 a la ‘Naranja Mecánica’ de Johan Cruyff.

Historias paralelas

Además de su nacionalidad y su pasión por el fútbol, ambos tienen historias paralelas de la forma en que llegaron a Ibagué.

Rainer, ingeniero electrónico y electricista de profesión, vino por primera vez a la Capital Musical en 1982 para hacer un trabajo en la Casa de la Moneda. Allí conoció a Deyanira Sánchez, su actual esposa. Fue amor a primera vista que con el paso del tiempo se consolidó, a tal punto de que Wolter decidió radicarse en su segundo viaje al Tolima hace 23 años.

Mientras que Karin, conoció a su primer esposo en Alemania y éste le propuso que se vinieran a vivir a Ibagué, hace 50 años y que dejó como fruto una hija. Las cosas no surgieron de la mejor manera, se separó y tiempo después conoció al médico Jorge Arbeláez (q.e.p.d.), con quien convivió durante 26 años.