Volver a las fuentes: ¿Del catenaccio al 'jogo bonito'?

¿Es hora de volver al histórico fútbol alegre de Brasil, ese de Pelé, Garrincha, Zico, Romario, Ronaldo y tantos otros?

Luiz Felipe Scolari supuso que un sólido esquema defensivo iba a llevar a Brasil a su sexto título y el primero en casa, pero ese catenaccio se hizo trizas con siete goles ante Alemania en la semifinal. Pelé aseguró que la sexta corona llegaría en el Mundial-2018 en Rusia, pero antes habrá mucho por hacer.

¿Quién entrenará a la Seleçao? Scolari no habló de su futuro después de la derrota, pero desde que asumió el equipo se especuló que no continuaría después de Brasil. Su salida supondría un cambio táctico del equipo, que mantendrá en sus filas a muchos de los jugadores que hoy salen tatuados con la palabra ‘Mineirazo’ en la frente.

¿Cambiar? “¿Por qué? ¿Porque perdimos un juego?”, respondió ‘Felipao’ en la rueda de prensa después del 7-1.

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Podría ser porque el plantel, formado con base al que se coronó campeón en la Copa Confederaciones de 2013, mostró poco fútbol, sudó cada una de sus tres victorias (contra Croacia, Camerún y Colombia), empató con México y Chile, y perdió, y de que forma, contra Alemania.

La prensa deportiva le dio a los jugadores ayer notas entre 1.3 y 2.3 de 10 a los jugadores. Y al entrenador, que apostó por Bernard (un atacante sin experiencia que juega en Ucrania) para mantener su esquema táctico que empleaba con Neymar en el campo, consiguió 0.7.

Brasil se tornó previsible con su juego de mucha presión y excesivas faltas, mientras Alemania apostaba en la creatividad y posesión del balón.

Los laterales abrieron los espacios y la zaga (sin Thiago Silva) tendía la alfombra roja a los alemanes para que hicieran goles. Pudo fácilmente ser un partido con un marcador más abultado, pero la Mannschaft decidió bajar la mecha.

¿Cambio de estilo?

Fue una masacre. ¿Y ahora? A pensar en el futuro. Dani Alves, de las grandes decepciones del torneo, lo dijo: “el fútbol brasileño necesita evolucionar en un contexto general”.

Los problemas comienzan en la base, donde los técnicos prefieren incentivar un fútbol físico, sin espacio para la creatividad para buscar resultados en el corto plazo en vez de valorizar las riquezas del fútbol brasileño: talento natural, improvisación y imprevisibilidad.

Fue Scolari de los verdugos de ese llamado “fútbol arte”. Y la filosofía de rechazo al “fútbol arte” fue adoptada por los jugadores, comenzando por Neymar, que dijo que no quería ofrecer un espectáculo en su último juego contra Colombia.

Aunque sin quererlo, el atacante, único ‘crack’ de Brasil, consigue los aplausos con su técnica insolente, que desequilibra y sorprende a cualquier zaguero con goles.

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“Necesitamos rediscutir la formación de los jugadores y la educación, no sólo de la vida, sino del deporte. La base necesita ser revisada. Los jugadores no pueden ser vistos apenas como un objeto de negocio”, dijo al diario O Estado de Sao Paulo el director de fútbol del club Vasco, Ricardo Caetano.

Por su historia, Brasil continuará siendo el país del fútbol, pero para muchos el “fútbol arte” murió en 1982 cuando Sócrates, Zico, Falcao, Cerezo y compañía fueron vencidos 3-2 por una Italia pragmática e implacable.

Después del fiasco de 2010, Brasil llamó a Mano Menezes para hacer una “reforma” del equipo. El entrenador apostó en una joven generación, pero una serie de malos resultados forzaron su salida.

Era hora de llamar a los “especialistas”: Luiz Felipe Scolari y Carlos Alberto Parreira, los artífices de los títulos de 1994 y 2002 con un estilo efectivo pero poco vistoso. Lo que importa era ganar el título en casa, a cualquier costo.

Comienza ahora una nueva etapa y de este equipo masacrado “12 o 13 jugadores disputarán la próxima Copa en 2018”, según Scolari. ¿Jogo bonito, catenaccio o alguna otra cosa? Ahora hay que descubrirlo.

Pequeños disturbios por derrota

Varios autobuses fueron quemados y una tienda de electrodomésticos fue saqueada la noche del martes en Sao Paulo, mientras que robos se registraron en Río de Janeiro, tras la derrota 7-1 propinada por Alemania a Brasil, informaron la policía y la prensa brasileña. Según el diario Folha de Sao Paulo, 20 autobuses fueron incendiados en la zona sur de Sao Paulo, en un garaje donde se almacenaban vehículos en desuso. Otros tres autobuses más fueron quemados en otras zonas de la enorme capital paulista.

En tanto, en Río de Janeiro, sede de la clausura de la Copa del Mundo, unas siete personas fueron detenidas por robos en las playas de Copacabana, según información del portal de noticias G1. Los incidentes ocurrieron cerca del ‘Fifa Fan Fest’, donde se reúnen los hinchas a ver los juegos en pantalla gigante. De acuerdo con la información, una pelea entre hinchas provocó confusión en el lugar lo que originó que algunas personas salieran corriendo, circunstancia que fue aprovechada por los ladrones para perpetrar los robos.

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Credito
AFP

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