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A los 60 años, el ibaguereño Hernán Torres Oliveros por fin pudo cumplir uno de sus más grandes sueños desde que se convirtió en futbolista profesional: Coronarse campeón con el equipo de su tierra, el de sus amores.
Lo que no pudo conseguir como portero, lo obtuvo siendo director técnico, cargo en el que ya se había consagrado en el rentado nacional, tanto en la A como la B, toda vez que en 2012 le devolvió la gloria precisamente a Millonarios tras 24 años de sequía, y posteriormente, en 2016, regresó al América a la Primera División luego de cinco temporadas en el descenso.
Pero esas alegrías no se comparan con la actual, toda vez que el ‘profe’ es un hincha fiel del Vinotinto y Oro, y tenía una ‘espinita’ clavada en el fondo de su corazón desde 2010, año en el que el Once Caldas de Manizales le negó la posibilidad de alcanzar la estrella con su ‘Tribu’.
Y es que en su primera ‘era’ con el club de la ‘Tierra Firme’, entre el 11 de abril de 2007 y el 27 de noviembre de 2011, el estratega del barrio La Francia disputó un total de siete semifinales, accediendo solamente a una finalísima, la cual perdió con el ‘Blanco-Blanco’.
Cabe recordar que en el choque de ida en el estadio Manuel Murillo Toro su escuadra se impuso con marcador 2-1 gracias a un autogol de Alexis Henríquez y otro tanto del muy bien recordado Rodrigo Marangoni. Sin embargo, en la revancha los ganadores fueron los pupilos de Juan Carlos Osorio, con un contundente 3-1 (Danny Aguilar).
Así las cosas, esta consagración frente a los ‘Albiazules’ se convierte en una especie de revancha para el DT ‘Pijao’, quien en la temporada anterior no rindió los frutos que se esperaban, y para rematar venía de perder una Copa BetPlay y quedó eliminado en la fase de grupos de la Conmebol Sudamericana.
Además, tuvo que soportar incontables críticas por la decisión de mandar a la banca a Álvaro Montero en la mitad del campeonato, aspecto que generó una serie de rumores de pelea que ambos acabaron desmintiendo.
Y también fue cuestionado en el epílogo de la fase ‘todos contra todos’, cuando optó por competir con cinco hombres en la zona defensiva, aspecto que le hizo perder poder ofensivo, aunque así ganó los puntos necesarios para clasificarse anticipadamente a los cuartos.
Torres siempre defendió su estrategia, reconociendo eso sí la pérdida de ataque, aunque aseguró que era la única opción ante las constantes bajas que presentó su plantilla por todo tipo de dificultades.
Otro comentario muy recordado de Hernán fue el de no importarle el no jugar bonito, siempre y cuando pudiera sumar y avanzar. Eso sí, su estilo no podría catalogarse como un fútbol feo, ya que cuando sus jugadores se lo proponían, podían ser vistosos.
Finalmente, sus determinaciones, aceptadas o controvertidas, lo llevaron a encontrar el camino rumbo a una conquista que no pudo alcanzar con los guantes puestos, pero sí desde el banquillo, en el cual por fin pudo gritar: Soy campeón con Tolima.
Cuerpo técnico
Técnico: Hernán Torres Oliveros
Asistente: Diego Luis Restrepo Fonseca
Asistente: Carlos Humberto Salazar Gil
Preparador físico: Diego Alejandro Guzmán Oviedo
Preparador físico: Cristian Leandro García Forero
Médico: Carlos Fernando Niño Valbuena
Médico: Félix Orlando Nieto Montenegro
Kinesiólogo: Luis Antonio Rubio Lozano
Kinesiólogo: Albert Octavio Arias Orjuela
Kinesiólogo: Germán Andrés Galindo Suárez
Gerente comercial: Germán Darío Kairuz Correa
Gerente deportivo: Miguel Augusto Prince Franco
Presidente: Gabriel Camargo Salamanca
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