Un paraíso en peligro de extinción

El Observatorio Ambiental de la UT. está ofreciendo el documental de Pirry, de julio 30 del 2011, sobre La Colosa, Santurbán y las ganas de convertir a San Andrés y Providencia en otra estrella de la bandera del Norte. Quienes quieran, pueden verlo en www.siempreseremosverdes.com

Agresión a los raizales
 

En el 2010, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, les otorgó a Ecopetrol y a las compañías Repsol, de España, y YPF, de Argentina, licencias para explorar y explotar hidrocarburos en dos áreas del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina: en el banco Quitasueño (cayo uno, con 944 mil hectáreas) y en Providencia (cayo cinco, con alrededor de un millón de hectáreas cercanas a Seaflower), lo cual constituye  un atentado contra los derechos naturales, sociales, étnicos, culturales, económicos y ambientales de las comunidades raizales y contra el planeta entero.
 

En los cayos del Norte viven los bancos de coral más grandes del Caribe y es el nicho de millones de organismos que constituyen uno de los ecosistemas más escasos y frágiles: los arrecifes de coral, y muerto el coral, afirma María Jimena Duzán, el mar perdería sus colores y los habitantes de Providencia quedarían sin historia, sin cultura. El impacto social sería devastador.
 

Somos Caribe

El Caribe colombiano diverso, plural, es enriquecido por el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con sus gentes raizales, su historia, cultura, música, danzas, sus ecosistemas marinos y costeros, su posición geográfica. Sin embargo, las políticas de Estado vienen convirtiéndolo en un territorio vulnerable, donde confluyen conflictos interculturales, violencias y presión irreversible a los ecosistemas, que la población raizal percibe como contraproducentes para su identidad y su supervivencia.

 

El narcotráfico y los movimientos de resistencia


En la década de los ochenta el narcotráfico impulsó la compra de terrenos y la construcción de grandes hoteles en San Andrés, configurando una desestructuración de la vida comunitaria raizal. “Por fortuna, los movimientos de resistencia de los raizales en la Isla de Providencia mantienen libre de torres de edificios que como una ‘peste’ vienen invadiendo la línea costera del Caribe”.

La apertura económica de los noventa trajo una fuerte crisis en el comercio y en el turismo y los niveles de desempleo, pobreza y conflicto crecieron, desestimulando la producción de huertas.
 

Tráficos de gasolina, drogas y armas


El Archipiélago de San Andrés y Providencia es utilizado por el narcotráfico para abastecer de gasolina y víveres a las lanchas Go Fast que parten desde la Costa Atlántica hasta Centroamérica y México. Así mismo, la cercanía con Nicaragua y Salvador hace que San Andrés sea estratégica para el tráfico de armas. Se cambian drogas por armas.
 

Vulnerabilidad y exclusión a raizales


En consecuencia, las políticas de Estado llevaron a San Andrés a una situación socioambiental preocupante. La isla tiene cerca de mil 700 habitantes por Km2, que ejercen una fuerte presión sobre la naturaleza, que se suma al agotamiento de los pozos de agua, al saqueo de la pesca por grandes buques y al daño ecológico en las áreas marinas.
 

Desabastecimiento de agua potable


En el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el  69 por ciento del agua está muy contaminada, 30 por ciento moderadamente contaminada y sólo el uno por ciento se considera potable; cerca del 85 por ciento del agua utilizada es agua subterránea, se demandan 175,81 litros/segundo y la oferta de agua subterránea es de sólo 40 litros/segundo (en pozos del acuífero de San Andrés) y 115 litros/segundo (estimado en el acuífero San Luis), lo que exige la necesidad de “cosechar aún más el agua lluvia”. Se presenta deterioro de las cuencas y microcuencas hidrográficas, con 121 hectáreas de zonas erosionadas en las microcuencas de Old Providence y 23 en las cuencas de San Andrés. La excesiva tala de árboles nativos afecta la recarga de acuíferos.

La autosuficiencia alimentaria

Actualmente en la Isla de San Andrés se cultiva plátano, yuca, breadfruit  (árbol del pan), ñame y batata, para el trueque entre vecinos, pero las hortalizas y tubérculos pueden llegar a escasear. Los principales alimentos empezaron a importarse con altos precios, el 95 por ciento se traen desde los Estados Unidos, Nicaragua y Colombia. Los grandes buques sin control saquean la pesca y así el pescado se constituye en uno de los alimentos más costosos para los sanandresanos, por encima de la carne y el pollo. La excesiva tala de árboles nativos afecta la supervivencia del cangrejo negro, especie endémica, que es usada por los pobladores de la isla para su sustento.

Los campesinos raizales en la isla de Providencia siembran policultivos, un sistema de producción ecológica y culturalmente favorable a las condiciones de la isla, con predominio de la yuca, árbol del pan, caña, guanábana, tamarindo, mango, aguacate, zapote, melón, patilla, ahuyama y medicinales, entre muchos más. Sin embargo, es necesario introducir prácticas agroecológicas que mejoren la fertilidad del suelo y los sistemas de riego. 

Creo que es urgente unirnos para proteger los derechos de la naturaleza y de la humanidad y sus culturas contra los modelos de desarrollo que son ajenos al bien común. Es impostergable en Colombia refundar el poder comunitario desde lo local, para decidir los destinos de nuestras vidas, a partir de la construcción de relaciones interculturales, con pleno reconocimiento de los múltiples modos de pensar, actuar, sentir, producir y vivir, que reivindican la existencia en paz y armonía, construidos con una finalidad emancipadora que los provee de identidad.

Credito
EL NUEVO DÍA

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