Tesis doctoral laureada relacionada con Escritura Académica en la universidad

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Distinción hecha a la profesora Elsa María Ortiz Casallas, de la Universidad del Tolima.

Son pocas las tesis que logran la distinción de “laureada”. Porque tal calificación la otorgan las universidades como resultado de una investigación científica, a un estudiante de maestría o doctorado que escribe un informe de investigación en el que se plasma aportes originales y significativos en cuanto a conocimientos científicos o la solución de un problema también de estas características. De ahí que resulte significativo que la estudiante de doctorado de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá, Elsa María Ortiz Casallas, docente de tiempo completo de la Universidad del Tolima, haya sustentado su tesis doctoral y el jurado le haya calificado su trabajo como “laureado”. Tesis laureadas no se producen todos los días ni en todas las universidades.

“Prácticas y representaciones sociales de la escritura académica en la Universidad (pregrado)”, es el título de la tesis doctoral de la profesora Ortiz, elaborada bajo la dirección de Dora Inés Calderón, docente del doctorado en Educación de la Universidad Distrital.

“La investigación se propuso explicitar, explicar, relacionar y comprender las prácticas, los procedimientos y las representaciones sociales que configuran la escritura académica de los estudiantes universitarios de pregrado”.

Mailing Rivera, de la Universidad Antofagasta de Chile; Gloria Rincón Bonilla, de la Universidad del Valle, y Germán Muñoz González, de la Universidad Distrital de Bogotá, quienes actuaron como jurados, conceptuaron que la tesis doctoral de la profesora Ortiz Casallas hace aportes metodológicos y conocimientos significativos sobre las prácticas y representaciones sociales de la escritura académica en las universidades.

“El trabajo presenta un aporte en el diseño y en el desarrollo de la metodología etnográfica (…). Los hallazgos en la temática de las prácticas escriturales académicas a través de las representaciones sociales y sus consecuencias políticas son relevantes, porque indican posibles propuestas didácticas sobre prácticas escriturales, basadas en las realidades observadas”, expone el jurado.

Que los estudiantes de todos los niveles educativos, incluyendo los de la Educación Superior, tienen dificultades para escribir es un hecho de amplio conocimiento. La investigación fue elaborada teniendo en cuenta estudiantes de pregrados, pero tal situación problemática también ocurre en los posgrados.

Al respecto, la autora señala que: “la escritura académica que se enuncia en los discursos oficiales y en las pruebas masivas nada dicen sobre lo que ocurre realmente en las prácticas de escritura, por cierto ocultas e inéditas. Estos aspectos ameritan una reflexión importante en relación con la enseñanza y el aprendizaje de la escritura académica universitaria”.

Copiar y pegar

Con el uso de Internet, han llegado prácticas escriturales denominadas por el campo educativo “no académicas” o “no oficiales”, entre ellas la de copiar y pegar textos que luego son presentados como de autoría del estudiante: al respecto indica la profesora Ortiz: “Los procedimientos tácticos y estratégicos ejecutados por los estudiantes para dar cuenta de tareas de escritura son considerados en su mayoría “no académicos” o “no oficiales” (copiar y pegar, prestar trabajos, etc.) por no estar declarados o regulados en las gramáticas institucionales como legítimas o válidas; sin embargo, éstos cohabitan con las llamadas prácticas de escritura académicas oficiales, produciendo saberes y acciones sobre la escritura; y es contradictorio encontrar que, por un lado, son los fantasmas que nadie quiere confrontar, pero, por el otro, se constituyen en la actividad productora del sistema”.

La autora admite que hay “tensiones y contradicciones entre la escritura como saber teórico-declarativo o formal, como lo enunciaron muchos estudiantes, y la escritura como práctica y uso social”, lo cual se puede traducir como la discrepancia entre lo que se plantea teóricamente como aceptable y la forma como se logran los actos de escritura de los estudiantes.

“El desafío es lograr que la escritura académica sea un dispositivo constituyente de sujeto; una práctica de sí, un ejercicio de sí que procura la transformación y la emancipación (Foucault, 2007); y no sólo una competencia técnica para reproducir, para la empleabilidad, el mercado y la fuerza laboral”.

Los docentes universitarios no enseñan escritura

Muy pocos docentes se ocupan de enseñar a sus estudiantes cómo construir textos escriturales académicos. “La escritura no es objeto de enseñanza en la universidad, ésta sólo sirve para evaluar y certificar conocimientos (Ortiz, 2011) (…). Ésta es vista como una técnica segregada del conocimiento; por dicha vía, la escritura sufre un proceso fuerte de escolarización con lo cual pierde su función epistémica y política”.

La universidad no ha asumido la tarea de enseñar a los estudiantes cómo escribir textos académicos, porque suponen que esa es una enseñanza y aprendizaje que le corresponde a los docentes de bachillerato.

“¿A quién corresponde, entonces, la tarea de enseñar la escritura académica universitaria? (…) Es el profesor de cada disciplina quien debe enseñar de manera explícita a los estudiantes a escribir en la academia… Precisamente, son las comunidades disciplinares y discursivas las que definen qué, para qué y cómo escribir, por eso la enseñanza de la escritura exige un abordaje dentro del contexto propio de cada asignatura”. Otra razón es que no existe una política dirigida a intervenir sobre esta situación problemática, al respecto indica la profesora Ortiz: “En la actualidad, no existen políticas claras; este no es un tema importante dentro de las agendas académicas de las universidades”. La investigación demostró que la escritura por sí misma no cambia nada, no hay linealidad entre escritura y movilidad social, entre escritura y progreso, democracia y civilización. “La escritura no es sólo un problema de competencia individual, es esencialmente un problema social de orden superior”.

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