Tres décadas tejiendo con amor

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
En este lugar se construyen sueños, se tejen ilusiones, se aprenden el amor, la constancia y la paciencia. Enseñar es de las cosas más gratas para Martha... quien desde hace más de tres décadas, ha dedicado sus días al Almacén el Colibrí.

Durante años Martha a trabajado en el Almacén el Colibrí, que ha estado a su cargo; este lugar fue visualizado años atrás por su esposo quien al ser oriundo de la ciudad, conocía de primera mano dicho sitio. Ellos vivian en Bogotá, pero constantemente visitaban la Musical; sin embargo, en uno de esos viajes en los que Martha no asistió, el Colibrí estaba a punto de ser cerrado y fue su pareja quien
decidió comprarlo para ella, a puerta cerrada con dos colores de lana, un debanador y algunas vitrinas.

Esta mujer era conocedora del comercio y nula en cuanto al tejido, no obstante, con el pasar del tiempo aprendió de las técnicas y abrio las puertas de su negocio para enseñarles a otras personas el arte de las manualidades.

Para todos los gustos

En el segundo piso del Colibrí se imparten clases de dos agujas, crochet, punto de cruz, macramé, bordado en cinta entre muchos otros que están diseñados para todos los gustos y necesidades.

Son tres las personas que se dedican a transmitir el conocimiento del tejido, entre las que esta la propietaria de este negocio.  Adicional a ello, trabajan la confección tejida sobre medidas.

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Novedades en el mercado

Los cambios en el tiempo son muy notables; Martha recuerda que en su época de estudio el tejido era un área obligatoria por la importancia en las manualidades, también su hija recibió este tipo de clases; no obstante, los claustros educativos hoy día no imparten este tipo de técnicas.

Sin embargo, a través de su experiencia y su recorrido en el tejido, ha venido notando que las personas jevenes se están interesando en tejido y muchas de ellas más allá de un pasatiempo, lo han tomado como estrategia para crear empresa aprovechando las facilidades del internet.
Esta empresaria junto a su hija, consideran que la enseñanza se debe enfocar a las personas jóvenes con el objetivo de transmitir el mensaje correcto, que consiste en entender el tejido como tradición, arte y moda; asimismo, ellas destacan el gran valor de las cosas hechas a mano y más aún si son realizadas por personas mayores, que tanto para Martha como para el Colibrí, son las más valiosas.


Dato

El crochet, macramé, bordado en cinta y demás, no es un aprendizaje netamente de las mujeres, al Colibrí han llegado varios hombres interesados en prácticar las técnicas del tejido.

Aprender es cuestión de amor

Las personas que deciden tomar clase en este lugar lleno de colores, lanas y tejidos, tienen la posibilidad de ampliar su conocimiento y aprender de forma rápida, desde que lo realicen con amor, paciencia, concentración y entrega.

Iniciar el proceso es sencillo, comienzan con los puntos básicos en el crochet que en ese arte son denominados como: mono y medio mono y en la técnica de dos agujas, se conocen como derecho y revés, dando las bases para empezar a realizar puntadas.

La enseñanza es toda sobre el hilo; de las primeras cosas que realizan es un dechado, que consiste en la muestra de todas las puntadas existentes y posteriormente, tejen una bufanda.

EL ENTE CAMERAL APOYO DE LOS EMPRESARIOS

Para Martha y sus empleadas, la Cámara de Comercio de Ibagué ha sido un gran apoyo y de mucha colaboración en la implementación de cursos para atención al público; del mismo modo, ha sido muy importante para algunas de las personas que han trabajado en el Colibrí, teniendo en cuenta que Martha, ha enviado a sus empleadas a diversas capacitaciones.

Asegura que aunque disponen de poco tiempo, en los espacios que cuenta con la disponibilidad procuran asistir para aprender y prepararse cada vez más.

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Dato

Las trabajadoras satélites son mujeres que tejen y tienen entre los 70 y 80 años.

Destacado

Su hijo a querido llevársela a vivir junto a él a los Estados Unidos; sin embargo, ella asegura que su razón de ser está aquí y el irse sería morir en vida. Martha no quiere partir dejando lo que ama, apasiona y sin duda lo que la hace feliz.

Enseñanzas para el futuro

Las técnicas de tejido son diversas y así mismo sus materiales, es posible tejer en hilo y lana de diferentes calibres, algodones y acrílicos. En el caso del algodón es ideal si se desea una prenda fresca, suave y que caliente poco; muy por el contrario, si se busca una prenda que evite el frio, lo adecuado es utilizar los acrílicos.

Este negocio es conocido por muchos tolimenses y por mujeres cabezas de hogar, las cuales han aprendido técnicas de tejido y en base a ello, han emprendido su negocio; ellas visitan el Colibrí, para despejar dudas o buscando indicaciones en la construcción de una pieza ya sea encargada o en proceso de aprendizaje. Martha abre las puertas de su local para que todas las personas practiquen este arte y siga trascendiendo de generación en generación, para que esta tradición tan bonita no se quede en el olvido.

El personal que trabaja en este almacén, se encuentra altamente calificado para indicar, asesorar y guiar a sus clientes en la compra, con el objetivo de identificar y suplir sus necesidades. Actualmente laboran dos personas de tiempo completo en el almacén y emplean un aproximado de 12 satélites como ellas las denominan, para que tejan desde sus casas, brindándoles los materiales y pagandoles por su mano de obra.

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Destacado

Clases de punto de cruz, maya plástica, bordado en cinta y cartago, tiras wayúu, macramé y telar martes y jueves de 3 a 5 p.m.
Clases de dos agujas, lunes y viernes de 3 a 5 p.m.
Clases de Crochet, martes y jueves de 3 a 5 p.m.

Dato

El negocio se ubica en la calle 12 # 2-87 Centro con horarios de atención de lunes a Viernes de  9:00 a.m. a 12:30 p.m. y 2:30p.m. a 7:00 p.m. y los sábados de  9:00 a.m. a 1:00 p.m. y 2:30p.m. a 6:30 p.m.

Credito
Maryi Alejandra Rodríguez

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