Arroz y café, historia y presente de la economía tolimense

El rendimiento obtenido de arroz paddy verde en Tolima en 2019 fue de 7,7 toneladas por hectárea, siendo el segundo más alto del país detrás de Huila.
Crédito: ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Las condiciones agroclimáticas, sumadas a los conocimientos de los agricultores, acumulados por décadas y transmitidos de generación en generación, han decantado en que el arroz y café del Tolima sean reconocidos en todo el país por su calidad.
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De acuerdo a un informe realizado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la estructura agrícola del departamento la lideran, por un lado, en cuanto cultivos transitorios, el arroz con un 75,2%, y en el caso de cultivos permanentes, el café con un 13,1%, ubicándose detrás del plátano.

Tolima con 47 mil hectáreas de arroz mecanizado cosechado y 362.348 toneladas producidas en el segundo semestre de 2019, se mantiene como el tercer productor del país. Por su parte, el café es el principal renglón en términos de área sembrada, empleo generado y contribución a las exportaciones. De las 2,8 millones de hectáreas que tiene el departamento, 108 mil están sembradas en café.

Además de la influencia en términos de producción, la calidad de ambos granos ha sido reconocida por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), que otorgó en el 2016 la Denominación de Origen Arroz de la Meseta de Ibagué, y al siguiente año la Denominación de Origen del Café del Tolima.

Alcanzar estos reconocimientos y competitividad en dichos sectores, es la suma de esfuerzos de campesinos y organizaciones que tienen una historia ligada a la tierra.

 

400 años de cultivar arroz

De acuerdo a un estudio realizado por la Cooperativa Serviarroz y el Centro de Productividad del Tolima (CPT), en 1580 aparecen las primeras referencias escritas por el historiador español Fray Pedro Simón de la presencia de cultivos de arroz en Mariquita, Doima, Alvarado, Ambalema y la Meseta de Ibagué.

En 1760 el Padre Basilio Vicente de Oviedo menciona el cultivo del arroz en abundancia en Ibagué, y 132 años después el líder liberal Salvador Camacho Roldán cuenta cómo los habitantes de Santafé de Bogotá se abastecían del arroz de la Meseta.

El Tolima es el único departamento que cuenta con cinco distritos de riego a gran escala.

“El cultivo del arroz data de hace más de 300 años en el Tolima, está en los escritos de los curatos, y en época colonial y poscolonial con el arroz del departamento se hacían trueques en La Mesa (Cundinamarca) por sal y maíz, y otros bienes. Ya el desarrollo más comercial se dio hace 180 años, y el impulso más fuerte en los años 70 con los distritos de riego”, comentó Carlos José Hómez, gerente de Serviarroz.

 

Los distritos, un punto de inflexión

Para Hómez, la construcción de los distritos de riego elevó la producción del Tolima a otras dimensiones, y es que actualmente es el departamento que cuenta con más obras de este tipo.

“En la Meseta de Ibagué, los canales de riego que existen son privados, construidos por los mismos productores, Asocombeima, Asochipalo, y otros. Pero cuando vamos más al sur del departamento, se encuentran los distritos de riego Usosaldaña y Usocoello, y Asorrecio en el norte. De tal manera que el Tolima cuenta con el área más grande de cultivos con riego”, explicó José Hómez.

Usocoello, cuenta actualmente con 25.150 hectáreas beneficiadas con riego, convirtiéndose en el distrito más grande del país, con sus dos bocatomas, Coello que es la inicial y Cucuana. De esta manera, se benefician con riego 1.950 productores de la zona.

En el caso de la Meseta de Ibagué, cuentan los agricultores que antes era principalmente ganadera, porque no había agua para desarrollar ninguna actividad, solo caños, pero nada organizado.

Después los Sarmiento, los Laserna y los Rocha quienes como empresarios pioneros en la región decidieron construir los canales de conducción del agua para la agricultura. Y lo lograron desde los ríos Combeima y Alvarado desatando el potencial de una zona, que era vista como árida, pedregoza y con una capacidad nula para actividades agropecuarias.

Así fue como se comenzó a asignar el agua a cada predio e inició el desarrollo del cultivo a mayor escala.

“La agricultura se hace con A de agua, y el cultivo de arroz es bastante intensivo, por eso los distritos fueron un impulsor fundamental”, agregó el ejecutivo.

 

Arroz con Denominación de Origen

El arroz de la Meseta, zona conformada por los municipios de Alvarado, Piedras e Ibagué, es el único con denominación de origen en Colombia y el quinto al que se le otorgó tal reconocimiento a nivel mundial, lo que lo sitúa como uno de los de mejor calidad.

“A través del sello, se le reconoce al grano producido en la región por su reputación y propiedades como de alta calidad”, acotó el gerente de Serviarroz.

Acerca de la actualidad del sector, Carlos Hómez concluyó: “Estamos pasando por una época muy buena porque después de tres años arrastrando varios problemas a raíz de la baja de inventario, hay mejores precios y mayor competitividad”.

 

Tierra cafetera

Si hay un cultivo que representa el arraigo del campesino a su tierra es el café, grano que se produce en 39 municipios de los 47 que tiene del departamento, lo que refleja su influencia en el desarrollo económico y social en la historia de la ‘Tierra Firme’.

Antes de llegar al Tolima, la producción cafetera se consolidó en Santander y Boyacá a finales del siglo XVIII, esta actividad agrícola se extendería a todo el país. Es así que en 1818 fue plantado un cafeto, de manera experimental y por orden del General Nariño, en la plaza principal de Ibagué, 50 años más tarde, el café ya se cultivaba de manera comercial.

Así lo relató el Comité de Cafeteros del Tolima, en su libro conmemorativo por sus 80 años de existencia.

A partir de 1885 empieza con fuerza la producción de café en Líbano, Rovira, Chaparral e Ibagué, convirtiéndose en un dinamizador de la economía. Los colectivas, el clima, los terrenos propicios y su proyección como producto de exportación incidieron en su adopción. Tras el rápido crecimiento de la caficultura a principios del siglo XX, y con motivo de regular el sector y proteger al productor de la inestabilidad de los mercados, se crea la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), el 27 de junio de 1927.

Casi un año después, en mayo de 1928, se funda en Ibagué, el Comité Departamental de Cafeteros del Tolima, que arrancó con un presupuesto de $985,36.

La cadena del café genera 78 mil empleos directos y 170 mil indirectos.

Una caficultura renovada

A la par que los Comités Municipales de la FNC se fortalecían en el departamento, y los productores se iban sumando al grupo de federados, la ruralidad se transformaba con una industria que se convertía en motor económico.

El director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Tolima, Gildardo Monroy, comentó sobre de papel de la organización y su impacto, “la institucionalidad cafetera ha sido un soporte en el desarrollo económico y social de las familias caficultoras y de las comunidades, porque fue históricamente la Federación la que a través de sus cafeteros construyeron toda la infraestructura domiciliaria que hoy se encuentra en la ruralidad, como son vías terciarias, acueductos, alcantarillados, polideportivos, puestos de salud, escuelas e incluso electrificación”.

Para llegar a ser el tercer productor nacional, el Tolima le ha apostado a lo largo de los años a la asistencia técnica, la implementación de variedades resistentes, buenas prácticas, que hacen del café local uno de los más reconocidos a nivel mundial por su calidad.

“Una de las grandes crisis cafeteras la ocasionó la roya del café (enfermedad o plaga), pero gracias a la investigación se desarrollaron variedades resistentes, eso ha hecho por ejemplo, que el parque cafetero en el Tolima en los últimos 12 años se haya mejorado. En la actualidad el 81% de los cafetales están sembrados con variedades resistentes, es decir, tienen entre 0 y 7 años con muy buenas condiciones de productividad”, explicó Monroy.

Cabe recordar, que en 2006 y 2017 caficultoras de Planadas ganaron el concurso Taza de la Excelencia, competencia de alto nivel que cada año premia el mejor café de Colombia. Asimismo, muchos baristas utilizan el café tolimense para participar en concursos internacionales. “Ese reconocimiento nos motivó a gestionar ante la SIC con el apoyo de Cenicafé y Alma Café, la Denominación de Origen Café del Tolima. Es una descripción precisa del perfil de taza, los suelos, y características culturales de la región. Ahí tenemos una oportunidad de vender el café con un sobreprecio y tener una mayor rentabilidad”, acotó el director.

 

Presente y futuro

El año pasado el país tuvo una producción de 14 millones 500 mil sacos, y el Tolima participó de un 12.80% de esa producción. Además, el sector movió más de un billón de pesos en la economía local, a raíz de la cosecha cafetera.

Aunque el gremio pasa por un momento de estabilidad, el año pasado la libra del grano se cotizó por debajo de un dólar, por lo que la apuesta de los cafeteros es producir café de alta calidad.

“El año pasado arrancamos con la estrategia Más Agronomía, Más Productividad, Mayor Rentabilidad, con la intención de que las buenas prácticas agrícolas se reflejen en el aumento de la producción de cafés especiales. Por la calidad, nos pagan la prima más alta del café en el mundo, por eso es el camino”, concluyó Gildardo Monroy.

 

Cifra

61.000 Familias tienen la producción cafetera como su actividad principal.

Credito
EL NUEVO DÍA

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