EL NUEVO DÍA: ¿Cómo considera que está el panorama actual del sector cultural en este tiempo de pandemia?

ROCÍO RÍOS: Seguirá siendo complejo porque de acuerdo a las noticias, esto vino para quedarse; aunque salga vacuna, es un virus mutante que se convierte en un problema grandísimo. Tendrá todo que cambiar, se digitalizó, tenemos que mirar desde otro punto de vista todo, el cómo hacer arte y cultura, e incluso la pedagogía.

Como cambia el mundo y nosotros también, el periódico no ha de ser la excepción, todos los procesos tienen que adaptarse. Y esto es un trabajo largo. Mirar cómo llega digitalmente a todas las casas más allá del papel.

E.N.D.: Ibagué continúa conociéndose como la Ciudad Musical de Colombia, ¿cree que sigue siendo este título una necesidad para la región?

R.R.: Desde la imagen, la considero importantísima. A nosotros nos llegó ese título por suerte (...) Pero considero que a nosotros nos toca como a esas familias que heredan un apellido ilustre y tienen la obligación de mantenerlo, seamos o no seamos la Ciudad Musical de Colombia, eso es discutible; para muchos no tenemos asomo de eso. 

Para otros, por la historia que tenemos produciendo músicos en el antiguo Conservatorio del Tolima, en el nivel en que se hizo, se ganó ese título sobradamente con el Coro del Tolima que viajó por el mundo, mostrando el folclor andino.

También nos apropiamos de ese nombre con fortaleza. Considero que así no lo seamos hay que tratar de mantener el apellido ilustre así seamos pobres, no importa. Considero que sí, que es importante mantenerlo.

E.N.D.: En ese sentido, ¿cuál sería una nueva apuesta por la cultura y el arte del Tolima; una contundente?

R.R.: Uno lo ve desde la historia. Por ejemplo los grandes movimientos musicales del siglo XIX y XX, se aposentaron sobre el folclor ancestral que tenía la región; entonces yo creo que rescatar y destacar los valores culturales del departamento, y en esto me estoy refiriendo a todos los municipios donde se desarrollan las músicas autóctonas. Rescatándolas y potenciándolas es como se puede lograr.

E.N.D.: ¿Cuál considera que ha sido el aporte de EL NUEVO DÍA desde esta área durante casi tres décadas?

R.R.: Ha sido este tan importante a lo largo de la vida, culturalmente... lo digo personalmente porque siempre me he sentido arropada por el periódico en todos los proyectos que llevé a cabo en compañía de mucha gente.

Pienso que sin el periódico más de la mitad de nuestros esfuerzos culturales se habría perdido porque ellos nos hicieron una difusión profunda, vivo muy agradecida. En ese tiempo hubo un cubrimiento total.

Al rescatar y destacar los valores culturales de esa manera el periódico se potenciaría enormemente porque en los municipios sucede todo (...) hay que ir a buscarlos y permanentemente estarlos impulsando, haciéndoles de paso un reconocimiento a estos artistas que están olvidados y otros totalmente desconocidos para la gente. Todavía hay muchas cosas por hacer.

E.N.D.: ¿Cree que han hecho bien la tarea las carteras de Cultura en las administraciones a lo largo del tiempo?

R.R.: Siempre he sentido mi departamento huérfano. No quiere decir con esto que las personas le hagan mal, simplemente es que se atomiza el esfuerzo porque no tienen planes concretos, no retoman la labor que se venía haciendo y la fortalecen sino que llegan con nuevas ideas, donde a veces no caben y no sirve lo que otras personas hicieron, simplemente porque son de corrientes políticas diferentes.

Me parece que eso a nivel de ciudad ha sido tremendamente lesivo, entonces no tenemos una continuidad ni proyectos a corto, mediano ni largo plazo. No son proyectos de Estado sino de Gobierno, y ese es el gran error. Los proyectos culturales de las regiones deben ser prácticamente estatales (...) Trazar un camino y nadie se puede salir de ahí por ordenanza, por lo que sea.

E.N.D.: ¿Qué faltaría?

R.R.: Se tiene que continuar con los procesos y en una forma cada vez más decantada. Solamente buscando la perfección se puede lograr un producto bien terminado. Así no se llegue a ser perfecto, queda bien terminado.

Ha faltado una visión producto de mesas de trabajo para el futuro, y comenzar a caminar desde cada gobierno de turno para cumplirla sin salirse de ahí. Y una curaduría permanente para fortalecer y enriquecer los procesos.

E.N.D.: Ha sido de conocimiento público la afectación de sectores empresariales ante la pandemia, incluida la prensa regional, ¿a qué nos enfrentaríamos con el cierre de esta?

R.R.: No podemos permitir que el periódico se caiga (...) Hay que hacer así sea una suscripción digital, que la gente aprenda a pagar por una noticia bien organizada. Es que el periódico tiene tanta experiencia. Es tan nuestro... que cómo vamos a permitirlo.

El periódico tiene una visión que a mí me llama la atención porque siempre ha sido globalizada en el entorno. Y tiene un factor que es importante, su veracidad.

Entonces un periódico que pueda enarbolar esa hoja de vida, es un periódico que tiene un altísimo nivel de credibilidad. Así sea regional, así no tenga una fuerza nacional, pero en la región es maravilloso. El periódico tiene que perseverar en esa línea.

Nos enfrentaríamos a caer en manos de esta cantidad de youtubers, unos con conocimientos y otros totalmente ignorantes. En manos de todos aquellos que hacen noticias que denigran de la gente, es decir, a perder la credibilidad que se debe tener en la noticia. A nivel regional quedaríamos muy desamparados, porque no tenemos fuentes ciertas.

E.N.D.: Desde su lectura, ¿por qué hay que seguir apoyando al ‘Diario de los tolimenses’, y que continúe llegando a los lectores en el territorio?

R.R.: Porque es la manera más veraz que tenemos de acercarnos a los hechos que competen a nuestra región. Tenemos que ver en el periódico el recolector de noticias malas y buenas, para poder nosotros hacer una especie de decantación de los hechos.

Es importante que EL NUEVO DÍA no pierda ese perfil. Rescatar y destacar los valores que tienen los tolimenses desde todos los puntos. Hay personas que hacen cosas maravillosas y están desconocidas.

De ahí que el periódico ha sido siempre una guía. Sabemos dónde están sembrando café limpio, donde hacen las alpargatas, gracias al periódico (...) ese reconocimiento permanente, ser vigías de las situaciones del departamento lo ha ejercido esta redacción ya por 30 años y tiene que seguir.

E.N.D.: El Conservatorio del Tolima viene creciendo de manera exponencial en los últimos años. ¿Qué tan importante resulta para el país y Latinoamérica sus avances y logros?

R.R.: Desde que me retiré, para mí el Conservatorio se ha convertido en un lugar al que voy de vez en cuando a un concierto. Ahora no se puede volver, por obvias razones.

Pero los procesos pedagógicos los he seguido por las publicaciones del periódico. Sé que ahora hay Luthería, sé que hay un programa en Grabación, y le deseo lo mejor.

No obstante, para mí básicamente el Conservatorio al desmembrarse en Amina Melendro y Conservatorio del Tolima, se partió en dos una madre, por decirlo de alguna manera.

Porque los procesos básicos que formaba a los músicos desde niños quedó muy aislado. Creo en las cadenas del conocimiento, entonces el Conservatorio al quebrar esta, indudablemente tuvo que seguir un camino diferente.

Una forma de reorganizarla sería volver a establecer una línea pedagógica musical que sea transversal desde la primera infancia, básica primaria, bachillerato musical y posgrado, uniendo los esfuerzos de los dos conservatorios.