La empresa canadiense RIM, fabricante de la línea de teléfonos BlackBerry, anunció que llegó a un acuerdo con una de las grandes compañías disqueras, y se encuentra en negociaciones con otras dos, para ofrecer a sus usuarios del sistema de mensajería BlackBerry un servicio de música que les permitiría enviar hasta 50 canciones a sus amigos, por una tarifa razonable. Una versión de prueba del sistema podría ser lanzada en las próximas semanas.

Casi al tiempo, Hewlett Packard anunció que descontinuará su línea de teléfonos inteligentes con el sistema operativo webOS que adquirió cuando compró la empresa Palm.

Canciones por BB chat
Después de convertirse en el símbolo de la mensajería instantánea entre los usuarios de teléfonos inteligentes, los dispositivos BlackBerry podrían ser los primeros en facilitar la transferencia de música entre sus usuarios.

Tanto Android como el iOS para el iPhone y el iPad tienen aplicaciones y servicios para oír y comprar música desde la nube. iTunes, Ubuntu One Music y el servicio de almacenamiento de Amazon son algunos ejemplos.

Pero ninguno de estos servicios permite a los usuarios compartir canciones a través de un sistema de mensajería interno, como el que conecta a los teléfonos de la línea BlackBerry. Y esa es precisamente la clase de servicio que los fabricantes de estos dispositivos piensan lanzar para sus usuarios en todo el mundo.

La compañía no ha aclarado exactamente cómo funcionará su plataforma de música y cómo se integrará con el sistema de mensajería de sus teléfonos, aunque detalles tempranos indican que habría un límite de 50 canciones para compartir, en un lapso que probablemente sería de un mes.

El nuevo servicio de música de BlackBerry, que podría ser lanzado en muy pocas semanas para algunos usuarios de estos teléfonos, tendría un costo agregado al valor de la mensajería. Reportes iniciales sugieren que sería inferior a los 20 mil pesos, y que los usuarios con planes de datos ilimitados podrían recibirlo sin costo adicional.

Nueva cadencia
Hace un año, cerca del 20 por ciento de los teléfonos inteligentes vendidos en el mundo pertenecía a la línea BlackBerry. La popularidad del iPhone y los teléfonos con Android ha reducido esa cifra a 12 por ciento.

Y la competencia promete volverse más fuerte; Apple lucha por superar el éxito de la versión anterior de su propio iPhone, y podría responder lanzando no uno, sino dos modelos nuevos con precios diferentes en septiembre, para atraer más compradores. Google, desarrollador de Android, desembolsó esta semana 12 mil millones de dólares para comprar a la empresa que presentó el primer teléfono celular del mundo: Motorola Mobility, junto con su extenso catálogo de patentes de telefonía móvil.

Microsoft y Nokia tienen cada uno sistemas nuevos, Windows Phone 7 y MeeGo, respectivamente. El primero se alista para recibir una actualización importante. MeeGo estará pronto en las manos de los consumidores en un modelo atractivo presentado por Nokia hace unos meses: el Swipe.

Las cifras y el entorno evidencian que RIM debe renovar la línea BlackBer­ry si quiere competir con otras opciones tentadoras para los consumidores, y aunque la estrategia de la empresa incluye su entrada en el mercado de las tabletas y otras movidas aún no anunciadas, su nuevo servicio de música podría ayudarla a recuperar su ritmo de crecimiento.
    
No más webOS
La semana no trajo buenas noticias para todos los usuarios de teléfonos móviles: los seguidores de webOS, adquirido por Hewlett Packard tras su compra de la empresa Palm, no verán más dispositivos con este sistema operativo móvil, al menos por un tiempo. Hewlett Packard anunció esta semana que dejará de producir dispositivos que utilicen dicha plataforma, reconocida por su simplicidad y rápida respuesta.
No sólo los aficionados a webOS resultan afectados por la decisión; con un competidor menos para BlackBer­ry OS, Android, el iOS y los nuevos retadores, la industria y los consumidores también pierden.

Es por eso que muchos guardan la esperanza de que en lugar de cancelar el desar­rollo de webOS de forma definitiva, Hewlett Packard lo convierta en un sistema de código abierto, para que la comunidad de desarrolladores y otras fabricantes puedan trabajar sobre el sistema y mantenerlo vigente y atractivo para los usuarios.

El ataque de Anonymous a Facebook es incierto
Anonymous no se ha dividido en dos por causa de su posible ataque a Facebook; la colectiva de hackers y activistas digitales siempre ha estado segmentada en centenares de grupos: algunos separados por la distancia, otros por su ideo­logía y cada uno con una opinión diferente sobre qué deberían hacer sus miembros.

Basta recordar que cualquier persona puede pu­blicar un comunicado con la simbología de Anony­mous para comprender cuán fácilmente se genera ‘discusiones internas’ sobre qué propuestas son oficiales o apropiadas y cuáles no lo son.

La iniciativa de atacar a Facebook el próximo 5 de noviembre es un caso especial por la publicidad que ha recibido y el interés que despertó entre los miembros de la organización, pero era natural que centenares de personas que se identifican con Ano­nymous, e incluso algunos internautas recientemente atraídos por el movimiento, alzaran una voz de protesta contra esa proposición, ambiciosa y controversial. Principalmente porque Facebook, a pesar de haber sido criticado en múltiples ocasiones por políticas de privacidad poco claras o demasiado relajadas, ha sido pieza clave en la coordinación de protestas y en la comunica­ción entre miembros de movimientos a favor de la libertad de expresión, en la red y fuera de ella. Como sucede a menudo, las versiones de los miembros de Anonymous sobre lo que ocurrirá el 5 de noviembre son extremas: los partidarios de castigar a la red social sin compasión afirman que Facebook será “aniquilado” en esa fecha. Otros miembros de Anonymous, como los encargados de la cuenta de Twitter @AnonOps, afirman que la iniciativa de atacar a Facebook, conocida en Twitter como #opFacebook, “no es más que otro engaño”, y que el ataque no tendrá un apoyo completo por parte de los simpatizantes del grupo.