Rengifo, por parte del nuevo operador, Fundación Faro, entidad que fue elegida luego del proceso de selección que implementó el Icbf para manejar el programa de medidas privativas de la libertad en el Tolima.

En un clamor colectivo se había convertido el traslado o el reforzamiento en materia de seguridad para este instituto que actualmente cuenta con 85 jóvenes desde los 15 y hasta los 25 años.

Según Isabel Pardo, líder de la comunidad, dicha situación estaba fuera de control y se había agudizado más, a partir de noviembre del año anterior luego de que las personas recluidas en el instituto derribaran la puerta de acceso, por lo que las nuevas medidas han traído calma a los vecinos de este centro de reclusión.

“Esto ha sido un cambio favorable porque la situación estaba fuera de control (...) ha sido una lucha para mejorar la situación de estos jóvenes con nosotros; constantemente nos lanzaban piedras, candados, palos, daños que se le ocasionaron a las viviendas y nadie respondió por ellos”, expresó Pardo.

Juan David Walteros, coordinador Regional de la Fundación que lleva 33 años trabajando en diferentes lugares del país, señaló que una vez se les asignó la operación de este institución se inició un trabajo de acercamiento con estas personas.

Sobre las riñas y consumo de sustancias psicoactivas denunciado por los mismos vecinos, Walteros indicó: “frente a malas conductas, trabajamos siempre desde la convicción, que los adolescentes entiendan el daño y la afectación que tiene el consumo de sustancias y conductas delictivas para su bienestar y desarrollo, también trabajamos con grupos de expresión de sentimientos y actividades diferenciales con ellos (...) ampliar la monotonía de estar encerrados y sacarlos a diferentes espacios ha tenido una influencia, obviamente acompañado de medidas de control”.

Sin embargo, son problemáticas que no se erradican del todo, cabe recordar en días pasados se presentó una riña que involucró a los formadores del politécnico Luis A. Rengifo, por lo que él mismo señaló son cambios que espera se ejecuten gradualmente.

Mientras tanto, la comunidad asegura es una medida que responde a sus necesidades, pues la Fundación adelantó una comunicación directa con la comunidad y las acciones delictivas de los jóvenes dejaron de ser recurrentes.

“Estamos agradecidos con esta nueva operación, se ha reducido la problemática, se han presentado situaciones que se han puesto en control, pero no hemos tenido quejas de los jóvenes”, sostuvo una residente de la zona.